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El lado oscuro del porno: las estrellas del género cuentan toda la verdad
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El lado oscuro del porno: las estrellas del género cuentan toda la verdad

Ola de suicidios en la industria del cine para adultos. Las adicciones y la alta exigencia de su profesión es el cóctel fatal para unas vidas llenas de excesos

Foto: Foto: iStock.
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Sexo y drogas. Un cóctel perfecto para perder el rumbo y tirar toda tu vida por la borda. La vida en la industria del entretenimiento para adultos puede ser tan sórdida como glamurosa. En las noches más lascivas de los 'voyeurs', pocas veces el espectador se pregunta por los sentimientos y la vida de las personas que se muestran delante de las cámaras, dispuestas a tener sexo para miles y miles de personas de todo el mundo. Sus cuerpos mercantilizados inundan las páginas web de visitas. Pero detrás de una sonrisa bonita puede esconderse una historia cuyas trágicas consecuencias pasan desapercibidas por la mayoría de su público.

Desde que el año pasado saltara a la palestra el #MeToo, las estrellas de Hollywood dieron la voz de alarma ante una serie de abusos sexuales perpetrados por directores, productores y actores con el fin de conseguir favores profesionales o en base a meras conductas machistas para con las actrices. Este problema se visibilizó entre las trabajadoras; pero no para otro tipo de cine mundialmente consumido y que genera inmensas ganancias a quienes lo producen y distribuyen: el porno.

Con solo 23 años y más de 270 películas rodadas, August Ames se quitó la vida debido al acoso cibernético de varios usuarios en Twitter

Lo hemos visto en boca de distintas actrices que han denunciado haber sufrido abusos durante escenas: Nikki Benz, por ejemplo, sufrió una violación mientras rodaba una película, pero la falta de pruebas y la escasez de apoyo colectivo e institucional fueron las causas de que sus demandas de justicia no fueran atendidas. También lo vimos en boca de Jenny Blighe, para quien el acoso sexual le hizo renunciar a cumplir su sueño de actriz de éxito. Pero esto solo es la punta del iceberg.

Foto: La actriz Nikki Benz. (Wikimedia Commons)

Olivia Nova. Olivia Lua. Yuri Beltrán. August Ames. Shyla Stylez. Si 'googleamos' estos cinco nombres seguramente nos encontremos con tórridos vídeos en los que chicas preciosas se desenvuelven fantásticamente frente a la cámara, sin pudor ni vergüenza. Parecen seguras, fuertes y decididas. Pero por dentro, una tormenta interior las sacude. Así, Nova y Lua casi acababan de cumplir los veinte años cuando el abuso de sustancias se las llevó por delante. Con menos de dos semanas de separación entre cada fallecimiento, la primera buscaba tratamiento en un centro de rehabilitación cuando murió; la segunda perdió la vida después de una aguda sobredosis de alcohol y cocaína, según declaraciones del médico forense que asistió su cuerpo, hallado sin vida en su propia casa.

El pasado diciembre, el suicidio de la actriz de 31 años Yuri Beltrán, más conocida como Yuri Luv, nacida en Estados Unidos pero con ascendencia mexicana, formó un gran revuelo mediático en el país. Debutó en el cine para adultos en 2005, siendo varias veces nominada a los premios del sector. Su cadáver fue encontrado en su casa, rodeado de diferentes píldoras y pastillas alrededor de la cama, lo que hizo presagiar lo inevitable: sobredosis de fármacos. Más concretamente de hidrocodona opioide, más conocido como Vicodin, según informa 'The Daily Beast'.

Nunca tuve resaca porque estaba constantemente borracha, hasta dejé el café porque me quitaba 'el pedo'

Solo diez días antes, Mercedes Grabowski, alias August Ames, fue hallada muerta en su residencia de California. Con tan solo 23 años, la joven había ganado dos premios AVN, considerados como los Óscar del porno. La actriz se quitó la vida tras recibir una gran cantidad de insultos por las redes sociales de usuarios a los que no les gustó la decisión de no rodar con un actor que había realizado porno gay anteriormente. Según contaron sus amigos cercanos en la revista 'Hollywood Life', este acoso cibernético le provocó una depresión que derrumbó su vida por completo.

"No es homofobia. La mayoría de las chicas no graban con hombres que han hecho porno gay por seguridad. Así es como lo hago yo. No quiero poner mi cuerpo en riesgo, no conozco lo que ellos hacen en sus vidas privadas", alegó Ames en una declaración para defenderse. Con solo 23 años ya había rodado más de 270 películas para adultos, lo que le hizo gozar de una prometedora carrera arruinada por la hiriente opinión de los demás. Su mayor error quizás fue tomarse demasiado en serio las opiniones que sus seguidores vertieron sobre ella, caer en la provocación y responderles. Al final, cansada de ello, publicó un último tuit con un escueto "jodeos".

Ahora soy la primera persona a la que mi familia llama en caso de emergencia, saben que no estoy desmayada en alguna parte

También está el caso de Randi Newton, una alcóholica en proceso de recuperación que dejó su Medio Oeste natal para convertirse en actriz. Pero antes de llegar hasta aquí estuvo trabajando en un club de striptease neoyorkino durante más de una década. En ese entorno, el alcohol terminó siendo su "automedicación" para mitigar los efectos de una grave depresión que diezmó su vida. "O bebía hasta morir o dejaba de beber", confiesa en un artículo de 'The Daily Beast'. "Al trabajar en un club, quieren que incites al consumo de alcohol. Al final, acabas bebiendo más que tus clientes, hasta el desmayo. Nunca tuve resaca porque estaba constantemente borracha. Hasta dejé el café porque mataba mi 'pedo'".

Tras más de una década de profundo alcoholismo, Newton se dio cuenta de que tenía muchas más ganas de vivir que de seguir bebiendo, y se inscribió en un centro de desintoxicación. "Tenía más de 30 años, trabajaba en un club de striptease, estaba sobria y solo deseaba encontrar a alguien genial con quien tener una relación", asegura. "Solía ser la última persona a la que llamaría mi familia si ocurriese una emergencia, ahora soy la primera. Saben que ya no estoy desmayada en alguna parte, completamente borracha".

Sexo y drogas. Un cóctel perfecto para perder el rumbo y tirar toda tu vida por la borda. La vida en la industria del entretenimiento para adultos puede ser tan sórdida como glamurosa. En las noches más lascivas de los 'voyeurs', pocas veces el espectador se pregunta por los sentimientos y la vida de las personas que se muestran delante de las cámaras, dispuestas a tener sexo para miles y miles de personas de todo el mundo. Sus cuerpos mercantilizados inundan las páginas web de visitas. Pero detrás de una sonrisa bonita puede esconderse una historia cuyas trágicas consecuencias pasan desapercibidas por la mayoría de su público.

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