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No te engañes: eres la misma persona (moralmente) aunque te emborraches
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BEBER NO CAMBIA TUS DECISIONES ÉTICAS

No te engañes: eres la misma persona (moralmente) aunque te emborraches

El alcohol afecta a nuestra habilidad para comprender las emociones de los demás, pero no a las decisiones éticas y morales que tomamos

Foto: El alcohol no afecta a las decisiones éticas y morales que tomamos (Foto: iStock)
El alcohol no afecta a las decisiones éticas y morales que tomamos (Foto: iStock)

Sabemos que una pequeña dosis de alcohol desinhibe. Incluso hay a quienes nos hace más sociales o nos ayuda a enfrentarnos a situaciones a las que quizás no nos atreveríamos a mirar de frente. Pero cuando se trata de principios, de moralidad, de tener unas determinadas convicciones, beber más o menos alcohol no cambia nuestra manera de ser.

Así lo asegura Kathryn Francis, profesora de psicología de la Universidad de Bradford, en un artículo publicado en The Conversation y que recoge Science Alert. Francis explica el experimento que llevaron a cabo con un grupo de personas a las que ofrecieron barra libre de vodka, con entrevistas personales antes y después de ir bebiendo chupito tras chupito.

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La clave estaba en una situación: una persona está a punto de presenciar un accidente en el que van a morir cinco mineros debido a un vagón descontrolado que avanza hacia ellos por la vía. Sin embargo, si empujamos a la persona desconocida que tenemos delante de nosotros, esa persona morirá pero habrá salvado a los cinco mineros. ¿Qué haríamos?

El alcohol no cambia nuestras decisiones

Esa hipotética situación en la que se pone a prueba nuestra moralidad es la que se planteó a los participantes en el experimento. Y aunque algunas de las personas se les notaba el consumo de alcohol según iba transcurriendo el tiempo y aumentando la cantidad de vodka que ingerían, lo cierto es que su decisión moral respecto a esa situación no cambió.

placeholder Los participantes en el experimento bebieron uno tras otro chupitos de vodka
Los participantes en el experimento bebieron uno tras otro chupitos de vodka

Quienes antes de beber alcohol habían decidido empujar a esa persona desconocida por el bien de los cinco mineros siguieron pensando igual después de los chupitos; y, al contrario, quien no quiso hacerlo tampoco cambió de opinión por culpa del vodka. Lo que significa que “el alcohol no tuvo un efecto sobre cómo juzgaron estas situaciones morales o cómo actuaron ante ellas”.

Según Kathryn Francis, “aunque podríamos creer que el alcohol cambia nuestra personalidad, no lo hace. Sigues siendo la misma persona después de una bebida: el sentido moral existente se ha mantenido intacto. El alcohol puede afectar la forma en que interpretamos y entendemos las emociones de otras personas, pero no podemos culpar a nuestros comportamientos inmorales. Borracho tienes la misma brújula moral, por lo que eres responsable de tus acciones morales e inmorales, ya sea que hayas bebido o no”.

El alcohol reduce nuestra empatía para entender las emociones, pero no cambia nuestras convicciones morales

Ante lo que sí hubo respuestas distintas fue ante otros estímulos en los que se presentaban diferentes emociones, unas positivas y otras negativas. El vodka provocó respuestas positivas a rostros tristes, mientras las caras felices generaban mayoritariamente más rechazo. Eso nos lleva a pensar que el alcohol reduce o elimina nuestra empatía y nuestras habilidades para comprender las emociones de los demás.

Sabemos que una pequeña dosis de alcohol desinhibe. Incluso hay a quienes nos hace más sociales o nos ayuda a enfrentarnos a situaciones a las que quizás no nos atreveríamos a mirar de frente. Pero cuando se trata de principios, de moralidad, de tener unas determinadas convicciones, beber más o menos alcohol no cambia nuestra manera de ser.

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