Es noticia
Por qué es mucho mejor estar a oscuras cuando vas al baño
  1. Alma, Corazón, Vida
una idea brillante

Por qué es mucho mejor estar a oscuras cuando vas al baño

El periodista Zak Jason asegura que no hay mejor experiencia que la de colocar tus posaderas en la taza del váter sin ninguna distracción en tus manos. ¿Por qué?

Foto: Foto: iStock.
Foto: iStock.

Dice una conocida poesía que de los placeres sin pecar, el más dulce es el cagar. Según los últimos estudios sobre el tema (sí, los hay, aunque te sorprenda), al menos tres cuartos de los estadounidenses pasan ese tiempo de reflexión en la taza del váter con el teléfono en la mano, incluidos los miembros de la generación Z. Probablemente en el resto del mundo, incluyendo a España, la cosa no cambie mucho. Otros menos tecnológicos prefieren sentarse con una revista o un libro en las manos, y aprovechan para introducirse en otros mundos.

Ahora bien, el periodista Zak Jason en 'Wired' aboga por volver a nuestros orígenes, cuando el ser humano era nómada y acudía a la llamada de la naturaleza sin ningún pudor o entretenimiento del mundo posmoderno. Como si se introdujese en la caverna de Platón, Jason asegura haber sentido una experiencia religiosa, como la de Enrique Iglesias, en una ocasión en la que, según sus propias palabras, "la combinación de café, huevos y chorizo en mi interior corrían hacia las salidas y tuve que ir urgentemente al baño".

La mayoría de los teléfonos móviles tienen materia fecal, por lo que si vas al baño con ellos equivale a no haberte lavado las manos

En éxtasis, como Mark Renton enfrentándose al peor retrete de Escocia, el periodista se desplomó literalmente sobre el inodoro de un bar, sin preocuparse siquiera en encender las luces. "La liberación inmediata, envuelta en sombras, fue cósmica, como despertar de una pesadilla, darme cuenta de que es Navidad, tengo cinco años y puedo volar", asegura. "A día de hoy no he conseguido volver a vivir una experiencia semejante, pero sigo yendo al baño con la luz apagada".

El doctor Anish Sheth, en su libro 'What's your poo teling you?' o '¿Qué te está diciendo tu caca?' revela porqué nos es tan placentero ir al baño. Incluso menciona el término 'poo-phoria' (algo así como euforia por cagar), porque, al parecer, el movimiento de las entrañas estimula el nervio vago, el cual desciende desde el cerebro hasta el colon, pasando por el corazón y el estómago. Este nervio juega un rol fundamental en muchas funciones corporales y, cuando se estimula, causa sudoración y escalofríos y también hace caer tu ritmo cardiaco y presión sanguínea, tanto que en ocasiones podrías llegar hasta a desmayarte. A esto se le llama síncope defecatorio.

placeholder

"Algunos comparan esta euforia por cagar con una experiencia religiosa o un orgasmo", explica. "En el proceso se liberan endorfinas". Y, ¿por qué prefiere hacerlo a oscuras completamente como si se encontrase de nuevo en el útero? "Ir con el teléfono al baño solo hace las cosas más difíciles. Por un lado tienes más posibilidades de pasar tiempo en el inodoro -igual que leyendo- por lo que aumentan las posibilidades de desarrollar hemorroides y otras enfermedades gastrointestinales". Además, otro estudio realizado en Reino Unido descubrió que el 16% de los móviles contenían material fecal. Llevar el teléfono al baño es como no haberse lavado las manos.

Foto: ¿Y si es mejor lavarse solo con agua? (Corbis)

Jason es un ferviente defensor, por tanto, de que acudas al excusado con tu sola presencia y sin nada en las manos. Si es a oscuras, mejor. "Ya pasamos demasiado tiempo mirando pantallas. Esos momentos en los que te encuentras sentado en la taza, intentando que nuestros ojos se acostumbren a la oscuridad, son estupendos para reflexionar sobre nuestra existencia y meditar, mientras dejamos que el placer recorra todo nuestro cuerpo". Eso sí, antes de limpiarte mejor enciende la luz. No es necesario correr ese riesgo.

Dice una conocida poesía que de los placeres sin pecar, el más dulce es el cagar. Según los últimos estudios sobre el tema (sí, los hay, aunque te sorprenda), al menos tres cuartos de los estadounidenses pasan ese tiempo de reflexión en la taza del váter con el teléfono en la mano, incluidos los miembros de la generación Z. Probablemente en el resto del mundo, incluyendo a España, la cosa no cambie mucho. Otros menos tecnológicos prefieren sentarse con una revista o un libro en las manos, y aprovechan para introducirse en otros mundos.

Reino Unido Escocia
El redactor recomienda