¿Te disfrazas de Joker o del payaso de 'It'? Cómo evitar que te multen en Halloween

La noche del 31 de octubre, las calles de muchas ciudades se tiñen de naranja y negro; las calles, de personas con disfraces terroríficos y los bares, de fiestas de Halloween. En una jornada como esta son muchos los que, ya sea con un disfraz hecho a mano o comprado, emulan a los grandes personajes de terror de la historia: Jason, Freddie Kruegger, esqueletos o la propia muerte son algunos de los elegidos, pero siempre hay que tener en cuenta que el cine marca la moda del disfraz. Este año, una de las películas más sonadas ha sido 'Joker', estrenada el pasado 4 de octubre, y no es de extrañar que el disfraz de Joker sea este año uno de los más repetidos. Tampoco sería raro ver a muchos Pennywhises por la calle, en homenaje al protagonista de 'It', cuya segunda parte también ha sido estrenada recientemente.

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Elegir un buen disfraz es clave para triunfar en Halloween, pero también hay que tener cuidado con las posibles repercusiones. Este disfraz, "llevado demasiado lejos" puede acarrear hasta seis consecuencias, recogidas en el Código Penal, incluso se pueden llegar a cometer varios delitos. Desde Legálitas, explican las seis consecuencias más graves a las que uno puede enfrentarse cuando se toma muy en serio el personaje de terror al que emula:

1. Ojo con las amenazas

Si bien la noche de Halloween es, para muchos, una fiesta más, son muchos los que asumen su papel de personaje de terror con demasiado interés. Desde Legálitas recuerdan que si el disfraz se usa para atemorizar a la gente o provocar el caos podría constituir un delito de amenazas, por mucho que se actúe en broma. Según el artículo 169 del Código Penal, el delito de amenazas está penado con multas y penas de prisión que dependen de la gravedad del caso. No es una novedad esta situación: hace tres años Estados Unidos se llenó de gente dispuesta a aterrar a quien se le pusiera por delante, bajo un disfraz de payaso asesino. La moda atravesó el Atlántico y se instaló en España, donde la Policía tuvo que abrir una investigación después de recibir numerosas denuncias contra estos payasos diabólicos, por si estuvieran estar cometiendo algún tipo de ilícito penal.

2. Las armas... que no sean muy reales

Otro de los aspectos a tener en cuenta va algo más allá del disfraz: el complemento ideal de un disfraz de Halloween suele ser un arma, ya sea un hacha, un cuchillo, una guadaña o una pistola. Si el disfraz de 'Joker' (o el que sea) viene acompañado de uno de estos complementos que parezca demasiado real, la amenaza se incrementa y por tanto, también la consecuencia legal. Asimismo, si ésta fuera demasiado realista, las autoridades podrían llegar a requisarla. Hay que tener cierto cuidado también si uno se disfraza de algún miembro de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado: utilizar insignias y uniformes oficiales para un uso público, como un disfraz, tiene como consecuencia una multa de 630 euros de media.

3. Sembrar el pánico

El Joker original vive numerosas situaciones de peligro en todas sus apariciones; ahora bien, si a un disfraz de Joker busca sembrar terror entre sus conciudadanos simulando una de estas situaciones o queriendo dar un susto monumental a alguien en público, puede suponer un delito que, según el artículo 561 del Código Penal podría acarrear penas de prisión de hasta un año. Si a esto se le suman daños, destrozos o perjuicios, habrá que añadir una indemnización por estos.

4. ¡Cuidado con la edad!

Si una noche cualquiera nada es lo que parece, en la noche de Halloween esta máxima se multiplica. Muchos adolescentes aprovechan para convencer a sus padres y que les permitan tener una de sus primeras fiestas la noche del 31 de octubre. Si el menor es que le decide disfrazarse de 'Joker' y ocurre cualquiera de estas cosas (decide hacer una gamberrada, dar un susto, llevar armas realistas o provocar destrozos, por ejemplo), serán los padres los que deban abonar la indemnización de los daños que pudieran provocar. Eso sí, ellos no están exentos de las consecuencias ni de responsabilidad penal si cometen un delito: aunque en este caso son juzgados por la Ley del Menor. Ahora bien, aunque los padres respondan civilmente de los daños y perjuicios que causen los hijos menores, los propios menores responden penalmente a partir de los 14 años.

5. ¿Si me veo amenazado?

No solo hay que tener estos conocimientos si vas a disfrazarte tú. ¿Qué ocurriría en el caso de que te sintieras amenazado ante otro, disfrazado de Joker, de payaso asesino o de cualquier otra cosa que nos pueda hacer sentir terror? Lo primero que hay que hacer es entender que solo por el hecho de que alguien esté disfrazado de algo terrorífico no tiene por qué ser una amenaza; de esto hay que ser consciente siempre, pero dada la cantidad de disfraces en una jornada como la de Halloween, hay que tener siempre en mente esta situación.

"El simple disfraz no nos permite recriminarle su actitud ni mucho menos agredir a la persona disfrazada, pues no hay ninguna legítima defensa posible en este caso", sostienen desde Legálitas. Tanto es así que incluso una "actitud defensiva o agresiva puede constituir un delito de coacciones, vejaciones o incluso de lesiones si llegamos a herir a la persona disfrazada".