Cómo una vegetariana se comió una hamburguesa y se convirtió en carnicera
Se hizo vegetariana muy joven porque no le gustaba cómo trataban a los animales en las granjas, pero decidió crear la suya propia donde se les da una buena vida
Tammi Jonas tiene 49 años, pero desde muy joven decidió seguir una dieta vegetariana. Fue después de leer un libro sobre la crueldad con la se trata a los animales en una granja y provocó que durante décadas se alimentara a diario sin necesidad de probar la carne. Sin embargo, todo cambió hace unos años, tanto que ahora es dueña de su propia granja de cerdos.
Esta mujer, que vive en el estado de Victoria, en el sureste de Australia, estaba embarazada de su tercer hijo cuando le diagnosticaron anemia. Era normal que se sintiera un poco mareada, pero un día mientras hacía la compra tomó una decisión que le cambió la vida: "Pensé: una hamburguesasolucionaría este problema". Y ya no hubo marcha atrás.
Tal y como ha explicado al medio australiano 10 daily, Tammi reconoce que volvió a comer "carne roja (de vaca y cordero) una vez a la semana durante todo el embarazo, aunque pasaron algunos años antes de volver a comer carne de cerdo o aves de corral". Su hijo nació sano y fuerte y su vida ya no se separó de la carne.
Su propia granja
Tammi nunca pensó que fuera malo quitar la vida a un animal para convertirlo en comida. De hecho, señala que "siempre me sentí cómoda con mi lugar en la cadena alimentaria, pero pensé que era inmoral tratar a los animales cruelmente, no permitirles salir y respirar aire fresco y quedar confinados y amontonados en naves y cobertizos".
Por eso, investigó junto a su marido, Stuart, y decidieron que podían crear su propia granja en la que se tratara a los animales de manera ética y, además, que fuera su forma de ganarse la vida. Así, explica que "mi paso de comedora industrial sin cabeza a vegetariana y omnívora ética acabó por convertirme en criadora de cerdos para contribuir al creciente movimiento que promueve sacar a los cerdos y las aves de corral de los cobertizos".
Tammi y Stuart tienen su propia granja de cerdos, llamada Jonai Farms, donde "cultivamos, procesamos y curamos toda nuestra carne para servir a 80 hogares de nuestro alrededor con una agricultura apoyada por la comunidad". Eso significa que no usan productos químicos dañinos y que los animales viven libremente, como si no estuvieran en una granja. Por eso, está convencida de que "matar a un animal para el consumo es ético si antes disfrutó de una buena vida".
Tammi Jonas tiene 49 años, pero desde muy joven decidió seguir una dieta vegetariana. Fue después de leer un libro sobre la crueldad con la se trata a los animales en una granja y provocó que durante décadas se alimentara a diario sin necesidad de probar la carne. Sin embargo, todo cambió hace unos años, tanto que ahora es dueña de su propia granja de cerdos.