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"Comí comida caducada durante un año y la fecha de caducidad no sirve para nada"
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"NO OLÍA NADA MAL"

"Comí comida caducada durante un año y la fecha de caducidad no sirve para nada"

Scott Nash, CEO de una gran cadena de supermercados estadounidense, hizo un experimento hace un año que puso en duda las pautas para fijar la fecha de caducidad

Foto: Foto: iStock.
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¿Alguna vez has ingerido un producto al que ya se le ha pasado la fecha de caducidad? El año pasado Scott Nash, fundador y director ejecutivo de la cadena de supermercados estadounidense Mom's Organic Market, se atrevió a hacer algo que a muchos les daría pavor: comió una taza de yogur caducada desde hacía meses. También nata diez semanas caducada, y hasta carne de un mes en supuesto mal estado. "No olía nada mal", admite en 'The Atlantic'.

Todo parte de un experimento de un año para probar los límites de vida de los alimentos ya caducados. Titulado "My Year of Eating Expired Food", Nash subió los resultados a su blog personal. "Veo auténticas proezas de la naturaleza", admite. "A veces me pregunto cómo los animales pueden comer sin lavar los alimentos o beber agua de cualquier fuente sin enfermar, aunque no sea potable (mi perro se quita la sed con frecuencia a partir de charcos enfangados en la calle y mis gatos beben hasta del inodoro). Algunos animales incluso se alimentan de cadáveres de otros animales que han estado muertos en climas cálidos durante días".

Cuando se tiran alimentos a la basura, todos los recursos para producir, almacenar y transportar también se desperdician

"Los seres humanos son organismos vivos. Nosotros también somos animales", reconoce. "Así que comencé a preguntarte cuáles serían nuestras capacidades para digerir con éxito alimentos poco seguros". Su experimentó arrancó en octubre con un yogurt con fecha de caducidad en marzo, seis meses después del vencimiento. Lo mezcló con fruta para que supiera mejor. "Olía bien y no había moho. Decidí pasarlo por la licuadora junto con las frutas. Bebí y esperé y no hubo ningún problema".

El yogurt fue el primer alimento de una larga lista. Cafés, salsas pesto, trucha ahumada envasada, embutidos, tacos de fajitas, nata y hasta suero de mantequilla. Y nada. Al parecer, su estómago estaba preparado para todo. Además, no pasó por alto lanzar su reivindicación después del experimento: "Todos estamos de acuerdo en que desperdiciar comida es malo. Cuando se tiran alimentos a la basura, todos los recursos para producir, almacenar, transportar y manipular los mismos (tierras cultivables, mano de obra, energía, agua, productos químicos y petróleo para crear plástico) son también desperdiciados".

La obsolescencia planificada por parte de corporaciones es real. Cuando tiras un producto, las empresas se benefician

"Muchas personas están tomando medidas contra este problema, pero muy pocas piensan en la fecha de caducidad de los productos", reitera Nash. "Como alguien que ha pasado más de 30 años en el negocio de la alimentación, creo que la misión principal es revisar el sistema de pautas a la hora de fijar la fecha. No creerías la cantidad de alimentos que hay desechados en perfecto estado".

No es una mera opinión loca, viene respaldada por un informe del Consejo para la Defensa de Recursos Naturales (NRDC) Entre otras cosas, dicha publicación viene a denunciar la ambigüedad a la hora de presentar esta fecha de caducidad, en lo que coincide Nash: "Estas fechas vienen precedidas de frases como 'usar antes de', 'mejor si consumir antes de', 'vender hasta', 'mucho mejor antes de', 'caduca en'...". En este sentido, el CEO respalda la tesis del informe: "Aunque la mayoría de los etiquetados están diseñados en base a indicaciones de frescura y calidad, muchos alimentos se tiran erróneamente creyendo que lo que verdaderamente indican es la seguridad de su consumo".

Si alguna vez te invito a cenar, es muy posible que haya algo sobre la mesa que esté caducado o dañado

Parece que en la sociedad capitalista en la cual vivimos siempre conviene poner a todo un final. Precisamente, para que aquello que haya acabado o que no se puede explotar o consumir más, sea reemplazado por otra cosa. Esa obsesión por fijar un final definitivo a los bienes de consumo no solo queda relegada a los alimentos; también a “la sal, a lociones y champús, a los jabones de manos, tintes para el pelo, pasta de dientes, cremas de afeitar, etc”. En definitiva, como certifica Nash, “la obsolescencia planificada por parte de corporaciones e industrias es real”. Y “cuando tiras un producto, las empresas se benefician”.

“Soy un ecologista bastante concienciado”, recalca el CEO. “Odio los residuos, especialmente los ambientales y muy concretamente los de alimentación. A día de hoy, cada vez que compro, reviso las facturas como un halcón. Me criaron para hacer lo que esté en mi mano para evitar el desperdicio. Mi despensa está llena de latas abolladas, cajas aplastadas y productos empaquetados en los que se ha despegado la etiqueta. Si alguna vez te invito a cenar, es muy posible que haya algo sobre la mesa que esté caducado o dañado”. ¿Estará Nash inventando una nueva tribu urbana con su ejemplo? De momento, lo más cercano a la ideología que predica es el ecologismo 'freegan' en el que sus acólitos, además de ser estrictamente vegetarianos, se alimentan de los productos que recogen de la basura.

La respuesta de la FDA

“En mi opinión, los estadounidenses y sus instituciones tienen un gran trastorno de ansiedad cuando se trata de la seguridad alimentaria”, critica Nash. “El sistema de fechado de caducidad debe ser revisado. Debemos ser coherentes, incluyendo términos como “consumir mejor antes” o “para una mejor calidad del producto, consumir antes de”… Otros artículos, como las toallitas de bebé o los productos enlatados, no necesitan esta etiqueta”. Lo que no imaginaba es que obtendría respuesta por parte de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA).

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Así, al tratarse del CEO de una de las principales empresas de venta de alimentos y productos para el hogar el que emitió esta queja (lo que se conoce popularmente como una “grocery store” o, aquí en España, un "Alimentación-Todo a 100" de toda la vida), el organismo tomó nota y se tomó muy en serio sus palabras. Ahora, un año después, parece haber tomado nota, aunque todavía debe ser aprobado por ley. “Cuando se trata de seguridad alimentaria, la FDA ha exigido a los fabricantes que usen bien la terminología de cara a prevenir del riesgo para la salud”, explica Daron Taylor, periodista en 'The Atlantic'. “Pero aunque anime a incluir frases como 'mejor si es consumido antes de', todavía no hay una ley que lo regule”.

“Vamos a necesitar que las principales agencias gubernamentales se sienten y hablen sobre la precisión de esta información de caducidad en los alimentos”, asegura Emily Broad Leib, de la Escuela de Derecho y Políticas Clínicas de Harvard, quien aboga por unos cambios aprobados a nivel federal. “Una etiqueta que cuando la veas explique con claridad que es lo que deberías hacer y cómo y cuándo consumirla”.

¿Alguna vez has ingerido un producto al que ya se le ha pasado la fecha de caducidad? El año pasado Scott Nash, fundador y director ejecutivo de la cadena de supermercados estadounidense Mom's Organic Market, se atrevió a hacer algo que a muchos les daría pavor: comió una taza de yogur caducada desde hacía meses. También nata diez semanas caducada, y hasta carne de un mes en supuesto mal estado. "No olía nada mal", admite en 'The Atlantic'.

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