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¿No te gusta nada la verdura? Ahora puedes echarle la culpa a tus genes
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QUIZÁS SEAS UN SUPERCATADOR

¿No te gusta nada la verdura? Ahora puedes echarle la culpa a tus genes

Alimentos como el brócoli, el repollo, la col y las coles de Bruselas son a los que algunas personas muestran un especial rechazo

Foto: Una niña se echa las manos a la cabeza frente a un plato de verduras. (iStock)
Una niña se echa las manos a la cabeza frente a un plato de verduras. (iStock)

La aversión a comer ciertas verduras podría no ser un capricho de algunas personas, sino uno predisposición genética. Eso, al menos, es lo que defienden científicos de la Escuela de Medicina de la Universidad de Kentucky (Estados Unidos)

Este tipo de personas, según la investigación citada por BBC News, se denominan "supercatadores" y tienen una predisposición genética a saborear la comida de manera diferente y a percibir una sensibilidad extrema en los alimentos amargos. Eso explicaría porque hay mucha gente que come muy poca verdura o, incluso, nada.

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Las personas con el "gen amargo" tienen 2,6 veces más probabilidades de comer menos verduras, afectando sobre todo a alimentos como el brócoli, el repollo, la col y las coles de Bruselas, que son particularmente difíciles de comer para estos individuos. Según los investigadores, este gen también puede hacer que la cerveza, el café y el chocolate negro sepan de manera desagradable.

TAS2R38 y sus variantes

En términos evolutivos, ser sensible al sabor amargo puede ser beneficioso, protegiendo a los humanos de comer cosas que podrían ser venenosas, pero según la doctora Jennifer Smith y sus colegas de la Escuela de Medicina de la Universidad de Kentucky, también puede significar que algunas personas tengan dificultades para comer verduras.

Los científicos de los alimentos están trabajando para que ciertas verduras sean menos amargas

La respuesta está en el gen de sabor denominado TAS2R38. Todos heredamos dos copias del mismo, que se codifica con una proteína en los receptores de sabor en la lengua y nos permite percibir los sabores amargos.

A partir de esto, vienen las variaciones. Hay variantes del gen, denominadas AVI y PAV que condicionan nuestra percepción del sabor. Si recibimos dos copias de la variante AVI no somos sensibles a los sabores amargos de ciertos productos químicos.

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El mismo estudio de la University College London que animaba al consumo de fruta mostró también que los vegetales (sobre todos los de hoja verde) son más beneficiosos que la fruta. La espinaca, la col, el repollo, la acelga… Todos ellos contienen unos nutrientes que las convierten en la mejor herramienta para prevenir el cáncer. Los estudios han mostrado que comer estos vegetales dos o tres veces por semana reduce notablemente el riesgo de padecer cáncer de estómago, pecho y piel, y, además, disminuye el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. (Foto: iStock)

Si heredamos una copia de AVI y otra de PAV percibiremos los sabores amargos de los productos químicos, pero no en un grado tan extremo como los individuos con dos copias de PAV, los "supercatadores" de los que hablábamos más arriba, que encuentran los mismos alimentos excepcionalmente amargos.

La clave, dulcificar el sabor

Esta investigación pretende ser un primer paso para determinar si hay ciertas verduras que los "supercatadores" pueden aceptar, algo que ayudará a los médicos a hacerles recomendaciones nutricionales saludables. Además, los científicos de los alimentos están trabajando para que algunas verduras sean menos amargas.

No obstante, los expertos no creen que una persona con dos genes PAV no pueda disfrutar de la verdura, ya que, dependiendo de la manera en que se cocine, se puede dulcificar su sabor y evitar el amargor.

La aversión a comer ciertas verduras podría no ser un capricho de algunas personas, sino uno predisposición genética. Eso, al menos, es lo que defienden científicos de la Escuela de Medicina de la Universidad de Kentucky (Estados Unidos)

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