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Así perdió esta madre 24 kilos (y no solo tiene que ver con la comida)
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"me sentía como una ballena"

Así perdió esta madre 24 kilos (y no solo tiene que ver con la comida)

Tras contraer una enfermedad en África y adelgazar muy rápido, esta australiana adoptó unos hábitos de vida poco recomendables. Te contamos qué hizo para remediarlo

Foto: Antes y después. (Facebook)
Antes y después. (Facebook)

Cuando Tracey cayó enferma, se encontró en una situación en la que tuvo que dejar de hacer ejercicio. Esta madre de Sydney llegó a pesar más de 80 kilos tras consumir grandes cantidades de comidas grasas.

Mientras hacía malabarismos con su trabajo y su vida familiar, esta contable de 49 años, aseguró que su peso se descontrolaba una y otra vez hasta que dejó de funcionar por completo. Pero se embarcó en una 'dieta a tiempo parcial' ayunando dos días a la semana, reduciendo su ingesta a solo 500 calorías e ingeriendo 1.200 calorías en los otros cinco días.

En cuestión de meses notó cómo su peso comenzó a caer dramáticamente. Además, reveló que todo empezó al volver de África en 2010. "Estaba súper en forma y tenía un cuerpo delgado, pero me puse mala en aquel país y todo empezó a ir mal. Cuando volví a casa, seguía yendo al gimnasio, pero me encontraba fatal. Descubrí que padecía anemia, así que tuve que dejar de entrenar hasta que recuperase los niveles de hierro. A partir de ahí, me metí en un estilo de vida poco saludable", asegura a 'The Daily Mail'.

Foto: Quítate esos kilos. (iStock)

Tracey sabía que su alimentación no era la mejor: ingería salchichas, escalopes de pollo frito o muchas patatas fritas. "Sé que eran los alimentos equivocados. Siempre estaba ocupada, así que solo podía comer cosas precocinadas o empaquetadas de los supermercados, cualquier cosa que se calentara en menos de cinco minutos en el microondas o me pudiera llevar", aseguraba. "Y no solo eso, si me sentía con ansiedad, me tomaba cualquier cosa de bollería. Así que sí, era consciente de que lo estaba haciendo mal", añadía.

"Me sentí invisible"

Tras intentar hacer algo de ejercicio se quedaba sin aliento. "Pensaba que si hacía un poco, estaría en el buen camino. Intentaba luchar, pero cada vez que me iba a caminar jadeaba y me resultaba muy difícil subir una escalera", confesaba. Decidió entonces que ya no participaría en nada más porque se sentía invisible: "Me vestía para esconderme, evitaba situaciones en las que me sintiera gorda, inadecuada y fea en comparación con los demás. Tengo una hermana gemela que está delgada así que todo el mundo me comparaba con ella, era horroroso".

Deja de centrarte en los aspectos negativos de la vida y gana confianza en ti mismo

"Tenía mal humor, no hacía nada y no encontraba la motivación para ese cambio. No estaba sacando lo mejor de mi. Entré en un bucle de depresión e inseguridades. Iba a llegar a los 50 y la vida se me pasaba por delante sin poder hacer nada", explicaba.

No fue hasta que el año pasado, cuando viajó con su hijo de 14 años a Nueva Zelanda, cuando se dio cuenta de que tenía que hacer algo respecto a su peso. "Hicimos muchas actividades como 'rafting' o 'trecking'. Todos estaban en forma y me sentí como una elefanta. Estaba avergonzada, llevaba un traje de neopreno mojado con el que me sentí como una ballena varada. Pero lo que realmente me hizo ver la realidad fue la tirolina: nos dijeron que cuanto más pesado eres, más rápido vas y yo pasé por delante de mi hijo como un cohete", comentaba.

Cambiar el posible

Tracey se dio cuenta de que la vida puede ser divertida y que su peso era uno de los factores que le estaban influyendo negativamente en su autoestima y confianza. Así que decidió apuntarse a SuperFastDiet, un programa que anima a las personas que hacen régimen a que reduzcan su ingesta a 500 calorías en dos días, y que consuma hasta 2.000 durante los otros cinco días.

placeholder Tracey con su hermana. (Facebook)
Tracey con su hermana. (Facebook)

"Era flexible y factible. No tenía que dejar de comer durante 24 horas, todo lo que tenía que reducir eran las ingestas a dos días a la semana. La mejor parte fue que podía elegir qué comidas hacer, qué días ayunar y cuándo disfrutar de algo delicioso", aseguraba. Esta mujer pasó de una talla 14 a una 8 y adelgazó 24 kilos en 33 semanas. Ahora pesa 55, tres menos que su objetivo original y se encuentra realmente bien.

"Una vez que comencé a perder peso, mi salud y mi vida en general mejoraron en muchas otras formas. Prefiero esta versión de mi, soy mucho más feliz. Salgo con mis amigos más veces, hago mucho deporte y a veces desafío a mi hijo y consigo ganarle. Mi confianza ha aumentado una barbaridad. Tendría que haber hecho este cambio mucho antes y no centrarme en los aspectos negativos de la vida. Ahora no soy invisible, soy invencible", concluía.

Cuando Tracey cayó enferma, se encontró en una situación en la que tuvo que dejar de hacer ejercicio. Esta madre de Sydney llegó a pesar más de 80 kilos tras consumir grandes cantidades de comidas grasas.

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