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Cómo ligar: por qué la gente ya no quiere hacerlo online y prefiere el cara a cara
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Cómo ligar: por qué la gente ya no quiere hacerlo online y prefiere el cara a cara

En los nuevos tiempos, paradójicamente, se aboga por volver a las citas de antaño, esas en las que no se necesitaba un teléfono inteligente para decidir quién era la persona adecuada

Foto: Fotograma del episodio 'Hang the dj' de Black Mirror.
Fotograma del episodio 'Hang the dj' de Black Mirror.

Cuando eras niño y preguntabas a tus padres o abuelos, en un arrebato de romanticismo, cómo se habían conocido, las respuestas podían ser muchas y muy variadas. En el cine, en una cita a ciegas, gracias a (o por culpa de) unos amigos... Entonces tú suspirabas e imaginabas qué le contarías a tus nietos. La generación millennial será un poco menos original, y la mayoría relatará cómo se enamoró gracias a Tinder. ¿O no?

Se habla mucho de cómo esta generación, generalmente vilipendiada, tiene graves problemas de citas. Se dice que han perdido la fidelidad, que se utiliza a las personas como si fueran de usar y tirar y, en definitiva, que estamos más solos que nunca, y generalmente se señala con el dedo a las aplicaciones de citas. Muchos solteros anhelan las prácticas de cortejo anteriores a los teléfonos inteligentes, y, frente a esa nostalgia por aquello de que cualquier tiempo pasado fue mejor, las compañías aprovechan para hacer caja. Perchance, que nació en abril de este año 2019, aboga de nuevo por la conexión humana: la manera de ligar de toda la vida.

La nostalgia por lo antiguo

"Las aplicaciones de citas han dado lugar a muchas consecuencias no deseadas. Al final las personas se frustran y creen que es muy complicado encontrar a alguien compatible" dijo Rachel Breitenwischer, fundadora de la compañía, a 'Best Life'. "El conjunto interminable de opciones ha creado una paradoja de la elección: es más difícil que nunca decidirse por alguien porque siempre existe la pregunta persistente de si podría haber algo mucho mejor esperando por ti si sigues deslizando el dedo".

Foto: Foto: iStock.

Puede parecer una tontería sacar a la gente de sus teléfonos para que vivan de nuevo la vida, pero es justamente lo que Perchance pretende. "Queremos que Tinder se pase de moda para que volvamos de nuevo a las citas a la antigua usanza", indica. También alega que uno de los problemas de la sociedad actual es que hemos deshumanizado el proceso de citas, que todo se ha reducido a que el mundo ponga una foto cuando somos mucho más complejos y polifacéticos. "Las aplicaciones nos han hecho perder algunas habilidades sociales realmente valiosas".

Algo especialmente cierto entre las generaciones más jóvenes, que se han criado con los mensajes de texto y las redes sociales. Y, ¿cómo funciona exactamente Perchance? Ofrecen citas en diferentes lugares de Nueva York (por ahora solo opera en la ciudad) en formatos de cenas o fiestas. Para que todo funcione también tienen una variedad de reglas que intentan combatir las ineptitudes de la era moderna, estas son: no sacar el teléfono en ningún momento y tampoco hablar de trabajo, pues los fundadores creen que con demasiada frecuencia se nos evalúa únicamente por lo que hacemos. Además, también se pueden pedir bebidas si hay bar, pero siempre para la otra persona, en un intento de restaurar un poco la galantería de las citas que parecemos haber perdido.

Cuando tienes una de estas citas debes cumplir algunas normas: no puedes mirar el móvil ni hablar de trabajo con tu potencial pareja

En muchas ocasiones también se dan un conjunto de tarjetas con preguntas diseñadas para que no haya silencios incómodos y se fomente la conversación. "¿A qué le tienes miedo?", "¿cuál es tu recuerdo más vergonzoso?", aunque en realidad pocas veces se utilizan las cartas, la conversación suele girar en torno a cómo han llegado a ese punto, (y entonces prácticamente todo el mundo culpa a las aplicaciones de citas) y muchos hombres también mencionan el miedo que les da ser calificados de acosadores por alguna mujer, al no haber entendido sus señales.

Al final, lo conclusión general es que sería muy difícil para esas personas tener alguna clase de conversación en su vida diaria si no fuera porque la compañía ha decidido juntarlos. Igual que sucede con Tinder, ¿cuántas probabilidades habría en la vida real de cruzarte con esa persona a la que has dado un match? Probablemente muy pocas, pero para aquel que cree en el destino y la providencia eso significará, posiblemente, algo bueno: tu media naranja estará en el momento y el lugar indicados esperando por ti, y si no, es que no es tu media naranja.

Cuando eras niño y preguntabas a tus padres o abuelos, en un arrebato de romanticismo, cómo se habían conocido, las respuestas podían ser muchas y muy variadas. En el cine, en una cita a ciegas, gracias a (o por culpa de) unos amigos... Entonces tú suspirabas e imaginabas qué le contarías a tus nietos. La generación millennial será un poco menos original, y la mayoría relatará cómo se enamoró gracias a Tinder. ¿O no?

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