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Por qué nunca debes echar azúcar al té, según la ciencia
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CALORÍAS INNECESARIAS

Por qué nunca debes echar azúcar al té, según la ciencia

Una investigación británica recomienda beber esta clásica infusión sin ningún tipo de aditivo que la haga dulce, ya que es mucho más sana y tampoco la necesita

Foto: Foto: iStock.
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Podríamos decir que el mundo en el que habitamos hay dos clases de personas: las que echan azúcar al té o al café y las que no. Al igual que otros inacabables debates gastronómicos o relacionados con el buen gusto como el mítico de la tortilla de patata (con o sin cebolla), cuando te encuentras en situaciones cotidianas es frecuente que al derramar el azúcar sobre uno de los dos líquidos alguien te dé su beneplácito o bien su desaprobación. Pero, ¿qué dice la ciencia al respecto?

Bien es sabido que en Reino Unido (país de donde bebe, y nunca mejor dicho, la tradición), buena parte de la población no es nada favorable a añadirle azúcar, ya que la bebida es amarga de por sí, y lo único que logra la glucosa es aniquilar su auténtico sabor. Pero para los menos puristas la idea de beber té sin azúcar se puede hacer insoportable, ya que los que no tienen el paladar tan fino necesitarán aderezar su sabor con un terrón o dos.

El 42% de los participantes que lo fueron dejando de forma gradual al final se acostumbraron al sabor y ya solo lo toman sin azúcar

El University College de Londres y la Universidad de Leeds han realizado un estudio en el que demuestran que nunca más deberías ingerir tu taza de té diaria con azúcar. Durante un mes, los investigadores observaron los hábitos del consumo de esta deliciosa infusión por parte de 64 personas que a menudo le echaban azúcar. Para realizar el informe, se dividió a los participantes entre aquellos que lo seguían echando y los que dejaron de hacerlo de forma gradual.

Después de cuatro semanas, los científicos descubrieron que aquellos que reducían o dejaban de consumir azúcar seguían disfrutando de su bebida, pasándose al bando contrario, según informa 'The Independent'. El 42% de los participantes que lo fueron dejando de forma gradual se hicieron al té sin glucosa, al igual que el 36% de los que siguieron endulzando el caldo. Este descubrimiento es especialmente bueno para todos aquellos que ya sea por enfermedad o decisión personal quieran reducir el consumo de glucosa, muy perjudicial para aquellas personas con dolencias cardiovasculares, sobrepeso o diabetes tipo 2.

Si te gusta mucho, puedes obtener azúcar de forma natural y mucho más sana a través de frutas como el melón o la sandía

El té por sí mismo tiene propiedades muy positivas para el organismo, ya que es un potente antioxidante que previene enfermedades cardiovasculares y diabetes. Precisamente si le echas azúcar eliminas tales beneficios. Si por ejemplo estás siguiendo un plan de adelgazamiento, el azúcar añadirá también calorías innecesarias que van en sentido opuesto al propósito verdadero.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda un consumo de menos del 10% de la ingesta calórica diaria, lo que equivale a 50 gramos o 12 cucharadas al día. Los españoles, en concreto, no hacemos caso a estas sugerencias internacionales, ya que según el estudio ENRICA (Estudio de Nutrición y Riesgo Cardiovascular), ingerimos un total de 111,2 gramos al día, casi el doble de lo aconsejable, lo que representa el 18,2% del aporte calórico.

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Lo mejor que puedes hacer para evitar pasarte es eliminar el consumo de bollería industrial. Si te gustan mucho los dulces en el postre, intenta elaborarlos de forma casera y no recurras a alimentos precocinados o cargados de grasas trans. Asimismo, lo mejor que puedes hacer es obtener la glucosa de forma natural, es decir, a través de la fruta. Por ejemplo, y ahora que viene el buen tiempo, la sandía y el melón son dos de los mejores productos con los que obtenerla de forma natural, y están sabrosísimos.

"La ingesta excesiva de azúcar es un problema de salud pública y la mayor parte de este se consume a través de bebidas y refrescos", concluyen los autores del estudio. "Reducir el consumo de azúcar de las bebidas puede servir para disminuir el total". Aunque los autores especificaron que necesitaban realizar un ensayo mucho más amplio para confirmar su hipótesis, agregaron que realizarían más pruebas en otro tipo de bebidas, como el café o las bebidas energéticas.

Podríamos decir que el mundo en el que habitamos hay dos clases de personas: las que echan azúcar al té o al café y las que no. Al igual que otros inacabables debates gastronómicos o relacionados con el buen gusto como el mítico de la tortilla de patata (con o sin cebolla), cuando te encuentras en situaciones cotidianas es frecuente que al derramar el azúcar sobre uno de los dos líquidos alguien te dé su beneplácito o bien su desaprobación. Pero, ¿qué dice la ciencia al respecto?

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