Así adelgazó 30 kilos esta mujer: lo primero fue dejar a su pareja

"Despertar cada mañana con un cuerpo sano es el mejor regalo que me he hecho a mí misma". Bajo este preámbulo, una mujer neoyorkina ha decidido contar su historia contra la báscula a través de 'Prevention'. "Adelgazar no es nada fácil, pero tomar la decisión de hacerlo es lo mejor que he hecho nunca", asegura.

Cuando era niña y adolescente, esta americana que se hace llamar Justine Travers mantuvo siempre una delgada figura aunque comía y bebía lo que quería, nunca contaba las calorías y pasaba totalmente de hacer ejercicio. Al llegar a la universidad tenía sus curvas, pero nunca se preocupó por su tamaño. Sin embargo, tras graduarse, se mudó a su ciudad natal, Nueva York, para estar con su novio y entonces los kilos se acabaron acumulando. Frecuentes cenas con los amigos y un progresivo descuido de la dieta causaron que llegara a pesar casi 90 kilos en su momento de mayor corpulencia.

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A. López

"La relación empezó a ser muy tóxica y comencé a comer para sobrellevarla. Empecé a sentirme notablemente peor. Estaba constantemente cansada, me dolía la espalda y cosas simples como levantarse del sofá se convirtieron en toda una lucha. Tenía sobrepeso, estaba extremadamente ansiosa y deprimida y no tenía idea de cómo iba a salir de ese agujero. Me pareció que había tocado fondo", asegura.

Cortar por lo sano

"Después de un arrebato particularmente aterrador de mi ex, lo dejé. Era 2015 y había ganado alrededor de 16 kilos en ese momento. Me quedé en casa de un amigo mío que tenía una alimentación 'fit' y me cocinaba el almuerzo y la cena. Sin mucho esfuerzo, comencé a perder peso. Pero un mes después, una vez que me instalé en mi propio hogar y comencé a salir con alguien nuevo, volví a mis hábitos poco saludables, y mi nuevo novio hizo lo mismo", confiesa.

El apoyo de una persona cercana fue clave para poder continuar con el proceso de adelgazamiento

En 2017, tras acudir a la boda de un primo, su pareja y ella vieron las fotos del enlace y se dieron cuenta de que no se gustaban físicamente. Había ganado otros 14 kilos, así que ambos hicieron un pacto para comer sano y hacer ejercicio de una vez por todas. Al principio explican que se sentían nerviosos porque habían fallado muchas veces en otros aspectos de su vida, pero esta vez fue totalmente diferente.

"Tenía las cosas claras, mi cabeza muy bien amueblada y podía permitírmelo. Tenía acceso a supermercados y podía gastar un poco más en una mejor alimentación, algo que anteriormente no era posible. Además tenía el apoyo de mi novio. En mayo de 2017, me uní a un programa famoso de adelgazamiento. Estaba al otro lado de la calle de mi trabajo, así que era fácil. Pensé que era la oportunidad perfecta para perder peso de la manera correcta, sin tener que hacer dietas rápidas ni pasar hambre", explica.

Todos a bordo

Cuando le dijo a su chico que se uniría a ese grupo para adelgazar más rápido, ya habían empezado el proceso de comer juntos de una forma más sana, por lo que él estaba totalmente implicado. "A pesar de que no se unió oficialmente conmigo, siguió con el programa gracias a mi ayuda. Empezamos a cocinar cosas nutritivas y sanas a diario. Adelgazó más rápido que yo. Pero eso solo me empujó aún más a mantenerme enfocada y seguir adelante. Además utilicé una página de recetas online que me ayudó muchísimo", cuenta.

Salir de una relación tóxica me ayudó a ver que no quería estar así y a empezar a tomarme mi salud en serio

En junio de ese mismo año se apuntó al gimnasio, y no solo eso, también fue. Después de haber perdido alrededor de 5 kilos empezó a dar clases grupales de ejercicios después del trabajo tres veces por semana: "No fui exigente con ellas, así que probé una gran variedad y descubrí lo que me gustaba (entrenamientos de intervalos de alta intensidad y zumba)".

Tres meses de entrenar y seguir el programa, bajo unos 12 kilos más. En noviembre se cambió de sala de actividades y comenzó a tomar algunas clases nuevas, junto con entrenamientos de fuerza. "Seguir esta rutina me ayudó a perder 13 kilos adicionales y a estabilizarme. Ir a una reunión semanal y aprender más sobre nutrición fue una verdadera revelación para mí. Ver que el número en la báscula bajaba semana tras semana fue emocionante. Por supuesto, hubo algunas en las que no perdí peso. Pero tomé esas oportunidades para mirar hacia atrás y hacer ajustes si era necesario para mantener el rumbo", concluye.