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Ser el primogénito es importante: en qué influye el orden de nacimiento
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Ser el primogénito es importante: en qué influye el orden de nacimiento

La personalidad de los hijos depende mucho del lugar que ocupan en la escala familiar. Sobre todo si se quieren dedicar a fundar y dirigir empresas

Foto: Foto: iStock.
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Ser el primero, el segundo o el tercero. ¿El orden de nacimiento importa? Si hay algo claro es que los padres no tratan a todos los hijos por igual, ya que la vida cambia y seguro que tener un tercero ya no es una sorpresa tan mayúscula o un cambio tan profundo como lo fue el momento en que llegó el primero. Además, un clásico que repiten todos los psicológos es de los celos que puede sentir el primogénito al ver que ya no es el centro de atención y ha llegado uno más a la familia.

Depende de varios factores, pero por lo general el primer hijo suele ser al que se le atribuye el liderazgo, así como también aquel que debe complementar la educación vital y sentimental de su otro hermano. Ya que es el mayor, se le encasqueta el papel del fuerte cuya función es proteger al débil. Eso también puede conllevar a conflictos o problemas dentro del seno familiar. ¿Qué dice la ciencia al respecto? Algunos expertos han descubierto que sí que influye, y mucho, el orden de nacimiento en el árbol genealógico.

Los mayores: el liderazgo

"Vienen al mundo como si fueran la única princesa o príncipe de sus padres", explica Jeffrey Kluger autor del libro 'The Sibbling Effect', en el que detalla las relaciones existentes entre hermanos. "Están mucho más predispuestos a sentirse mimados y a crecer con la sensación de ser el centro de la órbita familiar", añade en la revista 'Time'.

Es posible que los hermanos que se localizan en el medio no acaben siendo jefes, pero son los más sociables, una garantía de éxito

También pueden desarrollar posiciones de liderazgo mucho más fuertes que el resto de sus hermanos. En una encuesta realizada en 2007 con un total de 1.582 ejecutivos, el 43% confirmó que eran los primeros en nacer de su familia. Otra encuesta más pequeña reveló que los primogénitos son un 55% más propensos que el resto de la población a ser fundadores de empresas o de distintas organizaciones.

"Los estudios han demostrado que aquellos que son primogénitos tienden a administrar sus empresas mejor, por ejemplo, simplificando las líneas de productos o las rutas de distribución y, en general, asegurándose de que los trenes con mercancías lleguen a tiempo", observa Kluger, quien propone los ejemplos de Elon Musk y Jeff Bezos, CEO de Tesla y Amazon respectivamente.

Los que están en el medio: trabajo en equipo

Los niños que nacen en el medio tienden a poseer personalidades menos definidas que las de sus hermanos mayores o menores. A decir verdad, tienen cosas de ambos. "Son como un rompecabezas", describe Kluger. "Pueden adoptar comportamientos de los dos. Un estudio de la Universidad de Redlands, en California, descubrió que están más centrados en las relaciones personales, lo que sin duda es un buen augurio si quieren dedicarse al mundo empresarial.

Los últimos que nacieron son los más propensos a reinventar una compañía, en vez de simplemente mejorarla o reformarla

"Conectar, negociar y llegar a un punto en común". Estas son las habilidades que vienen más marcadas en su personalidad, según el experto. "Es posible que los hermanos que se localizan en el medio no acaben siendo jefes corporativos, pero hagan lo que hagan seguro que usan la forma más cordial y agradable, y eso podría llevarlos a alcanzar más éxito que sus hermanos".

Los últimos en nacer: reescriben las reglas

La mayor peculiaridad de haber nacido el último es que tienes que lidiar con ser el más pequeño, y por ende, el más débil del grupo. "Eso los hace más propensos a ser rebeldes", señala Kluger. "También los hace más divertidos, intuitivos y más carismáticos que sus hermanos mayores. Si no puedes usar la fuerza física para evitar que te empujen, aprendes otras técnicas, como prestar atención a los puntos débiles en la forma de ser y los pensamientos de los otros. Todo con tal de estar un paso por delante y que no te pisen".

Según un estudio de la Universidad de California, los hermanos más pequeños tienden a participar en deportes de riesgo mucho más que sus mayores. Esto podría traducirse como una habilidad especial para aceptar riesgos en el mundo profesional y ser más lanzados a la hora de la verdad. "Los últimos que nacieron son los más propensos a reinventar una compañía por completo, en vez de simplemente mejorarla o reformarla". Pero aunque les gusten los riesgos, otra investigación halló que son los más relajados, tranquilos y divertidos.

Ser el primero, el segundo o el tercero. ¿El orden de nacimiento importa? Si hay algo claro es que los padres no tratan a todos los hijos por igual, ya que la vida cambia y seguro que tener un tercero ya no es una sorpresa tan mayúscula o un cambio tan profundo como lo fue el momento en que llegó el primero. Además, un clásico que repiten todos los psicológos es de los celos que puede sentir el primogénito al ver que ya no es el centro de atención y ha llegado uno más a la familia.

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