Las piscinas naturales más impresionantes para soportar el verano de norte a sur
No hay mejor idea que aprovechar las piscinas naturales para refrescarse en verano: desde la escondida entrada del mar en Gulpiyuri (Asturias) hasta las formaciones volcánicas de El Hierro
El calor sofocante que trae consigo el verano obliga a buscar espacios donde refrescarse. Las piscinas son las grandes triunfadoras de estas fechas, capaces de resucitar las amistades más olvidadas, pero recurrir a ellas si se vive cerca de la costa es casi una blasfemia teniendo en cuenta que España cuenta con uno de los litorales más privilegiados del mundo, hasta el punto de que la Fundación Europea de Educación Ambiental acredita el liderazgo patrio otorgando 669 banderas azules, de las cuales 556 son playas, 98 puertos y cinco embarcaciones.
Otras opciones menos convencionales son las piscinas naturales, masas de agua formadas por manantiales, ríos o incluso la entrada del mar en tierra firme, apenas pervertidas por la mano del hombre. La geografía nacional ofrece opciones para todos los gustos: algunas cuyo principal atractivo es el entorno paradisíaco en el que se ubican y otras especiales por las propiedades del agua. Estas son algunas de las más impresionantes:
Gulpiyuri (Asturias)
Entre la costa de Ribadesella y Llanes se encuentra semiescondida la playa de Gulpiyuri. Aunque su longitud no es superior a los 50 metros, son muchos los lugareños y extranjeros que se animan a darse un baño en las aguas saladas que entran a través de un túnel entre las rocas. Para llegar hasta allí es necesario tomar la Autovía del Cantábrico hasta la localidad de Naves y, una vez allí, coger la salidad 313 (Naves/Villahormes/Hontoria).
La poza de los patos (Málaga)
La ciudad malagueña de Nerja no sólo puede presumir de playa. También alberga la poza de los patos o el vado de patos, una garganta natural esculpida por el río Chillar en las Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama. El punto de acceso a la senda es la antigua cantera y, tras pasar una pequeña central hidroeléctrica, el visitante debe seguir un camino que transcurre durante una hora hasta la confluencia del río Higuerón.
Cascada de Xorroxin (Navarra)
Enmarcada en un frondoso bosque de hayas y castaños, Xorroxin marca el nacimiento del río Bidasoa. Para llegar hasta allí hay que emprender un camino tan sugerente como el propio salto de agua. Los 5,6 kilómetros de ruta arrancan en el pueblo de Erraztu, desde donde se pueden contratar paseos guiados. Tras cruzar el río Baztán, es necesario caminar hasta el punto en que la espesa vegetación deja paso a una cascada de cuento.
Garganta de los Infiernos (Cáceres)
Situada en la zona suroeste de la Sierra de Gredos, la reserva natural de Garganta de los Infiernos es otro de los encantos del Valle del Jerte. En este entorno natural sin paragón se encuentran 13 increíbles piscinas naturales habitiladas para el baño a las que se accede pasando por un centro de interpretación situado juanto a la N-110, a unos tres kilómnetros de Cabezuela del Valle en dirección a la localidad de Jerte.
Poza da Moura (Pontevedra)
El río Muiños forma a su paso un estanque cristalino — tan bello como difícil de encontrar— que ofrece una sinigual panorámica de la ría de Vigo y el puente de Rande. No es sencillo llegar hasta el lugar: si se quiere llegar en coche, es necesario circular por la carretera que va a Moaña hasta dejar a la derecha una prounciada pendiente, pero sin duda merece la pena, pues quienes consiguen encontrar la Poza tienen ante sí un espléndido paraje flanqueado por un puente de madera sobre el río.
Charco de La Laja (Tenerife)
La localidad tinerfeña de San Juan de la Rambla cuenta con uno de los enclaves más atractivos de Canarias. Con sólo atravesar un sendero paralelo a la costa, los visitantes quedarán impresionados gracias a un mirador que permite disfrutar de las mejores vistas de la isla. Al bajar las escaleras, podrán disfrutar del baño en un charco natural formado por las erupciones volcánicas en el océano Atlántico.
Charco azul (El Hierro)
Situada en el golfo de El Hierro, este enclave virgen representa una de las formaciones volcánicas más peculiares de la isla. Para llegar a esta bonita playa natural hay que seguir la carretera que comunica Tigaday con Los Llanillos, para desde allí dirigirse hacia la costa. Especialmente mágica es la cueva 'submarina' donde se puede disfrutar de un refrescante baño salado.
Lagunas de Ruidera (La Mancha)
Declarado Parque Natural en el año 1979, las cristalinas aguas de Ruidera conforman un oasis entre Albacete y Ciudad Real. Un total de 16 lagunas conecctadas entre sí a través de torrentes de agua dan vida a este paraíso al que se puede acceder por la A-4 a la altura de Manzanares, por la A-43 en Argamasilla de Alba, por la CM-42 en Tomelloso, y por la N-430 en Ruidera y Ossa de Montiel.
Las Chorreras (Cuenca)
Una ruta circular de 13 kilómetros conduce a Las Chorreras de Enguidanos, un conjunto de calas turquesas creadas por el río Cabriel en la Serranía de Cuenca. Para poder disfrutar de un baño en ellas, hay que localizar la CU-V-5014 en dirección noroeste, hacia Cardenete. Después, se abre una ruta de cuatro horas que no está recomendada para personas inexpertas. Incluso hay empresas de barranquismo que ofrecen la posibilidad de guiar a los más aventureros hasta el lugar con un extra de adrenalina.
Cascadas del Huéznar (Sevilla)
El monumento natural de las cascadas del Huéznar, una zona del río homónimo en San Nicolás del Puerto, destaca entre la maleza de la Sierra Norte de Sevilla. Merece la pena visitar las pozas que surgen al acaer el agua sobre peculiares formaciones calizas conocidas como travertinos, pero también hacer el camino siguiendo el curso del río hasta llegar a la única zona habilitada para el baño. Es necesario coger la carretera de San Nicolás del Puerto en dirección hacia Cazalla de la Sierra e iniciar el sendero desde el área recreativa El Martinete.
El calor sofocante que trae consigo el verano obliga a buscar espacios donde refrescarse. Las piscinas son las grandes triunfadoras de estas fechas, capaces de resucitar las amistades más olvidadas, pero recurrir a ellas si se vive cerca de la costa es casi una blasfemia teniendo en cuenta que España cuenta con uno de los litorales más privilegiados del mundo, hasta el punto de que la Fundación Europea de Educación Ambiental acredita el liderazgo patrio otorgando 669 banderas azules, de las cuales 556 son playas, 98 puertos y cinco embarcaciones.
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