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Algunas reglas a tener en cuenta cuando estás enfermo y tienes que ir a trabajar
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Algunas reglas a tener en cuenta cuando estás enfermo y tienes que ir a trabajar

Te levantas con fiebre y surge la dicotomía de si acudir al trabajo o quedarte en casa descansando. ¿Qué debes hacer en estos casos?

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Has caído, y es normal. Llega la época de las gripes y te despiertas un día como si te hubiera pasado un camión por encima, la opción fácil y probablemente la más responsable es quedarte en casa, pero, ¿y si tienes un trabajo muy importante que hacer? ¿Un informe que dejaste a mitad y se aproxima la fecha límite? Entonces es normal que surjan las dudas.

En términos generales, lo mejor es que no vayas. La directora de Recursos Humanos Raeni Ware así lo cuenta en 'Health': "Por muy productivo que seas, tus compañeros de trabajo no se alegrarán de verte ahí, pues si eres un foco de infección humano lo más probable es que acabes contagiando al resto y eso disminuya mucho la productividad". El truco está en saber si lo que tienes puede ser contagioso, generalmente si tus síntomas van acompañados de mocos, articulaciones doloridas, fiebre, náuseas o diarrea, lo mejor que puedes hacer es quedarte en la cama.

Cuando no ir

En muchas ocasiones no merece la pena acudir al trabajo pues, aunque tus intenciones sean buenas, tu productividad probablemente no lo será tanto y además puedes retrasar la curación. Quizá no cumples con todos los síntomas que te hacen ser un foco en potencia de contagio, pero aun así es probable que no puedas realizar bien tu trabajo, especialmente si requiere mucha concentración o si se trata de empleos que pueden ser potencialmente peligrosos si no te encuentras en las mejores condiciones (por ejemplo, manejar maquinaria pesada) o si se basan en la interacción con clientes.

Quizá quieras trabajar desde casa o modificar tu horario para cuando vuelvas, pero hay momentos en los que lo mejor es descansar

Si no has dormido bien, estás cansado y atontado o tomas medicamentos que inducen somnolencia, tu seguridad y la de los que están a tu alrededor puede estar en riesgo, así que cógete al menos un día para que tu cuerpo se recupere. Ten en cuenta que en muchas empresas si tu enfermedad es de una duración estimada corta (por ejemplo, una gastroenteritis), se utiliza un único parte médico para la baja y el alta y está comprendido dentro de tres días naturales.

¿Llamar o no llamar?

Siempre puedes preguntar cuál es el método apropiado para los empleados de tu empresa, pero por si te surgen dudas acerca de llamar o no llamar, Ware indica que, generalmente, con un correo electrónico es suficiente. De hecho, para muchos jefes el correo electrónico es preferible porque a menudo lo revisan antes de salir de casa por la mañana y pueden adelantarse en horarios, pero si tienes mucha confianza con tu superior y sabes que está pendiente del WhatsApp, puedes elegir esa vía. Como es lógico, siempre tienes que avisar de que te vas a ausentar.

¿Trabajo desde casa?

Si tu trabajo te lo permite, siempre es una opción útil, especialmente si no eres tú el que está enfermo sino que, por ejemplo, tienes que quedarte a cargo de un niño que lo está. En caso de que no sea una opción, quizá puedes ofrecer un horario modificado para compensar el día de la enfermedad.

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No obstante, hay momentos en los que lo mejor (y único) que uno puede hacer es quedarse en casa a descansar y recuperarse. Usa tu criterio para decidir si realmente estás en condiciones de trabajar o te recuperarás más rápido si te quedas en la cama y duermes.

Por si acaso...

A veces no hace falta ser Nostradamus para presentir que una enfermedad está al acecho. Simplemente la hueles, notas cómo va acercándose para apresarte con sus garras. Por eso es mejor estar preparado. Deja una carpeta con tareas clave para que puedan realizarse durante tu ausencia, dile a tus compañeros dónde está para que puedan encontrarla... Lo que sea con tal de que, cuando te encuentres enfermo y tengas que descansar, estés con la conciencia tranquila.

Has caído, y es normal. Llega la época de las gripes y te despiertas un día como si te hubiera pasado un camión por encima, la opción fácil y probablemente la más responsable es quedarte en casa, pero, ¿y si tienes un trabajo muy importante que hacer? ¿Un informe que dejaste a mitad y se aproxima la fecha límite? Entonces es normal que surjan las dudas.

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