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De Nike a Coca-Cola: la verdad sobre los nombres que todos conocemos
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De Nike a Coca-Cola: la verdad sobre los nombres que todos conocemos

Tras la moda de los "-ifys" y del monopolio cibernético no solo empresarial, sino lingüístico de Google, llegó la hora de bautizar tu marca. Aquí van una serie de consejos

Foto: Foto: Reuters.
Foto: Reuters.

Algunos son muy largos, otros demasiado cortos. Unos llevan nombres de frutas, también de personas. Los hay que utilizan términos que han existido siempre y tienen siglos de historia, y otros al contrario, fueron creados desde cero. Evidentemente, nos referimos a las marcas, el primer signo distintivo de una empresa, su principal identificador. En gran medida, el secreto del éxito de las grandes compañías radica en escoger un buen nombre que se aloje en el subconsciente del consumidor de forma automática y capte su atención.

Pero su origen es bastante ambiguo. El periodista y publicista Cole Schafer ha buceado en la historia para conocer de primera mano cómo surgieron estos nombres con tanto gancho: Chanel, Chevrolet, McDonald's, Tesla, Coca-Cola... todos tienen algo en común: la singularidad que les hace únicos en el mercado frente a sus competidores. Y para Schafer, hay algo claro a la hora de elegir uno para tu empresa: no parece haber una fórmula segura de éxito.

Después de que a muchas empresas se les haya ocurrido lo mismo, no lo repitas. Piensa algo más original

"Tan solo soy un redactor de publicidad que cree tener una visión útil sobre cómo las palabras impulsan marcas enteras", admite. En un artículo publicado en 'Medium' ofrece un resumen detallado sobre cómo crear una marca o, al menos y tal como y el asegura, "cómo lo han hecho otros antes que tú".

Nike y "la victoria"

Una de las marcas más reconocibles de la historia, tanto por su nombre como por su eslogan: "Just do it". Fundada el 20 de enero de 1964, es líder en el sector con unos ingresos de más de 24.100 millones de dólares (aproximadamente unos 21.276 euros) y cerca de 44.000 empleados solo en Estados Unidos. Esta marca de zapatillas recibe su nombre de la antigua diosa griega Niké, quien personaliza la victoria, algo que concuerda extraordinariamente bien con su lema: "Solo hazlo".

placeholder La diosa griega, Nike. (Wikipedia)
La diosa griega, Nike. (Wikipedia)

Muchos de los grandes deportistas de los últimos tiempos han sido abanderados e imagen publicitaria de este gigante deportivo. Michael Jordan, Serena Williams o Tiger Woods, entre otros. Esto ha logrado que además la marca se haya convertido con el paso del tiempo en un símbolo del éxito competitivo. "¿Qué podemos sacar en claro de este nombre?", se pregunta Schafer. "Pues que a la hora de crear un distintivo hay que pensar en las palabras que piensen tus clientes cuando la leen o escuchan. Para Nike, esto es 'victoria', 'ganar', 'atletismo', 'competición'...etc".

El fenómeno "-ify"

De un tiempo a esta parte, hemos ido viendo cómo algunas grandes empresas han bautizado sus negocios con el sufijo "-ify". La regla para el éxito parecía ser escoger una palabra breve del diccionario y agregarle este morfema. Quizás, en España, los más notables o visibles sea la plataforma de música en streaming Spotify o el servicio de alquiler de conducción Cabify.

"No lo hagas". Tal y como advierte el publicista experto, si vas a crear una nueva compañía ni se te ocurra sumarte a los "-ifys". Sobre todo si el lexema es una palabra en español, ¿te imaginas? Se me ocurren algunos ejemplos. En el caso de abrir un nuevo servicio de restauración a domicilio, "Tortillify" o "Paellify". En resumen: penoso. En el momento en que proliferan tantas empresas que parecen haber encontrado la fórmula mágica a la hora de poner nombre a su negocio, mejor pensar algo más original o que se salga de la norma.

El caso de Google y Kleenex

A estas alturas, ya nadie dice: "Voy a buscarlo por Internet". Ya, directamente suelta: "Voy a buscarlo en Google" o, incluso, "voy a googlearlo". Lo mismo ocurre con Kleenex. De vez en cuando, son muchos los que dicen: "Por favor, ¿tienes un Kleenex?", en vez de usar la palabra "pañuelo". En ambos casos, el nombre de la marca ha penetrado tanto en la vida cotidiana que ya se ha hecho con el monopolio lingüístico a la hora de nombrar ciertos productos.

Foto: Fotograma 'Forrest Gump'.

"Si puedes crear con éxito el nombre de una marca que se convierta en una palabra de uso común, lo habrás logrado", subraya Schafer. "¿Cómo crear algo así desde cero? Es un gran desafío que requerirá la opinión de terceras personas del ámbito familiar o amigos. También clientes". Lo mejor, en todo caso, es hacer una especie de "brainstorming" o lluvia de ideas y escribirlas todas en un papel. Luego, consulta con tus allegados para que muestren las suyas. Puede que en solo una no esté la clave, pero quizás si las mezclas de distintas formas logres tu objetivo. Hay millones de palabras en el diccionario según todos los usos y costumbres. Aunque sea como encontrar una aguja en un pajar, en una de ellas puede estar a clave de tu éxito.

Algunos son muy largos, otros demasiado cortos. Unos llevan nombres de frutas, también de personas. Los hay que utilizan términos que han existido siempre y tienen siglos de historia, y otros al contrario, fueron creados desde cero. Evidentemente, nos referimos a las marcas, el primer signo distintivo de una empresa, su principal identificador. En gran medida, el secreto del éxito de las grandes compañías radica en escoger un buen nombre que se aloje en el subconsciente del consumidor de forma automática y capte su atención.

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