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Toda la verdad sobre la regla de los cinco segundos con la comida
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Toda la verdad sobre la regla de los cinco segundos con la comida

Seguro que alguna vez has oído esa leyenda acerca de que si se nos cae un alimento al suelo las bacterias nos dejan un margen de segundos para poder cogerlo

Foto: Foto: iStock.
Foto: iStock.

Estás en un bar con tus amigos, tomándote una cerveza fresca y reluciente. Los rayos de sol se filtran en el vaso de una manera tan poética que seguro que alguien ya ha escrito algo al respecto alguna vez. Te sientes completo y feliz de estar vivo, ¿quién podría culparte? Y entonces traen una tapa (dejamos a tu imaginación lo que quieres comer) y todos asistís con horror al espectáculo de ver cómo un alimento que pensábais llevar a vuestra boca se cae del plato al mismísimo suelo. Esos momentos descorazonadores se suceden de una manera extraña, demasiado lentos y a la vez demasiado rápidos.

Foto: Plato de hummus. (Pixabay)

Pero, eh, no pasa nada, recordáis en el acto. Menos mal que existe la regla de los cinco segundos. Ya sabes, esa que dice que si los alimentos se caen al suelo y se recogen antes de cinco segundos nos los podemos comer. No suena muy científica, hay que admitirlo, pero seguro que más de uno hemos estado con un niño al que se le ha caído una piruleta al suelo que hemos recogido corriendo del suelo (contando los segundos pertinentes). Después, con soplar un poco y devolvérsela intacta a su legítimo dueño nos sentimos como si hubiéramos realizado una gran hazaña. Los niños nos miran con un brillo especial en los ojos.

Pero ¿y si te decimos que esa regla no tiene tanta veracidad como pudiera parecer? Quizá desmontamos todo en lo que alguna vez has creído y a partir de ahora ves el mundo de un color más apagado. No nos importa, preferimos que sepas la verdad a que vivas en una mentira edulcorada.

¿Cuánto hay de real?

Si buscamos en internet "¿es real la regla de los cinco segundos?" encontraremos un sinfín de artículos al respecto. Algunos defienden que definitivamente lo es, otros que no. Sea como fuere, los científicos han hablado finalmente y han confesado que... todo es un cuento de viejas, ni más ni menos. ¿Te sorprende?

Según cuentan en Prevention los científicos Paul Dawson y Brian Sheldon da exactamente igual los segundos que esperes para coger un alimento que se ha caído al suelo. Ya pueden ser dos, cinco o sesenta que las bacterias no están agazapadas contando los segundos para atacar. Básicamente porque, bueno, las bacterias no saben contar. No podemos imaginarlas diciendo: "chicas, recordad, según lo acordado en el Convenio de Ginebra tenemos que esperar el tiempo estipulado".

"Cuando los alimentos entran en contacto con una superficie contaminada las bacterias se adhieren de inmediato" señalan. En 2006, Dawson publicó un primer estudio sobre este "polémico" tema. Se probó la regla al contaminar tres superficies diferentes (baldosas, alfombras y madera) con salmonela, dejando caer alimentos (específicamente, boloñesa y pan) en cada superficie, y se midió la cantidad de bacterias que recogieron los alimentos dentro de cinco, 30 y 60 segundos. Todos se contaminaron de igual manera.

Las bacterias no se encuentran agazapadas, contando los segundos pertinentes para atacar

Aunque suene sorprendente, no es el único estudio que se ha hecho al respecto. Ese mismo año un segundo estudio de la Universidad de Rutgers tuvo hallazgos similares, aunque incluyeron una variedad más amplia de alimentos en su experimento (sandía, pan con mantequilla y osos de gominola) en una variedad de superficies. Debido a que las bacterias se mueven rápidamente a través de la humedad, la sandía absorbió la mayoría de las bacterias.

¿De dónde viene la leyenda?

Como suele suceder con estas historias orales que se trasmiten de boca en boca desde que el mundo es mundo, no está muy claro de dónde puede venir. Pero hay alguna teoría al respecto.

La creencia se remonta a Gengis Kan. Al parecer, el líder mongol permitía que todos los alimentos que se caían al suelo se quedaran en él todo el tiempo del mundo, desde cinco horas a un día, porque "todo lo que había sido preparado para el gobernante era tan bueno que cualquiera podía comerlo".

Pero, claro, él no tenía ni idea de lo que eran las bacterias, así que se le puede excusar. Otras teorías hablan de que la conocida chef estadounidense Julia Child siguió cocinando en una ocasión, después de que se le cayera un trozo de carne al suelo.

Gengis Kan dejaba la comida en el suelo durante días, aunque él desconocía lo que son las bacterias

Sean reales o ficticias estas historias, lo mejor es que la próxima vez que algún alimento se te caiga al suelo lo recojas y lo dejes a un lado de la mesa, sin intención de comerlo, por si acaso. O si tienes muchísimas ganas de hacerlo quizá debas comprobar antes el estado del suelo. Después puedes soplar sobre la comida, cerrar los ojos, introducirlo en tu boca y tratar de no ser muy aprensivo. Ya sabes lo que dicen, ojos que no ven... salmonela al canto.

Estás en un bar con tus amigos, tomándote una cerveza fresca y reluciente. Los rayos de sol se filtran en el vaso de una manera tan poética que seguro que alguien ya ha escrito algo al respecto alguna vez. Te sientes completo y feliz de estar vivo, ¿quién podría culparte? Y entonces traen una tapa (dejamos a tu imaginación lo que quieres comer) y todos asistís con horror al espectáculo de ver cómo un alimento que pensábais llevar a vuestra boca se cae del plato al mismísimo suelo. Esos momentos descorazonadores se suceden de una manera extraña, demasiado lentos y a la vez demasiado rápidos.

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