Así consiguió adelgazar 53 kilos: "Me daba vergüenza ir al gimnasio"

Quien conozca a Hannah Day (de 32 años, natural de Illinois) pero no la haya visto en el último año probablemente no la reconocería si se la encontrara por la calle. "Recuerdo que una vez fui al parque de atracciones con mis hijos y no cabía en los asientos" cuenta en la revista 'Women's Health'. "A lo largo de los años la cosa no mejoró, cada vez se me hacía más difícil salir a la calle porque pesaba muchísimo, me estaba perdiendo experiencias fundamentales", explica.

No solo eso, además de la evidente falta de autoestima, el peso también le produjo graves problemas de salud. "Comencé a sufrir fatiga excesiva, dolor en las articulaciones y depresión. Nunca he sabido cómo pude dejar mi cuerpo hasta ese punto y los médicos tampoco habían sabido decírmelo, pero resulta que yo me había puesto en mi juventud implantes mamarios e investigando un poco descubrí que muchas mujeres en las mismas condiciones sufrían síntomas parecidos. Decidí extirpármelos y, al hacerlo, los problemas desaparecieron. Bueno, todos menos uno... el aumento de peso. Eso requería trabajo por mi parte", explica.

Nunca es tarde

Todo parecía estar muy perdido y Hannah no sabía por dónde empezar. Cuando decidió que tenía que adelgazar pesaba un total de 107 kilos. Sus hábitos alimenticios eran horribles y en medio de la depresión que sufría, usó la comida para poder lidiar con su propia vida. Era reconfortante y le ayudaba a desestresarse. Tampoco se le ocurría ir al gimnasio porque estaba mortificada por su físico, era todo un círculo vicioso.

"Pero de repente, una amiga me habló de una aplicación con la que puedes ver vídeos de ejercicios que te ayudan a enfocarte en aquello que más necesitas y además te da una guía de alimentación de lo que puedes comer", cuenta. "Me enseñó los entrenamientos que ella misma hacía y lo mejor de todo es que podía practicarlos desde mi propia casa, sin necesidad de ir al gimnasio a pasar vergüenza. Comenzaba el juego, podía empezar mi viaje hacia la pérdida de peso, solo con billete de ida", añade.

Descubrí que podía hacer ejercicio en casa y aprendí a cocinar para alimentar a mi cuerpo y no mis emociones

Así que toda esa vergüenza se convirtió en motivación. Sabía que no iba a ser algo fácil porque pesaba mucho pero quería recuperar su salud para poder hacer planes con su familia, pues su peso la humillaba y afectaba tanto que se negaba a salir a la calle. Cuenta que comenzó a comer sirviéndose de la guía que le proporcionaba el programa, y así comprendió qué comida estaba destinada a alimentar a su cuerpo y no a sus emociones. En un día normal suele desayunar dos huevos con aguacate, de almuerzo suele alimentarse de brócoli, coliflor o pimiento, también merienda verduras con hummus y finalmente suele cenar pollo, que prepara a toda su familia.

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A. López

Como no estaba lista para ir al gimnasio aún, empezó con un entrenamiento de 21 días en el que diariamente debía ejercitarse 30 minutos, haciendo tanto cardio como pesas. "En 11 meses logré perder 53 kilos y bajé muchas tallas de pantalones. Como he perdido tantísimo peso ahora me estoy dedicando a tonificar y ganar músculo", destaca. Ahora que su vida ha dado un giro de 180 grados, Hannah se ve capacitada para dar consejos a todos los que se encuentran como estaba ella hasta hace muy poco: "Si quieres perder peso pero aún tienes un largo camino por recorrer, no te rindas. Un poco de progreso todos los días da grandes resultados, aunque no lo parezca. Tienes que pensar que has de cambiar tu estilo de vida. Perder peso no solo te ayudará a sentirte mejor físicamente sino que te cambiará por completo, pero tienes que tener confianza en que cada pequeño paso cuenta", concluye.