El misterio de Scott Kelly: el gemelo al que le cambió el genoma en el espacio

El 1 de marzo de 2016 fue un día histórico para la NASA: Scott Kelly, después de 340 días consecutivos en la Estación Espacial Internacional, regresaba a la Tierra. Había finalizado la misión, distinta a todas las que habían llevado hasta la fecha: llamada Twin Study, consistía en comprobar si se producían cambios genéticos entre un astronauta que vivió un año en el espacio y su gemelo, en la Tierra. Tres años después, el misterio de lo que allí pasó sigue sin resolverse.

Desde hace varias décadas, los expertos de la NASA son conocedores de los experimentos extraños, pero con resultados sorprendentes, que ha llevado a cabo China. En las diferentes misiones espaciales que han realizado, incluyeron semillas de diversas plantas para analizar sus hipotéticos cambios, descubriendo modificaciones genéticas difíciles de explicar. Así, EEUU decidió probarlo, pero yendo un paso más allá: con seres humanos.

Para ello, decidió iniciar un proyecto con un par de gemelos astronautas, Scott y Mark Kelly. La idea era prepararlos exactamente igual para mandar a uno a una misión de un año al espacio y dejar al otro en la Tierra, realizarles controles periódicos e ir analizando si se había producido algún cambio entre dos personas iguales, con un ADN idéntico. El 27 de marzo de 2015, Scott era enviado a la Estación Espacial Internacional: comenzaba el gran proyecto.

Durante un año, un equipo formado por 80 investigadores analizó al detalle a los dos gemelos: mientras a Mark se le tomaban análisis en el centro de investigación, Scott mandaba sus propias muestras de sangre en cohetes Soyuz, que tardaban 48 horas en llegar desde la EEI a las manos de la NASA. Lo que nadie esperaba es que no solo se iban a producir modificaciones genéticas entre ambos gemelos, sino que iban a ser, en muchos casos, imposibles de explicar.

Los científicos quedaron sorprendidos del principal cambio que encontraron en el ADN de Scott: los telómeros de sus cromosomas se habían alargado. O, dicho de otra manera, los extremos de los cromosomas -responsables entre otras cosas de la división celular y, por tanto, de la vida útil de las mismas- eran más grandes que cuando salió de la Tierra. Por tanto, la conclusión era sencilla: había conseguido rejuvenecer durante su viaje al espacio.

La sorpresa llegó con su regreso a la Tierra, donde en cuestión de días, los telómeros volvieron al tamaño que debían de tener. Ahí es donde surgió una pregunta que aún no tiene respuesta: ¿viviríamos más en el espacio? Pero los misterios fueron más allá: el resto de cambios genéticos, menores, también se revertieron al volver a la NASA... salvo un pequeño grupo. Las modificaciones relativas al sistema inmunológico y a la reparación de ADN no volvieron a la normalidad.

Los expertos consideran que los cambios genéticos que cambiaron el ADN de Scott con respecto al de su gemelo Mark están relacionados con la exposición a la microgravedad, la mayor radiación a la que estuvo expuesto en el espacio, los cambios en la dieta y el pequeño espacio en el que poder desenvolverse. Lo que no se sabe exactamente es el proceso por el que su cuerpo se vio sometido a estos profundos cambios tras un año en el espacio.

El misterio que siguen tratando de desentrañar es si este tipo de cambios fueron para bien o para mal, algo que aún desconocen y, sobre todo, por qué Scott Kelly rejuveneció en el espacio y la razón por la que, de vuelta, envejece más rápido que si nunca hubiera ido a aquella misión. Los cambios son reales, por lo que ahora surge una nueva pregunta que queda en aire: ¿cómo de seguro es que, en un futuro próximo, pueda haber viajes comerciales al espacio?