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Las paradojas de la educación española: bajo gasto, alto coste salarial y una buena noticia
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'PANORAMA DE LA EDUCACIÓN 2019'

Las paradojas de la educación española: bajo gasto, alto coste salarial y una buena noticia

El nuevo informe de la OCDE carga menos las tintas con nuestro país, pero señala algunos puntos en los que aún tenemos camino por recorrer, además de darnos alguna buena nueva

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A diferencia de lo que ocurrió el año pasado, cuando la OCDE fue particularmente dura con nuestro país al destacar la escasa movilidad ascendente, la última edición del informe anual 'Panorama de la educación', que acaba de publicarse, es más benigna. Hasta el punto de que, casi, casi, parece felicitarnos por un dato en el que hemos conseguido ponernos a la altura del resto de países desarrollados: la tasa de graduación en segunda etapa de Educación Secundaria (Bachillerato) ha aumentado de tal forma que ya casi estamos en la media europea.

Si justo antes de la crisis, en el año 2005, el porcentaje de graduados en España era del 56%, en el año 2017 se encuentra en el 81%. Un sensible avance consecuencia de la crisis, ya que, como recuerda el informe, “obtener una titulación de segunda etapa de Educación Secundaria es uno de los requisitos necesarios para el acceso al mercado laboral en la mayoría de países de la OCDE”. Pero aún nos encontramos lejos de la media, que se encuentra en un 86%, tanto en la Unión Europea como en los países desarrollados. Cuando la necesidad arrecia, las promesas del trabajo fácil se desvanecen.

La diferencia entre el sueldo de un graduado y un trabajador con Bachillerato es del 52%, aún más amplia que en el resto de países de la Unión (38%)

Una diferencia clave, ya que el nuestro es un país con altos niveles de paro donde el impacto de este se mitiga a medida que se asciende de nivel educativo. En España, aquellos que disponen de estudios terciarios ganan un 57% más que los que tan solo disponen de Bachillerato, una cifra semejante al resto de países de la Unión. No hace falta ni siquiera tener un máster o un doctorado: la diferencia entre un trabajador que ha concluido un grado y otro que no dispone de él es hasta de un 52%, una brecha aún mayor que en los países de la OCDE (44%) y la Unión Europea (38%).

La formación también suaviza el riesgo de desempleo. El nivel de paro entre la población activa con formación inferior al Bachillerato se encuentra en el 21%, un 14% entre los que cuentan con Bachillerato y un 8% entre aquellos con educación terciaria. También en el desempleo de larga duración, donde tener estudios universitarios reduce en un 8% la posibilidad de sufrirlo. Cifras, no obstante, muy lejanas al resto de países desarrollados, donde el nivel de paro llega a reducirse a la mitad.

¿Qué hacemos con el dinero?

Una de las reivindicaciones de la comunidad educativa durante los últimos años ha sido aumentar la inversión, que sigue situándose por debajo de la media europea, con un gasto del 4,3% del PIB. La gran diferencia se encuentra ante todo en la educación Primaria y Secundaria. Un 3,1%, frente al 3,5% de la media de la OCDE. Como recuerda la organización, “en cada nivel educativo, el gasto directo en España fue similar a la media de la UE23, aunque inferior a la media de los países de la OCDE”.

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El 'Panorama de la educación' pone de manifiesto una de las grandes paradojas de la educación de nuestro país: cómo es posible que el gasto por estudiante sea bajo mientras que los costes salariales del profesorado por estudiante sean “relativamente altos”. Hay dos razones que lo explican. Por un lado, que el tamaño estimado de la clase en España es menor que en el resto de la OCDE, lo cual se traduce en que hay más profesores por cada alumno.

Por otro, que el salario inicial del profesorado en España es “considerablemente más elevado que en la media de la OCDE”, lo cual dispara el gasto total. La diferencia respecto al resto de países analizados se encuentra en que después de 15 años, el docente español ha visto cómo su retribución aumentaba mucho menos que en el resto de países. En datos: el profesor de Bachillerato gana de entrada al año alrededor de 8.770 euros más que la media de la OCDE, y solo 2.442 15 años después.

Las mujeres estudian más para cobrar menos, pero en España la brecha salarial es más pequeña

Fue precisamente uno de los aspectos en los que ya incidió la organización en su informe del año 2016, que recordaba que las escalas salariales del profesorado español son “muy comprimidas”, lo que provocaba que su nivel de 'burnout' se acentuase. En España, los costes del profesorado suponen un 9,4% del PIB per cápita en Primaria, el 12,6% en ESO y el 12,2% en Bachillerato.

¿Y las mujeres qué?

Una buena noticia y otra mala. La mala, que al igual que ocurre en el resto de países de la OCDE, ellas estudian más que los hombres para cobrar menos. En España, un 50% de las mujeres tiene al menos un estudio de grado por un 38% de los hombres, pero su sueldo es más bajo. Sin embargo, ellas sufren mucho más el paro. La tasa de empleo entre las mujeres es de un 76%, mientras que entre los hombres es del 81%.

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La buena noticia es que, aunque las mujeres también cobran menos que los hombres en España, la brecha es menos amplia que en otros países de nuestro entorno. Concretamente, las mujeres de entre 25 y 54 años reciben un 82% del sueldo de los hombres, y el porcentaje desciende al 75% en el resto de países desarrollados. La tendencia apunta a que son cada vez más las mujeres que estudian y que, poco a poco, comenzarán a recibir retribuciones semejantes a las de los hombres.

A la vanguardia de la Educación Infantil

Exclusivo club en el que se encuentra España. Bélgica, Dinamarca, Francia, Hungría, Islandia, Israel, Noruega y Reino Unido son, junto el nuestro, los países donde el nivel de niños matriculados en Educación Infantil a los tres años supera el 95%. Una tendencia de futuro en que España lleva varios años siendo pionera.

España ha avanzado sensiblemente en el apoyo a la Educación Infantil desde el año 2005, con un salto de 21 puntos porcentuales

“La escolarización de los menores de seis años en Educación Infantil es notablemente más alta en España que en la media de la mayoría de los países de la OCDE”, recuerda el informe. “En 2017, el 97% de los niños de tres a cinco años estaban matriculados en programas EAPI, frente al 87% de la media de países de la OCDE”. El crecimiento ha sido constante desde el año 2005, un salto de 21 puntos porcentuales entre el 15% y el 36%, que nos ha convertido en referencia europea.

Un avance imposible sin la inversión pública, clave a la hora de desarrollar estos programas. Con sus luces y sus sombras, ya que aunque ha aumentado un 0,8% del PIB en el último año, el gasto por niño en España (6.518 euros) es aún inferior a la media de la OCDE (7.785). Eso sí, al igual que ocurre con el resto de niveles, la ratio niños/personal se encuentra por debajo de la media, con 14 alumnos por profesor frente a los 16 de la OCDE y los 15 de la Unión Europea.

Foto: Schleicher, nacido en Hamburgo, es director de Educación de la OCDE desde 2012.

Si alguien quiere adivinar hacia dónde se dirigen los vientos del cambio educativo, hará bien en fijarse en este último aspecto, además del consabido reentrenamiento en habilidades de los trabajadores. Lo muestra la importancia que la organización le da, con recuerdos constantes como “la incorporación al mundo laboral de un creciente número de mujeres ha suscitado un mayor interés por parte de las autoridades en la expansión de los programas de educación y atención a la primera infancia”. Que recuerda, una vez más, el nudo gordiano del asunto, que es la relación entre empleo y educación o, sobre todo, la visión de esta como engranaje estratégico en la economía global.

A diferencia de lo que ocurrió el año pasado, cuando la OCDE fue particularmente dura con nuestro país al destacar la escasa movilidad ascendente, la última edición del informe anual 'Panorama de la educación', que acaba de publicarse, es más benigna. Hasta el punto de que, casi, casi, parece felicitarnos por un dato en el que hemos conseguido ponernos a la altura del resto de países desarrollados: la tasa de graduación en segunda etapa de Educación Secundaria (Bachillerato) ha aumentado de tal forma que ya casi estamos en la media europea.

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