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Lo que aprendí de la vida al cumplir los 40 y que me hubiera gustado saber antes
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Lo que aprendí de la vida al cumplir los 40 y que me hubiera gustado saber antes

Hacerse mayor no siempre fue plato de buen gusto. Valorar a los amigos y a la gente que tienes cerca son algunas de esas cosas buenas por las que lo agradecerás

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A medida que te vas haciendo mayor, los años pesan, suman y te condicionan a realizar cierto tipo de cosas que no harías antes o viceversa. A cualquier edad, menos cuando eres niño, puedes sentir lo que se conoce como "vacío hacia delante o vacío hacia atrás": la incertidumbre de no saber qué hacer en los próximos años o la sensación de no haber hecho nada interesante o emocionante en los últimos abriles. De cualquier modo, cada época en la vida tiene sus pros y contras. A riesgo de caer en el a veces problemático mito de Peter Pan y no querer crecer, poco a poco deberás ir planteándote ciertas metas que cumplir para no quedarte estancado.

Hay una teoría que dice que cuando una amistad pasa la barrera de los ocho años es que ya se han convertido en amigos para siempre

Las lecciones que imparte la vida a menudo vienen tan solo con los aciertos y errores que la experiencia te ha brindado. El escritor y periodista norteamericano Jason Stahl ha publicado en 'Business Insider' su personal visión de dejar atrás la juventud y pasar a la vida adulta. Entrar en los 40 puede suponer un trauma para muchos, y es que a nadie parece gustarle del todo cumplir años. Como dice el viejo proverbio, "desde el momento en el que naces ya estás dejando de existir". De ahí que a nadie le plazca del todo cumplir años si entendemos que la mayor lucha del ser humano es contra la muerte, tal y como explicaba en una reciente entrevista el renombrado profesor de Silicon Valley José Luis Cordeiro. Para que no te estreses al llegar a la mediana edad, hemos recopilado una lista de cosas que avalan que cumplir los 40 no es tan malo, al menos sabes muchas más cosas sobre la vida que cuando eras más joven.

Las amistades, siempre fuertes

Hay una teoría no del todo contrastada que dice que cuando los amigos pasan la barrera de los ocho años, ya se han convertido en amigos para siempre. "A medida que la vida avanza, la gente también", comenta Jason Stahl. "Algunos de tus amigos se mudarán a diferentes estados y algunos se casarán, tendrán hijos y terminarán inmersos en una burbuja suburbana. Tu círculo se irá volviendo más pequeño a medida que envejeces".

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A pesar de ello, esto no quiere decir que por esta norma no escrita por la que ves con menos frecuencia a tus amigos se hayan ido para siempre. Algo que caracteriza a las amistades fuertes es que aunque no estén mucho en contacto, siempre que se vuelven a encontrar regresan al punto donde lo dejaron. "Como si no hubiera pasado el tiempo", reconoce Stahl. "No te puedes estancar preguntándote cuándo volverás a verlos o si te sientes inseguro a la hora de preguntarte por qué no te han llamado":

Cuida de tus padres

Después de darte todo lo que necesitabas, como una educación, unos valores y un montón de favores que hicieron solo con tal de hacerte feliz, llegó la hora de que les devuelvas todo su esfuerzo invertido. Al cumplir cuarenta años, es posible que tus padres rocen o ya hayan pasado los 70. Por ello, además de cuidarles, requerirán de tu cariño y atención, además de tu vitalidad para no sentirse tan mayores. Piénsalo. Si tú te sientes mayor, ellos aún más.

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"Mis padres están a punto de cumplir los 70 y su salud se está convirtiendo en una preocupación", comenta el escritor. "Los dos tienen el colesterol alto, han perdido la audición y toman muchos medicamentos. Las visitas al médico son más frecuentes". Pasa más tiempo con ellos y conoce de cerca lo que les preocupa y sus problemas de salud. No hace falta decir que te lo agradecerán muchísimo.

Sé menos materialista

Si tuviste suerte y ahora mismo gozas de una buena posición económica, cuando al fin te cogieron en la empresa de tu vida o emprendiste por ti mismo en la compañía de la que siempre quisiste formar parte, seguramente al principio gastabas mucho dinero en ropa, viajes, fiestas o entretenimiento. Llegó la hora de echar el freno. La vanidad de tu juventud parece que ha sido aplastada por todos esos pagos que tienes que afrontar y que son tan cuantiosos. Tal vez sean los responsables de que no te des tantos homenajes como antaño.

Foto: Hernán Migoya (izq), ilustración del 'cuarentón hijoputa' (centro), Santiago Sequeiros (dcha)

"Cuando era niño, robaba todos los chismes posibles que podía llevar conmigo de las habitaciones de hotel. Cuando me hice editor, acumulaba en mi mesa montones de revistas", analiza Stahl. Es evidente que cuando eres más joven, quieres y necesitas más cosas para ti. Ahora ya, parece que te tienes que conformar con lo más simple y gratuito. El aire siempre ha sido gratis y los paseos de domingo por el parque tu deber espiritual para relajarte y afrontar la rutina con mucho menos estrés. ¡Ah! Y no cuestan dinero.

Fortalécete

Al ser joven, sueles preocuparte menos por tu estado físico. Duermes menos, tienes más energía y crees que eres capaz de todo. Pero el tiempo no perdona, y has empezado a darte cuenta de que no puedes hacer todas las cosas que hacías antes sin el más mínimo esfuerzo. Para paliar estos efectos, lo mejor que puedes hacer es ponerte en forma y mejorar tu condición física.

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¿Cómo? Comer más sano o volver a apuntarte al gimnasio al que hace años que ya no vas es una muy buena alternativa. Tu cuerpo te lo agradecerá. "Solo quiero estar en forma y sentirme bien conmigo mismo y con mi cuerpo", relata el editor. Ten en cuenta que tú eres la suma de dos partes: cuerpo y mente, y ambas dependen de sí mismas para sobrevivir. Un tándem indivisible que necesita de cuidados extra una vez alcanzas cierta madurez.

Tómate en serio tu seguridad financiera

Llegó la hora de dejar de vivir al día y empezar a apostar por algo de verdad. Ya has tenido la oportunidad de trabajar o ahorrar, y para lo único que sirve el dinero es para gastar o invertir. Por ello, investiga el modo de estar más cómodo económicamente una vez alcances la jubilación. Consulta con tu asesor financiero de confianza para afrontar el último tramo de tu vida de la mejor forma posible.

A medida que te vas haciendo mayor, los años pesan, suman y te condicionan a realizar cierto tipo de cosas que no harías antes o viceversa. A cualquier edad, menos cuando eres niño, puedes sentir lo que se conoce como "vacío hacia delante o vacío hacia atrás": la incertidumbre de no saber qué hacer en los próximos años o la sensación de no haber hecho nada interesante o emocionante en los últimos abriles. De cualquier modo, cada época en la vida tiene sus pros y contras. A riesgo de caer en el a veces problemático mito de Peter Pan y no querer crecer, poco a poco deberás ir planteándote ciertas metas que cumplir para no quedarte estancado.

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