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Las ocho cosas que he aprendido leyendo más de 50 libros al año
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Las ocho cosas que he aprendido leyendo más de 50 libros al año

Al final del día nos es un poco complicado conciliar la rutina con leer un buen libro, sin embargo, si lo conseguimos, nos ayudará en nuestro crecimiento personal

Foto: Foto: iStock.
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A todos nos gustaría leer más, pero conseguirlo es difícil. Las obligaciones, el trabajo, los hijos, meter la comida en el tupper... lo único que te apetecees tumbarte en la cama y descansar o, como mucho, ponerte alguna serie con la que puedas mantener el encefalograma plano. Y cuando vas a la playa no te llevas 'Los hermanos Karamazov' porque no pega.

Kris Cage, mánager de software, cuenta en 'Medium' las razones por las que debes leer 50 libros al año. Y lo dice con conocimiento de causa porque ella lleva haciéndolo desde 2011. No se dedicó a engullir a los clásicos, o novelas románticas, sino que ella leía todo lo que llegaba a sus manos, desde filosofía a feminismo, pasando por libros sobre taoísmo o cajas de cereales. Todo. Y esto es lo que aprendió.

Los libros buenos escasean

Así que debes guardarlos como oro en paño. Cuando encuentras una de esas obras que cambian tu perspectiva de la vida, o cuando lloras al dar una vuelta a la última página porque te tienes que despedir para siempre de los personajes, que vivirán eternamente en tu corazón, entonces es una buena señal. Ella habla de dos tipos de libros:

  • Los que se caracterizan por tener un buen contenido. Lo que cuenta es tan interesante que no puedes parar de leer.
  • Los que se caracterizan por tener una buena escritura. No es tan importante lo que cuenta sino cómo lo cuenta. Vamos, que puedes tirarte cien páginas leyendo a Marcel Proust hablar de qué postura coge para dormir, porque lo hace tan bien que te da igual el tema que trata.

Conseguir un libro que cumpla con los dos criterios es algo tan extraño que, si lo haces, debes saber que acabas de encontrar una piedra preciosa. Ella admite que, a la hora de elegir, prefiere los primeros antes que los segundos.

Hay mucho libro basura

Quizá es una opinión controvertida, pero no deja de ser cierta. Kris ilustra perfectamente este ejemplo con los libros que te compras por pura desesperación cuando estás esperando un vuelo en un aeropuerto y temes morir de aburrimiento. Esos libros que dan vueltas en una máquina giratoria esperando que te apiades de ellos y te los lleves a casa.

Leer es otra forma de procrastinación

Al final leer no es ni más ni menos que otra forma que esta sociedad del consumo nos brinda de poder hacer uso de nuestro dinero. Hay estudios que señalan que la gente que lee mucho es más inteligente. Cage explica que no solo eso, sino que muchos individuos tienen ganas de triunfar, y creen que lo conseguirán devorando muchos libros. Es un pensamiento erróneo. Por mucho que leas libros de 'Mercadotecnia para dummies' -señala- hasta que no te metas de lleno y saques conclusiones mediante tu propia experiencia no valdrá de nada lo leído.

Clasifica

Si estás leyendo para aumentar tu conocimiento, ten claro qué es lo que quieres saber. No es lo mismo leer por el placer de hacerlo que porque queramos adquirir conocimientos para algo.

Una vez que el libro responda a tus preguntas, deja de leer y ponte a hacer. De lo contrario, se convierte en "un ejercicio académico". Puedes acabar odiando el solo hecho de leer porque no lo ves como algo que realmente te apetezca, sino como una obligación.

Conoce a otros

Para Cage las biografías son fundamentales. Consiguen que quieras conocer a su autor y entender el proceso de su pensamiento. Acabas empapándote de su propio conocimiento hasta el punto de que no queda muy claro si ese pensamiento era tuyo desde un primer momento o es adquirido. Señala también que se puede aprender mucho más de un ensayo autobiográfico que de cualquier otra clase de libro.

El momento adecuado es fundamental

¿Cuántas veces hemos pensado que si hubieramos cogido un libro en otra época de nuestra vida nos habría encantado? No era el momento. Incluso puede pasar que un libro que no nos parecía gran cosa en un momento determinado nos ha encantado muchos años después. O viceversa.

Pasa muchas veces, hay libros que están hechos para momentos vitales concretos, elegirlos antes o después es un error


Sostiene Cage que esto sucede especialmente con la filosofía. Cuando estamos en Bachillerato y nos enfrentamos por primera vez a todos esos autores y corrientes filosóficas no sabemos muy bien de qué va el tema. Cuando unos años después nos atrevemos a hacerlo, la experiencia es mucho más fructífera.

Aprende a discernir, nada es objetivo

A la hora de enfrentarnos a un texto tenemos que tener muy claro que los escritores son personas y que, como tal, tienen una base de pensamiento, creencias o juicios que en muchas ocasiones no tienen que coincidir con los nuestros. Por tanto ninguna opinión es más válida que otra. Y debemos tener esto presente mientras leemos, especialmente cuando buscamos respuestas y ya tenemos una idea de qué respuesta queremos.

De manera similar, podría ser tentador olvidar que cualquier trabajo individual es únicamente el punto de vista de una sola persona. No lo es todo, solo su experiencia vivida (o, en el peor de los casos, lo que intentan venderte con respecto a la tuya).

Leer es un viaje personal

La novela que para ti significa un mundo puede no ser lo mismo para tu pareja, tu familia, o tus amigos. cuando lees un libro estableces una conexión única con el escritor, y durante el camino creces. Parte de la magia de la lectura está en la individualidad, en concebir mundos que solo existen dentro de cada persona.

placeholder Poema de la poetisa Rupi Kaur.
Poema de la poetisa Rupi Kaur.


Leer puede ser un escape agradable, si eso es lo que queremos, pero también puede ser un proceso intelectualmente gratificante, si se aborda de una manera que apoye nuestro crecimiento.

A todos nos gustaría leer más, pero conseguirlo es difícil. Las obligaciones, el trabajo, los hijos, meter la comida en el tupper... lo único que te apetecees tumbarte en la cama y descansar o, como mucho, ponerte alguna serie con la que puedas mantener el encefalograma plano. Y cuando vas a la playa no te llevas 'Los hermanos Karamazov' porque no pega.

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