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La mujer que se acostó cuando tenía 32 años y se despertó con 17 menos
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La mujer que se acostó cuando tenía 32 años y se despertó con 17 menos

De la noche a la mañana Naomi Jacobs olvidó la mitad de su vida, quién era e incluso a su hijo. Así es como tuvo que buscar pistas sobre ella misma

Foto: Foto: Naomi Jacobs.
Foto: Naomi Jacobs.

Dejas todo preparado para el día siguiente, la comida para llevarte al trabajo, tu hijo acostado en la cama de su habitación, la casa recogida y te vas a dormir. Cuando despiertas no sabes quién eres, dónde estás o qué está pasando a tu alrededor. No es el argumento de ninguna película de la sobremesa del domingo. Ocurrió en 2008 en Mánchester, Reino Unido, a una mujer de 32 años, que cuando abrió los ojos aquella mañana en esa casa de ladrillos marrones, no reconocía nada de lo que veía.

Naomi Jacobs no sabía de quién era el pijama que llevaba puesto, qué hacía en esa cama o qué casa era en la que estaba. "Primero pensé que estaba soñando; se convirtió en una pesadilla cuando vi mi cara. Encontré un espejo bajo el lavabo y me miré. Me llevó un breve segundo, pero entonces mi boca se abrió en una expresión de horror, mientras agarraba mis mejillas y gritaba: '¡No! Ay, Dios mío, Dios mío, Dios mío, Dios mío… Estoy… ¡estoy vieja! Además, no podía recordar la habitación en la que me había despertado".

Foto: Fotograma de 'Memento'.

"Me acuerdo que lo primero que vi fueron las cortinas y no las reconocí y luego toda la habitación... el armario, la cama en la que estaba acostada... y cuando hablé en voz alta por primera vez, mi voz sonaba muy diferente", asegura.

Trastorno poco frecuente

Frente al espejo miraba su rostro de 32 años con el que se había acostado, pero no lo recordaba así. Al despertrse aquella mañana había perdido en algún rincón de su memoria hasta el último detalle de los últimos 17 años. En ese momento no lo sabía, estaba confundida y con sensación de pánico, pero sufría un trastorno disociativo de la memoria causado por el estrés.

Tardaron tres años en diagnosticarme amnesia disociativa. Borré 17 años de mi vida y recuperarla no fue fácil

La amnesia es la incapacidad total o parcial para recordar experiencias recientes o lejanas del pasado. Cuando se debe a una alteración psicológica más que a una alteración orgánica, recibe el nombre de amnesia disociativa. En ella, la pérdida de memoria suele afectar a la información que forma parte del conocimiento consciente rutinario o de la memoria autobiográfica. "Pensaba que tenía 15 años. Todos mis sentidos, todas mis emociones eran las de una chica de esa de edad. Y creía que era 1992".

El trastorno es más frecuente entre las mujeres y, por lo general, lo sufren personas que han experimentado o presenciado acontecimientos traumáticos, como maltratos físicos o abusos sexuales, violaciones, guerras, genocidios, accidentes, desastres naturales o la muerte de un ser querido.

Regreso al futuro

Para Naomi, las Torres Gemelas seguían en pie, EEUU no había tenido aún a su primer presidente negro (Barack Obama), el Katrina no había pasado por su país, Michael Jackson seguía vivo y no sabía qué eran Facebook, Twitter o Instagram. "Nunca olvidaré el momento en que Gerald, el marido de mi amiga, le dio a mi hermana un móvil para hacer una llamada", relata su experiencia en su libro 'Forgotten Girl'. "Mi asombro fue total al verla usar la punta de su dedo para tocar la pantalla y buscar en una larga lista de teléfonos. No podía creer que no hubiese teclas y que uno solo tenía que deslizarlo para que funcionara. Era algo de película".

placeholder Naomi y su hermana. (Foto: Naomi Jacobs)
Naomi y su hermana. (Foto: Naomi Jacobs)

Lo peor para ella fue enterarse de que tenía un hijo y no podía recordarlo. Leo, de 10 años, se había perdido en su cabeza:."Haber tenido un niño fue un acontecimiento que olvidé por la amnesia, pero supe la primera vez que lo vi que sin dudas era mío. Era innegable, se parecía mucho a mí". La emoción condujo rápidamente a la deseperación y el miedo: "Debía ser honesta conmigo misma. Lo que me pasaba podia ser permanente. Y tenía la responsabilidad de cuidar a un niño", asegura.

Aprender quién eres

Tras intentar amoldarse a la nueva situación lo mejor posible e intentar que su hijo no se extrañase demasiado, asegura que estaba muy enfadada consigo misma. "Lo único bueno de aquel momento era Leo. Era maravilloso verlo sonreír, el resto no entendía cómo había pasado. Quería ser escritora y viajar por todo el mundo y en cambio era una madre solerta que dependía del Estado para pagar mis gastos. No tenía trabajo y estaba estudiando algo que no me gustaba. No quise entenderlo. No quería estar allí ni vivir esa vida", afirma a la 'BBC'.

El trastorno es más frecuente entre las mujeres y, por lo general, lo sufren personas que han experimentado acontecimientos traumáticos

Cuanto más descubría en quién se había convertido y cómo era su vida, menos le gustaba. "Durante el período que sufrí de amnesia, la yo adolescente estaba a cargo. La adulta era una extraña que había construido una vida que me era muy ajena", explica Naomi. Sin embargo, se dio cuenta de que para poder sobrevivir el presente, necesitaba enmendar su pasado, así que decidió recuperar sus recuerdos leyendo unos diarios que había escrito desde muy joven.

La raíz del problema

Tras indagar en aquellos renglones descubrió que había tenido algunos problemas con las drogas, que había perdido su negocio, la casa, que estuvo una temporada en Grecia pero que no funcionó y que había sido diagnosticada con un trastorno de bipolaridad. "Descubrir todo aquello fue algo devastador", afirma. Pero había algo más en esos diarios. Algo que la Naomi adolescente escondió en lo más profundo.

placeholder Portada del libro de Naomi.
Portada del libro de Naomi.

"El momento que cambió todo fue cuando descubrí en los diarios que había sido abusada sexualmente cuando era niña. Lo había enterrado en mi memoria desde los 6 años hasta que cumplí los 25. Cuando llegué a las páginas que describían el suceso fue cuando empecé a entender realmente bien que había una herida profundamente arraigada y sin curar", confiesa.

Fue un impacto muy fuerte. No podía imaginar cómo se había sentido en aquellos momentos. No tuvo palabras para describir sus sentimientos. Estaba paralizada. A partir de ahí todo empezó a cobrar sentido. Entendía por qué nunca le había gustado el rosa: llevaba un vestido de ese color cuando ocurrió el asalto. "Lo asocio con vulnerabilidad. El 'flashback' fue horrible, fue como si me pasara de nuevo, pero si no lo hubiera tenido, no entendería nada ahora", asegura.

¿Por qué ahora?

Quedaban muchas incógnitas por responder. ¿Qué pasaba con el lapsus temporal que había perdido? ¿Por qué volvió a los 15 años? "Hubo mucho estrés en mi vida. Mi familia se había roto. Mi padrastro se había ido. La relación con mi madre había desaparecido por un problema de alcoholismo y una discusión terrible. Esa pelea, bastante agresiva, provocó que intentara suicidarme", recuerda.

Primero pensé que estaba soñando; se convirtió en una pesadilla cuando vi mi cara, ¡estaba vieja!

"Cuando leí aquellas palabras fue cuando me di cuenta de que todo comenzó conmigo. Fui yo quien realmente me había dado por vencida. Las decisiones que tomé a los 15 años torcieron mi vida por el curso que tomó la Naomi adulta". Poco a poco y de forma muy lenta las cosas empezaron a cambiar: un día escuchando una canción recordó cuando estaba embarazada, pequeñas cosas que iban sumando a su cronología perdida: un sabor, un sonido, un olor... Otro día volvió a dormir y al levantarse muchos más recuerdos volvieron a su cabeza. Se reconcilió con su madre, encontró trabajo y las cosas empezaron a mejorar.

"Tardaron 3 años en diagnosticarme la amnesia disociativa. Cuando me lo dijeron sentí un alivio muy profundo. Estallé en llanto. Es un tipo muy raro porque no es fisiológica sino psicológica causada por aquel estrés severo. Ahora cada vez que dudo de mí misma solo me hace falta mirar a mi hijo, soy feliz siendo yo y estoy orgullosa de él. Nunca tires la toalla, sé quien quieras ser y lucha siempre", concluye.

Dejas todo preparado para el día siguiente, la comida para llevarte al trabajo, tu hijo acostado en la cama de su habitación, la casa recogida y te vas a dormir. Cuando despiertas no sabes quién eres, dónde estás o qué está pasando a tu alrededor. No es el argumento de ninguna película de la sobremesa del domingo. Ocurrió en 2008 en Mánchester, Reino Unido, a una mujer de 32 años, que cuando abrió los ojos aquella mañana en esa casa de ladrillos marrones, no reconocía nada de lo que veía.

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