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¿Se recuperan las horas de sueño?
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¿Se recuperan las horas de sueño?

Los estudios demuestran que no dormir lo suficiente o tener una mala calidad de sueño incrementa el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas o hipertensión

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El ser humano pasa durmiendo aproximadamente un tercio de su vida y, sin embargo, todavía cuesta concienciarse de la importancia de la calidad de sueño para vivir más y mejor. “Dormir mal”, explica el Dr. Gonzalo Pin, jefe de la Unidad del Sueño del Hospital Quirónsalud Valencia, “influye en la concentración, en la atención, así como en el estado de ánimo de una persona. Con el tiempo, pueden desarrollar ansiedad y depresión”.

Cuando se duerme poco, las defensas bajan y el cuerpo se debilita. Se es más propenso a coger algún virus o bacteria, al no tener fuerzas el sistema inmunológico para hacerles frente. “Si realmente uno duerme mal porque tiene apnea del sueño o algún otro trastorno”, continúa el especialista, “puede sufrir un riesgo cardiovascular e incrementar el riesgo de padecer un infarto cerebral. También aumentan las posibilidades de sufrir hipertensión, que es, a su vez, un factor de riesgo tanto de infarto cerebral como de hemorragia. Por no mencionar que un tercio de los accidentes de tráfico está relacionado con un déficit del tiempo de sueño o de su calidad”.

El sueño es como el camión de la basura del cerebro, cada noche limpia nuestro cerebro para prepararlo para la actividad diurna

Además, durante el sueño, nuestro cuerpo produce determinadas hormonas; por ejemplo, dormir profundamente desencadena mayor liberación de la hormona de crecimiento. Otros tipos de hormonas también se liberan durante el sueño para ayudar a combatir las infecciones.

Por otra parte, el sueño favorece la 'limpieza' del sistema nervioso central de sustancias que se van acumulando durante la actividad diaria como 'basura residual'. “El sueño es como el camión de la basura del cerebro, cada noche limpia nuestro cerebro para prepararlo para la actividad diurna”, subraya Pin.

Características de un sueño reparador

Hay tres características necesarias para que el sueño cumpla su papel reparador:

  1. Una cantidad determinada de horas de sueño continuado. El número de horas necesarias para tener una buena calidad de sueño varía con la edad. Generalmente, cuanto más mayor es una persona, menos horas necesita dormir. No obstante, el rango aceptable en los adultos se encuentra entre las siete y las 10 horas diarias.
  2. Ritmicidad: mantener unos horarios similares, si no todos los días, la mayoría de ellos.
  3. Dormir en un ambiente que favorezca el sueño en cuanto a luz, ruido, temperatura…

En resumen, un sueño de calidad es un sueño continuo, sin despertares y a lo largo de la noche. Si se tiene dificultad para dormir, es recomendable salir de la cama y volver a los 15-20 minutos.

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También es importante entender que las horas de sueño no se recuperan. Es decir, si un día se duerme poco, mal o, directamente, no se duerme, no sirve pensar que se recuperarán esas horas durmiendo más al día siguiente. “Es muy simple”, aclara el Dr. Pin, “el sueño no se recupera al 100% ni mucho menos. Si me paso todo un día sin comer, ¿al día siguiente soy capaz de comer el doble o me sacio antes?”.

También es importante destacar que, así como dormir horas de menos es perjudicial, dormir de más también nos indica que algo no está funcionando correctamente. Cuando pasamos horas y horas en la cama y aun así seguimos cansados, algo no funciona bien en nuestro cuerpo.

Origen y tratamiento de los trastornos

Los trastornos del sueño no son patologías graves en sí mismas, pero pueden afectar, como hemos visto antes, a nuestra vida diaria. Su origen puede ser muy variado y, a veces, pueden ser causa de alguna enfermedad o propiciar otras. Los trastornos más habituales y su tratamiento son:

  1. Roncopatía: “Desde hace algunos años. existen técnicas quirúrgicas poco invasivas que pueden ser realizadas bajo anestesia local y que tienen una recuperación posoperatoria rápida”, explica el Dr. Pin.
  2. Apnea del sueño: las indicaciones en este caso suelen pasar por disminución de peso (es conveniente ponerse en manos de un especialista en nutrición). Es importante intentar no dormir sobre la espalda, evitar la ingestión de alcohol, tranquilizantes y el consumo de tabaco, además de realizar ejercicio moderado al atardecer.
  3. Síndrome de las piernas inquietas: mantener un horario de sueño regular, realizar ejercicio físico moderado (a última hora de la tarde) y reducir el consumo de café, tabaco y alcohol, ya que estos empeoran las molestias del SPI.
  4. Narcolepsia: aunque no hay una cura para este trastorno, los medicamentos y cambios en el estilo de vida pueden ayudar a controlar los síntomas.
  5. Trastornos del ritmo sueño-vigilia: se pueden dividir a su vez en las siguientes patologías:
  • Insomnio crónico: se aconseja cambiar los hábitos inadecuados que, en principio, surgieron como un intento de paliar sus efectos negativos, cambiar los pensamientos erróneos que aumentan la preocupación y reducir la elevada activación emocional asociada a estas variables.
  • Parasomnias (episodios breves o parciales de despertar, sin que se produzca una interrupción importante del sueño): se recomienda proteger el entorno donde duerme la persona para evitar accidentes. En caso de presenciar alguno, intentar acompañarla de nuevo a la cama y que continúe durmiendo. Aunque no es consciente, sí se suele poder establecer un mínimo de comunicación. Despertarla de modo brusco puede producir una situación desagradable con perplejidad y susto, pero no es perjudicial para su salud.
  • Estrés y ansiedad: sería conveniente minimizar el riesgo de sufrir estos problemas con programas de inoculación al estrés, que enseñan herramientas útiles para la vida como planificación del tiempo, toma de decisiones o solución de problemas, habilidades sociales y asertividad, relajación, así como mejora de la autoestima.
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Sin embargo, para diagnosticar y tratar correctamente cualquiera de estos trastornos, es fundamental ponerse en manos de un especialista. “Es indispensable”, afirma el Dr. Pin, “realizar un estudio del sueño. Se registra, si es posible, el electroencefalograma y otras variables durante la noche y la imagen en vídeo para conocer en qué fase del sueño ocurren los episodios y cómo son”.

En este sentido, algunas personas recurren a tomarse una copa cuando no pueden dormir o directamente a la medicación por su cuenta. En ninguno de los casos estaríamos haciendo lo correcto. Utilizar el alcohol para dormir puede traernos problemas de salud y, además, contribuye a modificar los ciclos de sueño, generando un sueño fragmentado y de mala calidad. Por no hablar de los dolores de cabeza y musculares que probablemente tendremos al despertar. “Al día siguiente, además, aparecerá una necesidad excesiva de sueño con la que tendremos que lidiar y, al disminuir el alcohol, los casos de ansiedad, estrés o depresión se verán agravados”.

La medicación no es la única solución para un problema de sueño. Son necesarias medidas de higiene de sueño y cambios conductuales

En cuanto a la medicación, aunque hablemos de opciones 'naturales' como la melatonina, Pin subraya la importancia de recordar que siempre debe ser una prescripción médica y no automedicarse nunca. “Además”, añade, “la medicación no es la única solución para un problema de sueño. Son necesarias medidas de higiene de sueño y, en ocasiones, de cambios conductuales”.

En definitiva, podemos afirmar que para el día a día, para la salud física y mental, dormir bien es esencial. Un sueño adecuado es una parte clave de un estilo de vida saludable, es una función biológica esencial para el organismo y descansar de forma inadecuada puede tener graves consecuencias.

*El Confidencial, en colaboración con Quirónsalud, presenta una serie de artículos para aclarar dudas referentes a mitos y creencias populares relacionados con la salud así como para combatir las falsas informaciones que se puedan generar en internet. Si tienes alguna duda sobre la consulta resuelta y quieres más información, puedes contactar con el Hospital Quirónsalud Valencia.

El ser humano pasa durmiendo aproximadamente un tercio de su vida y, sin embargo, todavía cuesta concienciarse de la importancia de la calidad de sueño para vivir más y mejor. “Dormir mal”, explica el Dr. Gonzalo Pin, jefe de la Unidad del Sueño del Hospital Quirónsalud Valencia, “influye en la concentración, en la atención, así como en el estado de ánimo de una persona. Con el tiempo, pueden desarrollar ansiedad y depresión”.

Dormir bien Sueño Quirónsalud
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