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Por qué la Navidad puede sacar lo peor de tus hijos y qué hacer para sobrellevarlo
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Por qué la Navidad puede sacar lo peor de tus hijos y qué hacer para sobrellevarlo

Los niños sienten ansiedad anticipada a la espera de grandes eventos. Además, el cambio drástico de rutina puede afectar a su estado de ánimo y volverse más nerviosos

Foto: Un futuro jefe ejecutivo famoso (o periodista). (iStock)
Un futuro jefe ejecutivo famoso (o periodista). (iStock)

¿Tus hijos se comportan de una forma extraña cuando llega la Navidad? ¿Has notado algo distinto en su comportamiento cada vez que el calendario marca el 24 de diciembre? Evidentemente, son los verdaderos reyes magos de todas las fiestas navideñas. Ellos son los que encarnan el espíritu de amor y diversión que inunda las casas en estos días tan señalados. Sin ellos, esta época del año sería más bien triste.

"Todos los años por estas fechas mis hijos se vuelven locos. No solo es su emoción maníaca por la Navidad, aunque también. De lo que estoy hablando es de una metamorfosis en su carácter que lo abarca todo; es como si hubieran sido poseídos por demonios empalagosos. Se niegan a dormir". Es la confesión de Melinda Wenner Moyer, una periodista científica de Cold Spring, Nueva York, en un artículo de 'Slate'. ¿Sucede esto con tus hijos cada vez que Papá Noel saca su trineo y renos del Polo Norte?

Si tiene una rutina a la hora de acostarse, procura seguirla, aunque está bien que se vayan tarde a la cama en días especiales

La periodista contactó con varios psicólogos infantiles estadounidenses para ver qué opinaban al respecto y concluye que en cierta medida, todo se debe al cambio drástico en su rutina. Es inevitable. Después de cuatro meses madrugando, haciendo deberes y estudiando para los exámenes de fin de trimestre, los niños viven la Navidad con euforia. Y con razón, pues no solo el tiempo libre es la mecha que prende su adrenalina; también el hecho de que estén más cerca de sus familiares (abuelos, primos, tíos...) reunidos en una casa, cantando, bailando, abriendo regalos o contando chistes.

Y si contamos que de repente ya pueden quedarse despiertos hasta tarde (incluso hasta bien entrada la madrugada) y todos los dulces que ingieren en forma de turrones, mazapanes y caramelos con su respectiva cantidad desmesurada de azúcar... su energía se dispara como nunca en todo el resto del año. Es algo normal y necesario, ya que son niños y el principal objetivo de los padres, al margen de educarles, es que se sientan queridos en un ambiente especial y familiar y, lo más importante, que se diviertan todo lo que puedan, ya que una vez crezcan se irán dando cuenta de lo aburrida que resulta la vida adulta.

Pero si de verdad crees que tus hijos son muy revoltosos y en en estas fechas aún más, mejor que leas atentamente las recomendaciones de los expertos. "Debes asegurarte de que ciertas normas establecidas no cambien", asegura Catherine Mogil, psícologa del Instituto Semel de Neurociencia y Conducta Humana de la UCLA. "Si tiene una rutina a la hora de acostarse, procura seguirla. Aunque está bien dejar que se vayan a la cama tarde en días especiales, intenta que mantengan un horario de sueño normal el resto del tiempo". Tovah Klein, psicólogo y director del Centro Barnard para el Desarrollo del Niño, está de acuerdo con Mogil. "Puede ser buena idea que todas las reglas salgan por la ventana. Queremos que se sientan especiales durante las vacaciones, pero dejar las rutinas atrás es un gran error que cometen los padres", opina.

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Foto: iStock.

Otro detalle que puede resultar curioso, sobre todo para ellos, es el hecho de que se vean en situaciones con las que no suelen lidiar. Imagina que comenzáis a discutir en mitad o después de la cena. Una discusión de política en la que hay varias partes enfrentadas es una situación difícil de asimilar para un niño. En este caso, lo más probable es que termine aburriéndose a la primera de cambio y salte disparado de la mesa a jugar con los otros niños.

También puede que, en un contexto que podría ser aún más desagradable, los mayores le den rienda suelta a la emoción y se pasen un poco con la bebida. Los niños posiblemente no entiendan lo que está pasando y por qué sus padres, tíos o abuelos, se ríen a carcajadas, si nadie ha contado ningún chiste o en caso de contar uno, no lo entienden. "Las fiestas están llenas de situaciones extrañas. Estamos lanzando a los niños a momentos en los que seguramente no tengan mucha práctica", comenta Stephanie Lee, psicóloga del Centro para el TDAH del Instituto Mental Infantil de Nueva York.

Muchos niños experimentan ansiedad anticipada a la espera de grandes eventos. Se sienten emocionados, pero también nerviosos

Más allá de lo que pueda surgir en ciertas cenas, la propia Navidad también implica una situación extraña para ellos. Piensa que son tan pequeños que apenas han podido aprender a gestionar sus emociones. Y más si tienes en cuenta que ellos son los grandes protagonistas de las fiestas navideñas. "Muchos niños experimentan una especie de ansiedad anticipada a la espera de los grandes eventos, se sienten emocionados pero también nerviosos", reconoce Wenner Moyer en su artículo. "Esta también es la razón por la que tantos niños sufren rabietas en sus propias fiestas de cumpleaños, ya que se sienten abrumados por los sentimientos que les invaden".

Otra de las causas por la que se muestran tan enérgicos y acelerados no tiene nada que ver con ellos, sino con nosotros, los adultos. La ansiedad por tener todo perfectamente preparado, haber hecho las compras para la cena, la rabia por un mal año o la infinita tristeza de no ver sentado en la mesa a un ser querido que el año pasado estaba, también se contagia a los más pequeños. La conclusión que enarbola la periodista es que si buscas que tus hijos estén tranquilos, lo más aconsejable será que tú también te muestres en paz. Evita momentos agitados y muéstrate cariñoso y atento con ellos, pero sobre todo, calmado. Los niños son como esponjas y absorben todas las sensaciones que hay a su alrededor, por lo que la mejor educación siempre es predicar con el ejemplo.

¿Tus hijos se comportan de una forma extraña cuando llega la Navidad? ¿Has notado algo distinto en su comportamiento cada vez que el calendario marca el 24 de diciembre? Evidentemente, son los verdaderos reyes magos de todas las fiestas navideñas. Ellos son los que encarnan el espíritu de amor y diversión que inunda las casas en estos días tan señalados. Sin ellos, esta época del año sería más bien triste.

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