Toda la verdad sobre la taza de café que tomas por la mañana
No es muy común pensar en el agua que consumimos en ese primer desayuno o cuando vamos al súper a comprar. Sin embargo, es necesario comenzar a hacerlo
Sale de manera natural. Te despiertas por la mañana y con los ojos aún hinchados y llenos de legañas (bueno, vale, quizá puedes lavarte la cara antes), te diriges a la cocina y comienzas a preparar un café. Quizá lo prefieres solo, o con leche, o incluso americano (con agua). ¿Eres de los que se decanta por esta tercera opción? Pues, antes de que continúes, para un momento y lee esto.
Podemos aplicarlo a otras cosas, no solo a la taza de café mañanera, también al momento en que abras el grifo para lavarte los dientes y lo dejes correr un rato mientras piensas en tus cosas distraidamente. "Si bien somos conscientes de cuántas cantidades usamos para beber, bañarnos y lavar la ropa, lo que puede ser menos obvio es el agua que se usa para producir los alimentos que comemos, la ropa que usamos y las vidas que llevamos", informa 'World Economic Forum'.
Conocemos la huella de carbono, pero hablamos poco de la hídrica, es decir, cómo usamos nuestros recursos de agua dulce
Porque, seamos claros, nadie va a prescindir del agua (al fin y al cabo nosotros mismos somos un 70% de ella), pero no viene mal saber cuánta se ha necesitado para, por ejemplo, esa cerveza que vas a tomarte por la tarde después de trabajar y que tanto te apetece. La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación ha hecho un pequeño gráfico que probablemente te sorprenda.
"Es parte de cualquier proceso de producción. Lo necesitamos para cultivar manzanas, así como para producir un paquete de patatas fritas. La cantidad de agua necesaria en este proceso depende de dónde nos encontremos, ya que el clima y las prácticas agrícolas serán los actores más importantes", explican desde la organización. Para producir una hamburguesa, por ejemplo, explican que se necesitan hasta 2.400 litros. Para un huevo, "basta" con 135 y para un vaso de leche 200.
El agua no es un elemento en el que solamos pensar cuando vamos al supermercado, sin embargo es necesario en todos los procesos de producción. Como explica 'Statista', "todos estamos familiarizados con el término 'huella de carbono', pero ¿qué pasa con la huella hídrica? (el indicador integral de la apropiación de los recursos de agua dulce). Si bien la mayoría de las personas tienen en mente su próxima factura al tomar una larga ducha, ¿alguien realmente piensa en ella cuando va de compras?".
Como podemos observar en la tabla, es bastante notable que la carne y las aves de corral son los productos alimenticios que más agua necesitan, junto con las nueces. Un kilo de carne de vacuno requiere un promedio de 15.415 litros de agua, la gran mayoría utilizada para cultivar el alimento que tomarán los animales. La fruta, en comparación, no requiere tanta: una manzana consume 70. Pero no te preocupes por la comida, hasta una camiseta puede llevar 2.000 litros de agua.
En general, tampoco te obsesiones. El agua utilizada para producir nuestra comida y ropa representa una gota en el océano en comparación con el uso industrial de H2O. Según Greenpeace, las centrales eléctricas de carbón del mundo consumen el equivalente a las necesidades de agua de 1.000 millones de personas.
¿Qué hacer?
No hace falta que a partir de ahora te declares en huelga de agua y no vuelvas a ducharte, porque tu círculo cercano no tiene la culpa de nada. Tampoco te dediques a dejar todos los grifos abiertos y te marches de casa, claro. Dado que el planeta no tiene un suministro interminable, el volumen utilizado actualmente por la industria, los fabricantes y los consumidores no es sostenible, sobre todo a medida que aumenta la población mundial. Se estima que para el año 2050 habrá 9,8 mil millones de personas en la Tierra, lo que aumentará drásticamente la presión sobre los recursos existentes.
'World Economic Forum' aboga por alentar a las nuevas generaciones de las soluciones, en pos de cumplir los objetivos de agua y saneamiento que han sido descritos en el Objetivo de Desarrollo Sostenible de la ONU: garantizar la disponibilidad y gestión sostenible del agua y saneamiento para todos. Por supuesto, esta es una iniciativa a nivel global, pero tú puedes ayudar a pequeña escala si estás concienciado. Son pequeñas cosas que probablemente conoces de sobra. Cierra el grifo mientras te afeitas, lavas los dientes o cuando te estés enjabonando la cabeza y elige la ducha al baño. Como has podido observar, tus decisiones alimentarias también puede marcar el cambio.
La próxima vez que prepares el café de la mañana (o cualquier variante, o incluso cuando te estés lavando los dientes) recuerda que 884 millones de personas alrededor del mundo no tienen agua potable para beber y 2,3 mil millones no tienen acceso a instalaciones de saneamiento básico, como los inodoros.
Sale de manera natural. Te despiertas por la mañana y con los ojos aún hinchados y llenos de legañas (bueno, vale, quizá puedes lavarte la cara antes), te diriges a la cocina y comienzas a preparar un café. Quizá lo prefieres solo, o con leche, o incluso americano (con agua). ¿Eres de los que se decanta por esta tercera opción? Pues, antes de que continúes, para un momento y lee esto.