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Barro para las abejas y otras falsas creencias para curar las picaduras
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SALUD SIN MITOS

Barro para las abejas y otras falsas creencias para curar las picaduras

Mosquitos, abejas o medusas atacan nuestra piel cada verano. Te explicamos en qué consiste cada picadura, las formas correctas de tratarlas y los mitos que debemos ignorar

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El verano es el momento del año en que las picaduras alcanzan su mayor protagonismo. El tratamiento puede variar mucho dependiendo del tipo y el origen. Para aportar claridad, nos centraremos en los clásicos de esta estación: los mosquitos, las avispas, las abejas, las medusas y los peces araña.

Los mosquitos son compañeros habituales de muchas noches de verano, aunque también del día, dada la aparición de otras especies como los mosquitos tigre. En este caso, como en casi todos, la clave está en la prevención de la picadura. La única forma de evitarla es el uso de repelentes, ya sean tópicos a partir de los dos años, ambientales o bien eléctricos en las habitaciones. No obstante, en el caso de los repelentes en 'spray' no se puede garantizar la protección durante todas las horas que permanecemos en la habitación, ya que el aerosol no permanece demasiado tiempo en suspensión.

Si aun así nos pican, debemos insistir en no rascar la picadura. “El rascado estimulará las terminaciones nerviosas, prolongando la sensación de picor y aumentando las posibilidades de infección”, explica la Dra. Pilar Cots, jefa del Servicio de Alergología del complejo hospitalario Ruber Juan Bravo. La aplicación de frío o de cremas con corticoides y/o antihistamínicos orales puede ayudar a mitigar tanto el proceso inflamatorio como la liberación de histamina que genera picor.

El barro para las picaduras de abejas solo puede incrementar el riesgo de sobreinfección pero no nos ayudará en su tratamiento

En cuanto a las abejas y las avispas, episodios graves recientes de alergia hacen que las miremos con cierto miedo. Si bien su veneno puede producir en las personas alérgicas reacciones muy severas, estos casos son muy aislados. Lo que suele ocurrir con mayor frecuencia es una reacción local de dolor e inflamación normal como respuesta al veneno inyectado. “De hecho, la inflamación local inicial no siempre traduce una reacción alérgica, sino que es la forma de responder el organismo frente a una agresión externa. Es su mecanismo de defensa”.

Ante todo, hay que mantener la calma. En el caso de las abejas, hay que tener especial cuidado ya que el aguijón puede quedarse dentro la piel en la zona de la picadura, ya que este insecto lo pierde cuando pica, a diferencia de la avispa, que siempre lo mantiene. Para retirar el aguijón clavado en la piel, nunca se debe presionar ni utilizar unas pinzas, ya que al apretarlo va a eliminar más veneno. Lo mejor es utilizar la uña con cuidado o rasparlo con una tarjeta o similar hasta que salga.

Después, al igual que con las picaduras de mosquitos, se debe aplicar frío y pomada con corticoides y/o antihistamínicos orales. El mito de que el barro ayuda a curar las picaduras es completamente incierto y lo único que puede hacer es incrementar el riesgo de sobreinfección.

Cómo tratar las picaduras de las medusas

Finalmente, hablaremos de las picaduras más típicas en la playa: las de medusa y las del pez araña. En el caso de las medusas, su picadura produce una abrasión por contacto con una sustancia venenosa que, aunque es muy dolorosa y en ocasiones puede llegar a producir lesiones con infecciones severas, generalmente suele ser bien tolerada y responde al tratamiento en poco tiempo.

Lo primero que debemos hacer es enjuagar la zona con agua de mar retirando con cuidado los tentáculos que hayan quedado adheridos a la piel, posteriormente desinfectar la zona afectada y aplicar el mismo tipo de tratamiento que para el resto de picaduras (antihistamínico, antiinflamatorio y corticoide, añadiendo antibióticos en caso de infección). Los puntos sanitarios que se encuentran distribuidos en las playas de España están capacitados para atender este tipo de picaduras y, en la mayoría de los casos, con esta atención inicial va a ser suficiente.

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Un ataque menos habitual pero también importante en verano es la picadura del pez araña. Estos peces viven en las arenas de la orilla y su picadura es, con diferencia, la más dolorosa de todas. Es recomendable usar calzado tipo sandalias cangrejeras para que nos protejan la planta del pie de la picadura. “Al contrario que con el resto de picaduras”, recomienda la especialista, “hay que aplicar calor en la zona, ya que se trata de un veneno termolábil y para tratarlo se debe sumergir el pie en agua caliente sin que llegue a quemar, durante al menos media hora. En estos casos, es importante recibir atención médica a la mayor brevedad posible ya que las consecuencias pueden revestir gravedad”.

*El Confidencial, en colaboración con Quirónsalud, presenta una serie de artículos para aclarar dudas referentes a mitos y creencias populares relacionados con la salud así como para combatir las falsas informaciones que se puedan generar en internet. Si tienes alguna duda sobre la consulta resuelta y quieres más información, puedes contactar con el complejo hospitalario Ruber Juan Bravo.

El verano es el momento del año en que las picaduras alcanzan su mayor protagonismo. El tratamiento puede variar mucho dependiendo del tipo y el origen. Para aportar claridad, nos centraremos en los clásicos de esta estación: los mosquitos, las avispas, las abejas, las medusas y los peces araña.

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