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Ganó 3 millones a la lotería y pagó operaciones de pecho para toda la familia
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ASEGURA QUE LA GENTE LA RECONOCE POR LA CALLE

Ganó 3 millones a la lotería y pagó operaciones de pecho para toda la familia

Tanto ella como sus dos hermanas pasaron por el mejor experto en cirugía estética de su ciudad para lucir unos pechos nuevos gracias al dinero de la lotería

Foto: Foto: iStock.
Foto: iStock.

Cuando una persona decide jugar a la lotería lo hace con la intención de no volver a trabajar nunca, de viajar a lugares increíbles alojándose en los hoteles en los que siempre soñó hacerlo y en darse lujos que hasta ahora se le negaban en su día a día. La culpa, siempre, era del dinero: nunca había suficiente para poder darse un capricho.

Pero cuando la suertellama a nuestra puerta y nos concede ese premio con el que siempre hemos soñado, los circuitos de nuestro cerebro sueltan chispas ante la noticia: ¿millonarios? No todo el mundo es capaz de asimilar la noticia y comprender que su vida ha cambiado de un día para otro: que lo que ayer era inalcanzable hoy es posible.

Foto: El hombre ofreció 1 millón de rands a su hijo, pero luego lo negó y la justicia le dio la razón (Reuters/Philimon Bulawayo)

Por eso, algunas personas deciden darse lujos que no tienen mucho sentido o toman decisiones inexplicables, al menos desde el punto de vista del ganador de la lotería. El mayor ejemplo lo tenemos en el ciudadano sudafricano que negó un millón de rands a su hijo después de ganar 21 millones a la lotería de su país y habérselo prometido por WhastApp.

Millones con la lotería

El caso de Sarah Cockings es distinto. Tiene 36 años, vive en Whitley Bay, en la costa noreste de Inglaterra, y todo el mundo la conoce por haberse convertido hace tres años en millonaria gracias a la lotería. Sarah ganó un premio de 3 millones de libras, unos 3,5 millones de euros al cambio, que le han servido para concederse algunos caprichos.

Sus dos hermanas habían soñado con operarse el pecho, pero no tenían dinero para hacerlo: Sarah se lo regaló a ambas

Pero, al contrario de lo que sucedió con el ganador sudafricano, Sarah ha demostrado que su familia sí que es importante y ha querido compartir con ellos su premio. Sus dos hermanas, Emma, la mayor con 37 años, y Alex, la menor con 32, compartían el mismo sueño: querían operarse los pechos, pero no tenían dinero para hacerlo.

Así que Sarah cumplió ese sueño: llevó a sus dos hermanas al mejor cirujano plástico de su zona y les regaló la operación que siempre habían deseado. Gracias a la lotería, Emma y Alex podrían presumir desde entonces del pecho con el que habían soñado desde hace años. Y todo, porque su hermana quiso compartir su premiocon ellas.

placeholder Gracias al sorteo de la lotería, Sarah pudo ayudar a su familia a cumplir sus sueños
Gracias al sorteo de la lotería, Sarah pudo ayudar a su familia a cumplir sus sueños

Pero dos años después de las operaciones de sus hermanas, decidió que ella también iba a pasar por el quirófano: dar el pecho a sus tres hijos le había pasado factura y también quería operarse. Por eso se puso en las manos del mismo cirujano y, aunque no ha explicado si le hicieron o no algún tipo de oferta por el pack de tres, asegura que es una persona feliz.

Toda la ciudad las conoce

Sarah ha explicado al Mirror que poco después de operarse, la gente la paraba por la calle. Su historia se había hecho viral en la zona y todo el mundo sabía que se había operado los pechos. Así que la pregunta se repetía una y otra vez: "¿Son esas las tetas de la lotería?" Sarah se ríe al recordarlo, pero está orgullosa de su look y de haber ayudado a sus hermanas.

Foto: Dependiendo del sorteo hay un plazo u otro para reclamar el premio. En España normalmente es de tres meses

Pero no es lo único que ha hecho con el dinero que ganó a la lotería: se compró dos coches, un Mini Cooper para callejear y un Range Rover Sport para salir al campo e ir de viaje. Y, además, compró una casa nueva a sus padres para que se mudaran y dejaran el piso antiguo en el que vivían: ahora se podía permitir esos lujos y ayudar a los suyos.

Sarah no ha tenido que volver a trabajar, pero sí regresó a la universidad. Su madre siempre soñó con tener una foto en la que se la viera graduándose, por lo que decidió terminar sus estudios: "Quería esa foto de mí graduándome y ahora la tiene en la repisa de su chimenea". Es una de las cosas que más orgullosa la hacen sentirse.

Está orgullosa de haber cumplido el sueño de su madre: quería una foto suya graduándose y volvió a la urniversidad a completar sus estudios

Hace tres años que Sarah ganó la lotería, pero su vida no ha cambiado mucho: "Tengo una casa pagada y un buen coche, pero mi vida es muy normal". Vive apenas a unos minutos de sus hermanas y los hijos de las tres son los mejores amigos del mundo. Su propio hijo de 6 años cuenta a todo el mundo que ve que a su madre le tocó la lotería y ella está encantada: eso le permitió llevar una vida feliz y, además, poder ayudar a los suyos a cumplir sus sueños.

Cuando una persona decide jugar a la lotería lo hace con la intención de no volver a trabajar nunca, de viajar a lugares increíbles alojándose en los hoteles en los que siempre soñó hacerlo y en darse lujos que hasta ahora se le negaban en su día a día. La culpa, siempre, era del dinero: nunca había suficiente para poder darse un capricho.

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