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Los 4 mejores trucos para conseguir que tus hijos se duerman
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UNA ÉPOCA DÍFICIL; PERO MUY BONITA

Los 4 mejores trucos para conseguir que tus hijos se duerman

Ser padre o madre es una experiencia que revolucionará tu vida por completo. Pero también tus noches. Si ellos no se duermen, tú tampoco. Aquí van unos consejos para evitarlo

Foto: Foto: iStock.
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Si acabas de ser uno de los afortunados en traer una vida más al mundo, enhorabuena. Eso sí, ahora viene lo más difícil. Cuidar y educar a tus hijos no es pan comido, evidentemente. La forma en la que cambia la rutina y los hábitos en todas aquellas personas que deciden emprender la que quizás sea la tarea vital más hermosa y comprometida, se cuela en todas las conversaciones cotidianas. Hacerse mayor implica ver cómo las personas con las que has crecido deciden formar una familia y ser padres. Puede que incluso el próximo en unirse al club seas tú.

"Mi vida empieza en el punto en que consigo que por fin se duerma", comenta uno de los compañeros de esta misma redacción en un descanso. Las quejas abundan por doquier. Persuadir o animar a un niño para que se meta en la cama a una hora razonable y que concilie el sueño puede parecer muchas veces una tarea titánica imposible de resolver. Más aún si tenemos en cuenta los dispositivos electrónicos a los que están conectados, ya sea el teléfono móvil o los videojuegos.

Crear un entorno sin nada de tecnología a mano media hora antes de acostarse favorece que cojan el sueño más rápido

El primer paso es librar al niño de todos ellos. En su lugar, intenta enseñarle el gusto por la lectura. Gracias a ella, no solo ellos consiguen caer en los brazos de Morfeo, los adultos también. 'The Independent' ha recopilado cuatro métodos que los padres y cuidadores pueden utilizar para tratar de ayudar a que los niños se queden dormidos por la noche.

Nada de pantallas

El más esencial. No solo por el fuerte componente adictivo que comportan, sino también por la conocida como luz azul, la cual hace disminuir la sensación de cansancio, engañando al cerebro para que se mantenga despierto. "Aunque puede ser tentador permitir que descansen un rato frente al televisor o la tablet, la luz azul emitida por las pantallas de estos dispositivos puede tener un impacto negativo en el sueño de su hijo, ya que afecta a los niveles de melatonina, la hormona del sueño", asegura Neil Robinson, experto británico del sueño.

Foto: Niños viajando en coche.

"Crear un entorno sin nada de tecnología a mano media hora antes de acostarse favorece que se duerman antes. De igual modo, la iluminación también es una de las variables que pueden condicionar el sueño del pequeño. Sarah Ockwell-Smith, autora de 'The Gentle Sleep Book', recomienda hacerse con una lamparilla de luz suave para ayudar al niño a quedarse 'sopa'. Si por el contrario mantienes las luces encendidas o permanece accionada la del pasillo y tienes la puerta abierta de su habitación, estarás consiguiendo el efecto contrario.

Los horarios son importantes

Los niños pueden desarrollar dificultades para coger el sueño si se van a la cama a una hora diferente cada noche. Por eso, es importante establecer una rutina nocturna y matutina que puedan seguir. "Siempre digo que adquirir una rutina de sueño es lo más importante para conseguir que un niño se duerma" asegura Joy Richards, especialista del sueño. "Asentar un horario fijo hace que tomen conciencia del tiempo que necesitan para dormir, poco a poco se convertirá en un hábito".

Para que se relaje, pregúntale sobre sus vacaciones favoritas o su lugar preferido del mundo y, después, sal de la habitación

La experta recomienda entre 9 y 16 horas para los niños más pequeños, de 8 a 14 para los preescolares, de 7 a 13 para niños de cinco a once años y de 6 a 12 horas para los adolescentes. "Lo mejor que pueden hacer los padres es entender sus necesidades biológicas relacionadas con el sueño en cada edad y no pretender que sus hijos duerman demasiado".

Un ambiente tranquilo

La mejor forma, según Danni Binnington, experta en bienestar familiar, es alentarlo a usar la imaginación antes de acostarse. Esto les permite, además, tener un sueño sereno y fantasioso. "Pregúntale sobre sus vacaciones favoritas o su lugar preferido una vez esté cómodo y metido en las sábanas. Esto le deparará recuerdos felices y sentimientos positivos". También se puede probar con otro tipo de actividades relajantes, como un baño caliente.

Una buena alimentación

Ni dulces ni bocadillos. Pueden provocar un aumento repentino de sus niveles de energía. Pero no solo vale con restringir los azúcares. Según Richards, existe un mito de que comer queso antes de acostarse puede hacer que tengas pesadillas. "Comer queso antes de meterse en la cama aumenta la posibilidad de tener malos sueños", afirma. "Si tu hijo las está teniendo de forma repetida, tal vez sea la explicación por la que no quiere irse nunca a dormir a su hora". Lo mejor: una cena ligera y fruta. Además del clásico Cola-Cao antes de dormir que pese a contener azúcar, tiene poderes somníferos incluso para los más mayores.

Si acabas de ser uno de los afortunados en traer una vida más al mundo, enhorabuena. Eso sí, ahora viene lo más difícil. Cuidar y educar a tus hijos no es pan comido, evidentemente. La forma en la que cambia la rutina y los hábitos en todas aquellas personas que deciden emprender la que quizás sea la tarea vital más hermosa y comprometida, se cuela en todas las conversaciones cotidianas. Hacerse mayor implica ver cómo las personas con las que has crecido deciden formar una familia y ser padres. Puede que incluso el próximo en unirse al club seas tú.

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