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Un radar ha escaneado lo que hay bajo el castillo de Drácula: lo que ha descubierto
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Un radar ha escaneado lo que hay bajo el castillo de Drácula: lo que ha descubierto

La figura de Vlad el Empalador fascina por sus métodos de tortura y su inspiración en el famoso vampiro, nuevas investigaciones averiguan qué hay en sus fortalezas

Foto: Castillo de Vlad el Empalador en Rumanía.
Castillo de Vlad el Empalador en Rumanía.

Quizá los vampiros sean los personajes de leyenda que más terror pueden causar entre los niños. El imaginario popular nos los recuerda bebiendo sangre, con una estaca clavada en el pecho y mucho, pero que mucho ajo de por medio. Cualquiera saldría corriendo al verlos. Si bien es cierto que en los últimos años el fenómeno 'Crepúsculo' ha hecho más mal que bien en la figura de estos seres terroríficos, mostrándolos como eternos adolescentes hormonados que brillan al sol como si tuvieran purpurina. Drácula y el pequeño vampiro se revolverán en sus criptas, probablemente.

El personaje que alcanzó la fama gracias al escritor irlandés Bram Stoker, y que también fue inmortalizado en el cine por Gary Oldman, de la mano de Coppola, fue sin duda un personaje interesante, que 6 siglos después de su muerte nos sigue fascinando. Vlad Drăculea, que era su verdadero nombre, es considerado un héroe nacional en Rumanía, su país de origen. A día de hoy tendría que haber pasado por varios psiquiatras para poder desprenderse de su traumática infancia. Fue entregado a los turcos como rehén con tan solo 13 años, su padre fue apaleado hasta la muerte y a su hermano le enterraron con vida. Cualquiera se volvería un poco beligerante.

Drácula el Empalador

Como sucede con Erzsébet Báthory, la condesa húngara que se bañaba con la sangre de sus criadas para mantenerse joven, Vlad Drăculea pasó a la posteridad por ser un enemigo temible y someter a horrorosas torturas a aquellos contra los que pretendía vengarse. El empalamiento es su método más conocido, dejándoles pudrirse durante meses. En una ocasión, un ejército turco que pretendía invadir Valaquia (el principado que le pertenecía) se volvió atrás, aterrado, cuando encontró a varios miles de empalados descomponiéndose en lo alto de sus estacas, a ambas orillas del Danubio.

Y prueba de que a día de hoy sigue llamando la atención es el hecho de que su histórico castillo, en Transilvania, continúa en pie. ¿Qué hay debajo? Una nueva investigación que utiliza radares del suelo quiere descubrir qué hay debajo de la imponente fachada del edificio. Los hallazgos se presentaron el pasado 12 de diciembre en la reunión anual de la American Geophysical Union, informa 'Live Science'.

placeholder Vistas desde el interior del castillo.
Vistas desde el interior del castillo.

Este castillo Corvinilor, también conocido como el castillo de Corvin, el castillo de Hunedoara o el castillo de Hunyadi, comenzó siendo una fortaleza construida en el centro de Transilvania. Las fortificaciones de piedra más antiguas de la estructura se remontan al siglo XIV, y su transformación en castillo se inició en el siglo XV, según la investigadora principal Isabel Morris, candidata a doctorado del Departamento de Ingeniería Civil y Ambiental de la Universidad de Princeton en Nueva York. El edificio es, por tanto, una mezcla de construcción de diferentes épocas.

Es considerado un héroe nacional en Rumanía, su padre murió empalado y su hermano enterrado vivo, lo que explica en parte su modus operandi

No está claro del todo si realmente el castillo albergó alguna vez a Vlad el Empalador. No obstante, el estudio mediante radares ha mostrado algunos hallazgos sorprendentes. Entre las habitaciones reconstruidas se ha encontrado una cámara de torturas. Como hay visitas guiadas, se pueden ver las fortalezas donde se supone estuvo preso Drăculea. Y es que la fortaleza también es cuna de otras muchas leyendas. Por ejemplo, en sus entrañas hay una fuente subterránea, a una profundidad de 30 metros. Se dice que fue excavada por tres turcos cautivos a los que se les prometió la libertad si encontraban agua. Pero, tras hallarla, sus captores no cumplieron su promesa.

Foto: Aunque popularmente es conocido como "El vampiro", el cuadro que Edward Munch pintó en 1896 se llama "Amor y dolor".

Citando a Drácula, pero esta vez el de Coppola: "¿Crees en el destino, que hasta los poderes del tiempo pueden ser alterados por un propósito, que el hombre con más suerte en este mundo es aquel que encuentra el amor verdadero?". Quizá era eso lo único que buscaba Vlad empalando y asesinando a sus enemigos. Un poco de cariño y comprensión.

Quizá los vampiros sean los personajes de leyenda que más terror pueden causar entre los niños. El imaginario popular nos los recuerda bebiendo sangre, con una estaca clavada en el pecho y mucho, pero que mucho ajo de por medio. Cualquiera saldría corriendo al verlos. Si bien es cierto que en los últimos años el fenómeno 'Crepúsculo' ha hecho más mal que bien en la figura de estos seres terroríficos, mostrándolos como eternos adolescentes hormonados que brillan al sol como si tuvieran purpurina. Drácula y el pequeño vampiro se revolverán en sus criptas, probablemente.

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