Los mejores métodos para adelgazar mientras duermes
Recientes estudios han demostrado que es posible adelgazar cuando descansas si sigues algunos de estos sencillos trucos
A todos nos gusta dormir y, desde luego, casi todos deseamos perder un poco de peso. ¿Y si ambos deseos se combinan? Estamos acostumbrados a adelgazar haciendo ejercicio o llevando una dieta equilibrada, pero según los últimos estudios no solo es posible hacerlo por la mañana. La National Sleep Foundation sugiere que la vida moderna, con su correspondiente exposición nocturna a la luz artificial, podría estar alterando los ritmos circadianos naturales del cuerpo y alentando a retener la grasa.
Sin embargo, algunos ajustes simples podrían cambiar todo eso. Esta noche, cuando vayas a dormir, acuérdate de seguir alguno de estos consejos para que tu cuerpo se prepare eficazmente para la pérdida de grasa. Solo tendrás que cerrar los ojos y dejar que la magia actué. Lee atentamente.
Lo principal: duerme bien
Si realmente quieres perder peso tienes que tener una máxima en cuenta: es esencial dormir bien. Realmente es tan simple como eso. Una investigación presentada en el Congreso Europeo de Endocrinología en 2017 sugirió que la pérdida de sueño hace que el cuerpo produzca menos hormonas de saciedad y en cambio más grelina, encargada de promover el hambre. Eso podría significar que cuando estás cansado es más probable que te sientas hambriento y eso te llevaría a consumir más calorías de las que tu cuerpo necesita, informa 'The Healthy'. Duerme, por lo tanto, las horas reglamentarias e intenta gozar de un descanso reparador.
Pensarás que no es tan sencillo dormir bien. Es por ello que hay algunos ajustes o cambios que quizá debes empezar a llevar a cabo. En primer lugar, baja el termostato: dormir a temperaturas frías podría ayudarte a quemar más calorías. Según un estudio publicado en la revista 'Diabetes' las personas que durmieron en habitaciones frescas durante un mes quemaron un 43% más de calorías que las que no lo hicieron. Dormir desnudo podría maximizar aún más esos beneficios.
La alimentación
Reducir la cantidad de alcohol que consumes (si es que lo haces) antes de dormir también es una buena idea. Por la noche el cuerpo quema la mayor cantidad de calorías cuando se encuentre en el sueño REM. Pero si bebes demasiado cerca de la hora de acostarte, tu organismo se centrará en metabolizar el alcohol y no disfrutarás tanto tiempo de esa fase.
Baja el termostato, apaga todas las luces y evita el alcohol y los carbohidratos antes de irte a la cama, son algunos trucos para perder peso
También es buena idea no consumir carbohidratos en la cena, pues como explica la doctora Sharon Zarabi: "Al tomarlos, el azúcar en sangre se eleva y el cuerpo segrega insulina para que ese azúcar vaya directamente a nuestras células, lo que también promueve el almacenamiento de grasa e interfiere con el reloj circadiano". Pero en lugar de un régimen concreto, lo que Zarabi sugiere es cambiar esos hidratos por alimentos llenos de fibra que ayudarán con el proceso digestivo cuando te vayas a dormir.
A oscuras
Lo decimos hasta la saciedad, pero no nos cansaremos: es vital que destierres a un lado los dispositivos electrónicos si quieres gozar de un buen descanso. La luz azul interrumpe la producción de melatonina y eso podría ralentizar tu metabolismo. Un estudio de la Universidad de Northwestern descubrió que estar expuesto a esta iluminación por la noche aumenta la resistencia a la insulina y podría generar aumento de peso e incluso un mayor riesgo de diabetes.
En España no apreciamos la tremenda suerte que tenemos de contar con persianas y quizá deberíamos. Apagar los dispositivos no es solo clave, también deberías considerar, si no lo haces ya, bajar las persianas y por supuesto apagar la luz. Los estudios han demostrado que la iluminación interior podría retrasar el inicio de la producción de melatonina y conducir al aumento de peso.
Además de seguir estos consejos cuando vayas a tumbarte entre los brazos de Morfeo, recuerda llevar también una dieta equilibrada y ejercitar tu cuerpo. Si durante el día no tienes mucho tiempo para pisar el gimnasio, considera acudir en horario nocturno, a menos que tengas insomnio (en ese caso debes evitar el deporte hasta cuatro horas antes de acostarte). Todo es un ciclo sin fin, pues si te ejercitas es probable que duermas mejor: una encuesta de la National Sleep Foundation descubrió que el 83% de las personas que lo practicaban dormían mejor por la noche, así que ya sabes.
A todos nos gusta dormir y, desde luego, casi todos deseamos perder un poco de peso. ¿Y si ambos deseos se combinan? Estamos acostumbrados a adelgazar haciendo ejercicio o llevando una dieta equilibrada, pero según los últimos estudios no solo es posible hacerlo por la mañana. La National Sleep Foundation sugiere que la vida moderna, con su correspondiente exposición nocturna a la luz artificial, podría estar alterando los ritmos circadianos naturales del cuerpo y alentando a retener la grasa.