Los errores que siempre cometes al comprar o vender un coche

Llegan las vacaciones veraniegas y sus desplazamientos. Te das cuenta de que la realidad es la que es: tu coche ya no está para muchos trotes e irte a la playa puede conventirse en un suplicio porque tu vehículo no da para más. Aunque cada vez se repite con más insistencia, dos profesores de la Universidad de Texas han puesto de manifiesto con datos que poseer uno en propiedad es poco eficiente, y aún así, estás decidido a comprártelo.

Si ya has tomado esa decisión, sin duda de enorme trascendencia, debes tener en cuenta una serie de recomendaciones básicas para evitar equivocaciones de las que luego puedas arrepentirte durante mucho tiempo. Y no solo a la hora de comprar uno nuevo sino también cuando quieras vender el tuyo: la operaciones entre particulares pueden acarrear varias complicaciones si no se toman ciertas precauciones.

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Héctor G. Barnés

Independientemente de las razones por las que quieras deshacerte de tu antiguo automóvil y obtener uno nuevo, querrás el mejor precio. Ya sea que lo intercambies en el concesionario o de forma privada, existen numerosos errores que podrían hacer que el coste de los trámites creciera innecesariamente.

No te precipites

Salvo urgencia imperiosa, la compra de algo tan costoso e importante como un automóvil debería meditarse con detenimiento. No conviene precipitarse nunca. Hay que tomarse el tiempo necesario para valorar todos los aspectos que influyen en la decisión y elegir el momento justo para hacerlo, buscando oportunidades que puedan resultar ventajosas. Cuando te intereses por un coche de segunda mano, su dueño muchas veces dirá que hay alguien a punto de comprarlo y que o te decides rápido o es probable que te quedes sin él. Es probable que no siempre sea cierto.

La decisión final es exclusiva del comprador y solo él debe llegar a la conclusión de que ese coche es el que necesita o el que satisface sus expectativas

Si vas a vender el tuyo, debes saber su valor. Es una de las cosas más importantes porque es muy posible que te acabes quedando con mucho menos de lo que vale realmente. Afortunadamente, tienes tasadores online que pueden ayudarte a averiguarlo o siempre puedes ir a varios concesionarios de coches de segunda mano para poder compararlo con el tuyo.

Elige bien y no mientas

Puede ser algo evidente, pero muchos toman una elección demasiado a la ligera. El abanico de posibilidades, colores o equipamientos puede ser una locura a la hora de elegir bien. Por eso resulta fundamental realizar un ejercicio en el que mires cada detalle e identifiques los modelos que los cumplen para seleccionar el que más te satisfaga. No hay que dejarse llevar en este caso por las primeras impresiones. Además, debes descartar las opciones que superen significativamente el gasto que te conviene realizar.

Que no te engañen, y tampoco lo hagas tú. Mentir sobre los que otros concesionarios pagarán por tu coche en un esfuerzo por impulsar la oferta actual probablemente será infructuoso y afecte a la transacción de alguna manera.

Pide varios presupuestos

Los precios que ofertan los fabricantes son siempre recomendados, puesto que cada vendedor puede fijar el que considere oportuno para el mismo producto. Así que, dentro de ese proceso de compra, es de recibo que pidas más de un presupuesto y así puedas elegir el que más te convenga. Si hay varios concesionarios de la marca en tu ciudad o proximidades, visítalos todos. Si no puedes, ahora hay una opción disponible (con la que también ahorrarás tiempo) en muchos de ellos: puedes solicitar una oferta por internet.

Medita bien la compra que quieres hacer y elige correctamente

Conseguir un buen trato no siempre es tan fácil como crees. Los vendedores recurren a las altas presiones para que al final aceptes una oferta menos ideal de la que podrías tener. Lo bueno es que al haber tantos distribuidores, no tienes por qué soportarlo. Tienes el máximo poder en esta transacción siempre que estés dispuesto a decir no.

Prepáralo

Quizá pienses que debes arreglar el coche antes de venderlo, pero a veces no compensa y es peor el remedio que la enfemerdad. Es posible que reparándolo ganes un poco más de dinero con la transacción, pero ¿compensa tras el gasto de la reaparación? Si tu vehículo necesita varias chapas, pide presupuesto y piensa bien si merece la pena meterte en este proceso. Quizá sea mucho mejor llevarlo al concesionario (si vas a comprarte uno) y ver cuánto te dan por él.

Lo que sí tienes que hacer es limpiarlo. Dejarlo como un guante marcará la diferencia. Lávalo, aspira sus asientos, limpia todo lo que puedas por dentro y por fuera e infla las ruedas. Piensa que si se ve bonito y reluciente, será más fácil.

Pruébalo antes

Informarse en las páginas de las marcas, ver vídeos en YouTube o hablar con tus amigos está muy bien, pero la decisión final es exclusiva del comprador y solo él debe llegar a la conclusión de que ese coche es el que necesita o el que satisface sus expectativas. Para tener ese convencimiento, la prueba de fuego es ponerse al volante, conocer en primera persona si lo que nos han contado es verdad. Casi todos los concesionarios tienen ya unidades de prueba casi iguales a los modelos que la gente compra, así puedes hacerte a la idea de lo que vas a llevarte.

Si quieres venderlo, tienes que saber su valor porque es muy posible que te acabes quedando con mucho menos de lo que cuesta

Si es de segunda mano ten mucho cuidado. Según un informe del RACC (Real Automóvil Club de Cataluña), al 12% de los coches del mercado de segunda mano se les ha manipulado el cuentakilómetros, cifra que aumenta hasta el 30% cuando se trata de vehículos importados. Si tienes en cuenta estos datos debes tener cuidado porque existe una alta probabilidad de que te engañen.

Revisa los neumáticos, la corrosión, los pedales, el volante o la carrocería. Te darán pistas del desgaste real que tiene lo que vas a comprar. Comprueba que toda la documentación está al día. Es momento de saber si el dueño anterior está al corriente con el pago del impuesto de circulación, la ITV e incluso con las posibles multas o embargos que pudiera arrastrar. Esto se puede saber haciendo una consulta a la Dirección General de Tráfico.