"Había tocado fondo": así adelgazó esta mujer cincuenta y siete kilos

Casi todos hemos tenido una etapa rebelde en nuestra adolescencia. Nos hemos saltado las clases, hemos fumado cuando no debíamos y hemos sido un poco contestones con la autoridad. La mayoría continuamos por el buen camino, pero otros abandonaron sus estudios y siguieron por la mala vida.

Eso es lo que le pasó a Gessi Parisi-Rodríguez. A pesar de ser muy joven (tan solo tiene 25), algunos años atrás dejó el instituto y jugueteó con las drogas (este fue el punto que le hizo darse de cuenta de que tenía que cambiar), olvidando que nuestro cuerpo es un templo que hay que cuidar y cultivar.

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"La primera vez que me di cuenta de que mi peso era un problema fue cuando tenía ocho años. Escuche a mi médico decirle a mi madre que la báscula marcaba más kilos de los que debía con la edad que tenía y que necesitaba encaminarme para no tener un contratiempo mayor. La razón por la que fue tan difícil controlar mis hábitos alimenticios es porque mi familia tiene varios restaurantes y pizzerías", asegura la joven a 'Women's Health'.

En el fondo del pozo

El 25% de la población en España es obesa o tiene problemas de sobrepeso y el ritmo de crecimiento de esta enfermedad es ya tan acelerado como en Estados Unidos (el 38% de los adultos padece esta enfermedad), situando a nuestro país en el segundo de Europa, por detrás del Reino Unido, con más casos de la considerada como la pandemia del siglo XXI.

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Gessi dejó el instituto y empezó a tomar drogas muy joven porque sus padres se estaban divorciando. Su salud general se vio afectada y su peso llegó hasta los 114 kilos. Todos los años se decía a sí misma que ese año cambiaría el rumbo de su vida, pero no fue hasta que tuvo una charla con su párroco cuando encontró la fuerza para encaminarse.

Probó la dieta vegana, la vegetariana, la cetogénica, el ayuno intermitente, la OMAD... Pero ninguno de estos planes fue sostenible. "Como mujer italiana necesito comer carne, pasta y cosas con harina, así que lo que realmente funcionó fue el conteo de calorías", asegura. Trató de mantener un déficit calórico, lo que significa que ingiere menos de lo que quema. "Así puedo disfrutar de mis platos preferidos siempre que quiero", añade.

Así es su menú

Para desayunar generalmente toma un tazón con azúcar moreno, avena instantánea, sirope de arce y una cucharada de mantequilla de cacahuete. También una taza de café solo con jarabe de vainilla sin azúcar y un poco de bebida vegetal de almendras.

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En el almuerzo toma dos enchiladas casera de ternera o pollo y para merendar, piña en rodajas, pan tostado de trigo con mantequilla y un plátano. En la cena come una hamburguesa de pavo con pan bajo en carbohidratos y patatas fritas caseras. Pero lo que más le gusta es el postre: galletas con chocolate.

En su rutina de entrenamiento incluyó cinco o seis días a la semana caminar durante 30 minutos, aunque con el paso del tiempo acabó aumentando el tiempo hasta una hora más. "A lo largo de los años he aprendido mucho sobre salud y estado físico, por lo que mi régimen de entrenamiento es un poco diferente ahora, ¡aunque siempre habrá un lugar especial en mi corazón para andar! En el gimnasio estoy trotando en la cinta o sudando en la máquina elíptica entre 20 y 30 minutos, también levanto pesas o uso bandas de resistencia para tonificar los músculos de bajo impacto", asegura.

Perseverancia y esfuerzo

Su proceso de adelgazamiento ha sido como un maratón. Ella sabía que había mucha distancia por correr y que no sería fácil, pero nunca se engañó y fue consciente del proceso que estaba realizando. Luchó por no desanimarse y se dio cuenta de que realmente todo se puede conseguir a base de esfuerzo y perseverancia.

La razón por la que ha tenido éxito es que cada vez que se descarrilaba, volvía a levantarse. Hubo momentos en los que dejó de hacer ejercicio, de medir lo que comía y abandonaba su salud de nuevo, pero al día siguiente continuaba por el buen camino. Lleva 57 kilos perdidos y todavía hoy continúa cuidándose para mantener lo que ha conseguido y mejorar. "Es más algo mental que físico. Los malos hábitos harán que tengas sobrepeso, pero la decisión de querer cambiar siempre la tienes tú", concluye.