Los 5 sencillos trucos que deberías seguir para cuidar tu memoria
Antes de que empiece a fallar (aunque seas joven) sigue estas estrategias avaladas por la medicina que demuestran que no hay por qué resignarse a perder recuerdos
El deterioro del hipocampo, una reducción del riego sanguíneo o un déficit hormonal pueden llevar a un desgaste progresivo de la memoria a medida que nos vamos haciendo mayores. El mantenimiento de esta no se basa solo en realizar ejercicios mentales con el objetivo de mejorarla. Para mantener los recuerdos existe también una base fisiológica que hay que cuidar también.
Y es que, es normal que con los años nos vayamos volviendo más despistados. Los lapsus y la dificultad para evocar acciones pasadas son bastante frecuentes. Lo difícil viene cuando estos problemas aumentan de una manera exponencial. Especialmente hay que estar atentos a señales como cambios de comportamiento, confusión, desorientación, disminución de la salud física o incontinencia, según explica la médico especializada en tercera edad Elaine Healy en 'U.S. News'.
Antes de que tu memoria empiece a fallar -aunque todavía seas joven- existe una serie de estrategias avaladas por la medicina y que demuestran que no hay por qué resignarse a perder recuerdos por culpa de la edad. Cabe destar que si se trata de un problema de demencia, como el alzhéimer, debes recurrir al médico.
Elimina tus problemas
En muchas ocasiones los problemas de memoria tienen que ver con ciertas causas que el médico puede ayudar a paliar. Los principales enemigos de los recuerdos son la depresión y la ansiedad, ya que el estado de ánimo es vital para que queden bien fijados en nuestra mente. De hecho, los estados mentales relacionados con la tristeza acaban impidiendo que la memoria a corto plazo funcione correctamente.
Vigila tu presión arterial
Los problemas relacionados con una presión arterial alta que no ha sido tratada a tiempo están relacionados con la capacidad para almacenar y procesar recuerdos. Algunas demencias y deterioros cognitivos leves tienen, de hecho, su base en esta enfermedad.
Cabe destacar que la hipertensión afecta a casi el 40% de los adultos, y en los ancianos alcanza el 70%, según datos de la Fundación Española del Corazón. Es una dolencia grave que afecta al cerebro, llegando a provocar infartos cerebrales (ictus o accidente vascular cerebral isquémico). También afecta a los riñones, lo que puede desembocar en una insuficiencia renal. Y, por supuesto, al propio corazón, pudiendo producir insuficiencia coronaria y angina de pecho. En el peor de los casos, puede provocar la dilatación (aneurisma) o ruptura de la aorta.
Sal a correr
Hacer ejercicio de manera habitual, en particular deportes aeróbicos (‘running’, ciclismo, natación, remo...), mejora la memoria, según un estudio publicado por la Universidad de British Columbia. Estas actividades parecen tener repercusiones directas sobre el hipocampo, el área del sistema nervioso más comprometida para la memoria verbal y el aprendizaje, pudiendo aumentar su tamaño.
De manera directa, este entrenamiento aumenta el flujo sanguíneo, reduce la resistencia a la insulina y estimula los factores tróficos, un conjunto de sustancias de naturaleza proteica que junto con las hormonas y los neurotransmisores desempeñan una función fundamental en la comunicación interneuronal.
Los problemas de hipertensión -que no han sido tratados a tiempo- están relacionados con la capacidad para almacenar y procesar recuerdos
Además, indirectamente, los deportes aeróbicos mejoran los estados de ánimo, reducen el estrés y mejoran el sueño. Todas ellas son condicionantes para conseguir una memoria óptima, como hemos explicado anteriormente.
La dieta mediterránea
Sea como fuere, la dieta mediterránea está presente en casi todos los consejos de vida saludable. Esta forma de comer que llevamos por bandera en España, Italia y Grecia aumenta la longevidad y hace que se registren menos casos de la enfermedad de Alzheimer.
Y no lo decimos nosotros, un estudio llevado a cabo por dos universidades australianas señala que las dosis de frutas, verduras y pescado presentes en esta dieta, combinadas con el consumo moderado de carne roja y azúcares, arrojan evidencias de que la memoria y la atención se ven mejoradas.
Busca nuevos retos
Aunque pueda sonar inservible, tener 'hobbies', como jugar a la videoconsola, al dominó o completar pasatiempos, tiene efectos de cara a mantener ciertas habilidades cognitivas pasada una determinada edad.
Cualquier momento de la vida es bueno para adquirir un nuevo conocimiento o incluso un segundo idioma. Ya sea desde un punto de vista intelectual o práctico, cuanto más alejada esté la nueva competencia de lo que estamos acostumbrados, más a prueba pondremos a nuestro cerebro y más lo ejercitaremos.
El neurólogo del Vanderbilt Medical Center Allen Sills recomienda en 'Men´s Health' realizar actividades como intentar utilizar la mano izquierda si eres diestro y al contrario. “Cuando usas la mano no dominante, activas y conectas diferentes regiones cerebrales que estimulan nuevos recuerdos”, señala.
El deterioro del hipocampo, una reducción del riego sanguíneo o un déficit hormonal pueden llevar a un desgaste progresivo de la memoria a medida que nos vamos haciendo mayores. El mantenimiento de esta no se basa solo en realizar ejercicios mentales con el objetivo de mejorarla. Para mantener los recuerdos existe también una base fisiológica que hay que cuidar también.