En los colegios franceses a los padres se les llamará 'progenitor 1' y 'progenitor 2'
Con esta nueva ley se pretende que los padres o madres del mismo sexo no se sientan excluídos y no sufran ningún tipo de marginación o de discriminación
Una familia no tiene que estar formada solamente por un padre y una madre. Es a fin de cuentas un concepto antropológico y, por lo tanto, definido socialmente, por lo que debe ser flexible y adaptable a las diferentes realidades y estructuras diferentes de cada situación.
Para que los padres del mismo sexo no sufran ninguna discriminación, Francia ha aprobado una enmienda en su parlamento para que a partir de ahora en los documentos oficiales escolares no aparezca ni 'padre' ni 'madre', figuando en su lugar 'progenitor 1' y 'progenitor 2'.
Con esta medida, impulsada por el presidente Emmanuel Macron, se busca reducir la marginación que sufren las familias que no están formadas por un núcleo de hombre y mujer o sean solo de un miembro, ya sea abuela, abuelo, tíos... "Esta ley busca que la legislación reconozca la diversidad familiar de los niños, también en los formularios administrativos", ha explicado en una comparecencia la diputada Valerie Petit.
"Tenemos familias que se encuentran frente a unas casillas marcadas por modelos sociales y familiares bastante anticuados. Para nosotros, este artículo es una medida de igualdad social", asegura 'The independent'. No obstante, este lenguaje inclusivo ha sido duramente criticado por los conservadores, ya que aseguran que su aplicación deshumaniza la paternidad y puede ocasionar conflictos al intentar definir qué progenitor debería ser catalogado como el 1 o el 2. Además, los que están a favor de la medida ven errores, porque consideran que no se da cabida a las familias monoparentales.
Por ello, Anne-Christine Lang, una de las parlamentarias promotoras de la iniciativa, ha propuesto reescribir la enmienda y poner 'padre-madre-padre-madre' en los documentos administrativos para evitar "el problema de la priorización", pero en ese caso no se contaría con otro tipo de familiares que se hacen cargo de los pequeños.
Medida contradictoria
En 2017, el primer ministro francés, Edouard Philippe, ordenó la prohibición del llamado lenguaje inclusivo en los textos oficiales, contra el que ya se había alzado la Academia de la Lengua. En la circular, el jefe del Ejecutivo invitaba a rechazar ese tipo de escritura, que incorpora un sufijo femenino en un sustantivo masculino, en favor de una mejor comprensión del contenido.
Los más conservadores argumentan que su aplicación deshumaniza la paternidad y puede ocasionar conflictos al definir quién es el 1 o el 2
"Más allá del respeto del formalismo propio de las actas de naturaleza jurídica, las administraciones dependientes del Estado deben adecuarse a las reglas gramaticales y sintácticas, principalmente por razones de inteligibilidad y de claridad", apuntaba en un documento publicado en el Boletín Oficial del Estado. La única excepción será la relacionada con la publicación de convocatorias públicas de empleo, donde sí se incluirá el masculino y el femenino para evitar caer en una preferencia de género.
El lenguaje inclusivo había sido defendido en Francia en círculos feministas, para quienes el masculino no es neutro e implica una "invisibilización" de las mujeres. "Si ya es difícil aprender una lengua, ¿qué sucederá si en su uso se añaden los sufijos alterados?", preguntaba la institución fundada por el cardenal Richelieu.
Una familia no tiene que estar formada solamente por un padre y una madre. Es a fin de cuentas un concepto antropológico y, por lo tanto, definido socialmente, por lo que debe ser flexible y adaptable a las diferentes realidades y estructuras diferentes de cada situación.