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¿Reposo o ejercicio? Qué deben hacer los pacientes tras sufrir un infarto
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¿Reposo o ejercicio? Qué deben hacer los pacientes tras sufrir un infarto

Desde 1993, la Organización Mundial de la Salud habla de la importancia de la rehabilitación cardíaca, que se basa en educación, cambio de conducta y también deporte

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Es indudable que después de un ataque al corazón, la incertidumbre, el temor y la inquietud van a existir. ¿Será mi vida normal? ¿Podré volver a correr, bailar o saltar sin que vuelva a darme un infarto? Es importante aclarar que la mayoría de las personas que sobreviven a uno se recuperan totalmente y pueden llevar una vida perfectamente normal durante muchos años. No obstante, como cualquier recuperación, implica un proceso y la introducción de algunos cambios en nuestra vida.

Para empezar, el ejercicio. Cuando se habla de superar un infarto, lo más habitual es que pensemos que lo más indicado es el reposo y la calma, pero no es cierto. Ya en 1993, la Organización Mundial de la Salud (OMS) definió la rehabilitación cardíaca como la suma coordinada de intervenciones requeridas para influir favorablemente sobre la enfermedad cardíaca, asegurando las mejores condiciones físicas, psíquicas y sociales para que los pacientes, por sus propios medios, puedan conservar o reanudar sus actividades en la sociedad de manera óptima.

"La rehabilitación incrementa la fuerza muscular, la capacidad de hacer ejercicio y la reducción de los factores de riesgo de un infarto de miocardio"

Actualmente, los programas de rehabilitación cardíaca pueden aplicarse a múltiples enfermedades cardíacas, aunque lo más habitual es indicarla tras un infarto agudo de miocardio, tras una cirugía cardíaca, sea de 'bypass' aortocoronario o valvular, o en casos de insuficiencia cardíaca crónica. Además, se tiende a la prevención primaria de la patología y por ello se aconseja también la realización de programas específicos para personas sanas con factores de riesgo de enfermedad cardiovascular, y en familiares de personas con enfermedad aterosclerosa prematura.

Según la Dra. Silvia Ramón, jefa de Rehabilitación del Hospital Quirónsalud Barcelona,“hay suficiente evidencia científica de su eficacia, ya que comporta una mejoría significativa de los síntomas, incrementa la fuerza muscular, la capacidad de realizar ejercicio y la reducción de los factores de riesgo de un infarto de miocardio, principalmente el tabaquismo, aunque también el colesterol, la tensión arterial, la ansiedad o la depresión. También reduce la aparición de nuevos eventos cardiovasculares y disminuye las complicaciones a corto y largo plazo, así como la mortalidad tardía”.

Programas especializados

Este tipo de programas incluye ejercicios, educación con respecto a los factores de riesgo, cambio de conducta, apoyo psicológico y estrategias dirigidas a controlar los factores de riesgo tradicionales de la enfermedad cardiovascular, y, si bien existen riesgos, las complicaciones graves se dan en menos de un 1% de los pacientes.

Sus beneficios están contrastados para “restablecer la salud de los pacientes con cardiopatía y mejorar su calidad de vida”, explica la doctora. Además, cuando la rehabilitación cardíaca se realiza en unidades multidisciplinares especializadas, está demostrado que “logra reducir la mortalidad total, cardiovascular, los ingresos hospitalarios y restablecer la salud de los pacientes con cardiopatía, y consigue su máxima calidad de vida posible”. Sin embargo, no debe considerarse como una terapia aislada, sino que debe ser integrada en el tratamiento global de la cardiopatía.

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En ese tratamiento global entran los fármacos prescritos por el cardiólogo, que alargan la vida, disminuyen los síntomas y reducen los ingresos hospitalarios. “Es muy importante que el paciente sepa qué toma, para qué sirve, cómo tomarlo y durante cuánto tiempo, y que lleve siempre una copia encima del último informe médico. Así, en el caso de alguna molestia imprevista, los médicos de urgencias tendrán toda la información”, subraya la Dra. Ramón.

Finalmente, aunque parezca de sentido común, es importante abandonar los hábitos nocivos que no aportan nada bueno a nuestra salud y que aumentan los riesgos de que volvamos a sufrir un infarto: no fumar, no beber y llevar una dieta saludable contribuirán a que los tratamientos prescritos por los facultativos hagan que nuestro corazón vuelva a latir con más fuerza que nunca.

*El Confidencial, en colaboración con Quirónsalud, presenta una serie de artículos para aclarar dudas referentes a mitos y creencias populares relacionados con la salud así como para combatir las falsas informaciones que se puedan generar en internet. Si tienes alguna duda sobre la consulta resuelta y quieres más información, puedes contactar con el Hospital Quirónsalud Barcelona.

Es indudable que después de un ataque al corazón, la incertidumbre, el temor y la inquietud van a existir. ¿Será mi vida normal? ¿Podré volver a correr, bailar o saltar sin que vuelva a darme un infarto? Es importante aclarar que la mayoría de las personas que sobreviven a uno se recuperan totalmente y pueden llevar una vida perfectamente normal durante muchos años. No obstante, como cualquier recuperación, implica un proceso y la introducción de algunos cambios en nuestra vida.

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