Las cosas que nos ponen de los nervios: hasta dónde llega la gente
Todos tenemos nuestras manías, y hay algunas que están justificadas, otras no tanto, especialmente si molestan al resto de seres humanos del planeta
A todos nos molesta algo. La gente que se corta las uñas en el metro (lamentablemente existen), los que no empiezan la pasta de dientes por abajo (Cortázar los consideraba demasiado cuadriculados), nuestra propia incapacidad de abrir latas aunque en el etiquetado aseguren que tiene "abrefácil"... de manías está el mundo lleno y una cosa es segura, cada uno tiene la suya, que es completamente respetable.
Como seres humanos sociales que somos nos toca vivir rodeados de otras personas, pues nadie es una isla en sí mismo y cada hombre es un pedazo de continente, por lo que tenemos que aguantar sus defectos. Y tanto si eres de los que no paran de apretar el botón de apertura de puertas antes de llegar a la estación, como los que esperan pacientemente a que se ponga verde para darle, alguno de estos comportamientos es muy probable que te haga perder los nervios.
De los creadores de...
...los cables de los auriculares que pasamos horas y horas desenredando, hasta el punto de que cuando tengamos que escribir un volumen de nuestras memorias ese será uno de nuestros capítulos estrella, llega algo mejor... los cables para cargar el ordenador, como bien informa 'Brightside'.
¿Eres de los que ha llegado al punto de la desesperación y ha optado por no volver a desenredar nunca más ningún cable? ¿O en cambio te pone de los nervios ver esto? Si eres de los segundos al menos te durarán más los aparatos electrónicos y no podrás culpar de todos tus males a la obsolescencia programada.
La gente que contesta de esta manera
Vale, lo confesamos, esto es un poco de padre. A todos nos enerva el "escribiendo, escribiendo..." de nuestros progenitores. Es inversamente proporcional al texto escrito, pero, aun así hay gente sin hijos que también contesta de estas formas, no hay derecho.
¿Se puede saber cómo puedes contestar así a una pregunta en la que se te ofrecen dos opciones? Y, por cierto, ¿es realmente necesario poner un punto y a parte a todas las disertaciones filosóficas que publicamos en redes sociales y mensajes?
Se ha colado un tigre en casa
Y ha abierto las cosas que teníamos en la despensa. Vale que tampoco hace falta saber usar el abrefácil, que ya hemos indicado que de fácil no tiene nada, pero ¿es esta la manera de abrir un paquete?
Igual si nuestra especie hubiera desarrollado garras para sobrevivir mejor en algunos ambientes, lo entenderíamos, pero ¿qué clase de dedos humanos pueden hacer este despropósito?
Si la especie humana hubiera desarrollado garras en lugar de dedos entenderíamos este despropósito
Pero bueno, quizá incluso menos perdonable y uno de los grandes hándicap de la convivencia con otra persona es comerse solamente el chocolate del helado de vainilla, fresa y chocolate, o solo la macadamia del helado de macadamia... en fin, nos entendemos.
Y a ver qué tal este... la gente que no cambia el rollo de papel higiénico. O uno mejor, la gente en rebajas, que saca ese terrible espíritu animal y deja todo como si una pandilla de zombies hubiera desatado un apocalipsis. ¿Y qué tal esa gente que sorbe la sopa? O a los que les encanta explotar las burbujas del papel que acompaña a las cajas. Y, la estrella, el que le molesta absolutamente a todas las personas del mundo...
Que te citen a las ocho en la consulta del médico y que sean las diez y no haya aparecido nadie. Quien dice consulta puede decir cualquier otro lugar. Cosas de la burocracia. Por supuesto para terminar no nos olvidamos de dos grandes: que alguien se te siente al lado en el autobús cuando están todos los demás sitios vacíos (¿por qué la gente hace eso?) y coincidir en el ascensor con algún vecino para acabar teniendo una incómoda conversación sobre el tiempo. Quizá hemos aprendido a odiar todo lo que nos rodea.
A todos nos molesta algo. La gente que se corta las uñas en el metro (lamentablemente existen), los que no empiezan la pasta de dientes por abajo (Cortázar los consideraba demasiado cuadriculados), nuestra propia incapacidad de abrir latas aunque en el etiquetado aseguren que tiene "abrefácil"... de manías está el mundo lleno y una cosa es segura, cada uno tiene la suya, que es completamente respetable.