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El médico español que fichó el Gobierno británico para frenar el 'balconing'
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El médico español que fichó el Gobierno británico para frenar el 'balconing'

El cirujano Juan José Segura, del hospital Son Espases mallorquín, graba un vídeo en el que advierte de las tragedias que les pasan a los chicos que se lanzan desde las terrazas

Foto: El doctor Juan José Segura, cuarto por la izquierda, con su equipo.
El doctor Juan José Segura, cuarto por la izquierda, con su equipo.

La peregrina idea delanzarse desde la terraza de un hotel a la piscina del establecimiento, el célebre 'balconing', empieza a convertirse en un asunto de Estado para los británicos. A mediados del pasado mes de julio, el embajador de este país, Simon Manley, se entrevistó con la presidenta de Baleares, Francina Armengol, para ver cómo se podría evitar "este problema tan trágico". Un poco antes, en mayo, habían contactado a través del Foreign Office (Ministero de Asuntos Exteriores) con el médico Juan José Segura para filmarle en un vídeo hablando de los peligros de este absurdo y peligroso 'juego'. La pequeña película se distribuiría entre los jóvenes para ver si así se concienciaban. Lo que, vistos los datos de estos meses pasados, no parece que haya ocurrido del todo.

Segura, un joven cirujano de 32 años del hospital de Son Espases, decía en el vídeo: "Soy el que te cura y trata de recomponerte los huesos cuando te los rompes. Espero que no nos veamos este verano". Pero, lamentablemente, ha habido de nuevo una buena cantidad de casos. Seis de ellos "sin que pasasen por el hospital porque directamente fallecieron". Y eso que esa no ha sido la única iniciativa para frenar el 'balconing'. Los hosteleros se han conjurado para dar las habitaciones de las plantas bajas a los turistas de menor edad y de nacionalidad británica. También los ayuntamientos y el Gobierno balear anunciaron multas y otros castigos disuasorios. Por ejemplo, en Calvià, el montante por estos hechos es de entre 600 y 1.500 euros. Sin embargo, nada parece funcionar y como afirman los facultativos en una publicación académica: "En esta zona se ha convertido en una actividad endémica".

El estudio del doctor revela que casi todos los afectados son jóvenes británicos que habían consumido grandes cantidades de alcohol

Los datos que ha manejado Segura con su equipo, y que les han llevado a escribir algunos artículos sobre el fenómeno en publicaciones médicas, revelan que más de la mitad de los afectados son hombres en torno a los 24 años y de nacionalidad británica. El último, de 2017, revelaba que habían sido 12 los muchachos atendidos tras precipitarse al vacío desde sus terrazas. De ellos, 11 eran originarios de las islas y uno, alemán. Todos ellos sobrevivieron (los muertos no llegan ni a ingresar en el centro sanitario), pero con gravísimas lesiones craneoencefálicas o de la columna vertebral. "No solo arruinarás tus vacaciones, arruinarás tu vida", concluye el vídeo de Exteriores británico.

Lo normal es que los saltos sean desde una tercera planta: "Se ve que los que están en pisos más altos conservan algún tipo de sensatez"

El doctor, que tiene una jornada bastante extenuante y el día de su charla con El Confidencial comienza a operar a las nueve de la mañana y concluye pasadas las 11 de la noche, cree que aunque este verano ha habido un repunte en los casos, las campañas y la concienciación "son importantes porque al final acaban calando en los políticos y las administraciones, que son quienes pueden hacer más cosas al respecto". Uno de los puntos complejos de estas campañas (la británica se movió por las redes sociales por entenderse que es lo que consumen estas franjas de edad y también fue emitida por la BBC) es que los chicos "lo ven cuando están serenos, pero después cuando están muy ebrios ya no tienen la misma perspectiva". El alcohol es un factor muy determinante: "Se calculan mal los riesgos y las capacidades. También se pierden reflejos".

Muchas de las caídas son accidentales y se deben, precisamente, al abuso del alcohol y otras sustancias estupefacientes. "Lo malo es que al estar muy borrachos no apuntan bien al caer, no se protegen", describe el doctor. Estas precipitaciones al vacío suelen hacerse desde una tercera planta. "Se ve que los que están en pisos más altos conservan algún tipo de sensatez", subraya Segura.

Colaboración consular

Por supuesto, no son las únicas emergencias que requieren de cirugía urgente durante el verano. Los meses estivales en las zonas más masificadas de la isla, como Magalluf, arrojan unas cifras muy altas de incidentes en los que están implicados jóvenes y alcohol. "También hay peleas muy fuertes en las que hay roturas de huesos", confirman los sanitarios.

El equipo de Segura empezó a hacer un seguimiento de estos casos en 2015. "Entonces no había literatura médica al respecto", revela el joven cirujano. "El asunto es que no podíamos hacer un seguimiento de las lesiones de los pacientes porque simplemente regresaban a sus lugares de origen". Por esa razón, se les ocurrió pedir colaboración a través de los consulados para recopilar más datos y poder publicar sus investigaciones. De aquellas reuniones surgió la idea de grabar el vídeo para prevenir el fenómeno. "Todo lo que sea impacto social va a ser beneficioso", resume el doctor.

El estudio también concluye que la altura media en la que se producen estas gravísimas lesiones es entre 8,5 y 4,5 metros

El artículo de Segura y sus colegas también llega a la conclusión de que el alcohol consumido (en todos los casos, había habido ingesta) de media era de 0,85 gramos. Algunos de los accidentados, además, habían consumido otras drogas. El estudio también concluye que la altura media en la que se producen estas lesiones es entre 8,5 metros y 4,5. Y, por supuesto, un porcentaje abrumador se da en los meses de verano, aunque también hay algunos casos en primavera.

Lo más curioso que desvela la investigación es que la mayoría de los casos que llegan al hospital, es decir, de aquellos que no suponen una muerte fulminante, son accidentes, no lanzamientos intencionados. Obviamente, son percances de gente que estaba amagando con tirarse o que hacía equilibrios por las terrazas por hacer una broma o para tratar de llegar a otras habitaciones de la misma planta.

La peregrina idea delanzarse desde la terraza de un hotel a la piscina del establecimiento, el célebre 'balconing', empieza a convertirse en un asunto de Estado para los británicos. A mediados del pasado mes de julio, el embajador de este país, Simon Manley, se entrevistó con la presidenta de Baleares, Francina Armengol, para ver cómo se podría evitar "este problema tan trágico". Un poco antes, en mayo, habían contactado a través del Foreign Office (Ministero de Asuntos Exteriores) con el médico Juan José Segura para filmarle en un vídeo hablando de los peligros de este absurdo y peligroso 'juego'. La pequeña película se distribuiría entre los jóvenes para ver si así se concienciaban. Lo que, vistos los datos de estos meses pasados, no parece que haya ocurrido del todo.

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