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Por qué los hombres de derechas ya no ligan: "es una mancha negra"
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Por qué los hombres de derechas ya no ligan: "es una mancha negra"

Una muestra de cómo la política penetra en la vida cotidiana de los ciudadanos de Washington contada por ellos mismos

Foto: Un cartel anti-Trump justo antes de las elecciones presidenciales de 2017. (iStock)
Un cartel anti-Trump justo antes de las elecciones presidenciales de 2017. (iStock)

Parece que la confrontación entre demócratas y republicanos en Estados Unidos se ha recrudecido, no solo en el plano político, también en el emocional. Los conservadores ya no ligan. Y están muy tristes. Hartos, más bien. Entre otras cosas, porque los demócratas les juzgan demasiado rápido y, desesperados, ya no saben qué hacer para lidiar con su falta de afecto.

“¿Votaste a Trump?” La pregunta se repite a lo largo y ancho de Washington D. C., capital del país y epicentro del problema; no en vano, es la ciudad con el mayor número de usuarios registrados en las aplicaciones de citas para solteros de todo Estados Unidos. La soledad de 'los del elefante' no tiene parangón. Ni con Bush se pasaba tan mal. Nadie quiere salir con alguien que admira a un presidente abierta y reconocidamente machista, xenófobo y que no tiene el mínimo reparo en tratar a las mujeres como meros objetos.

placeholder El elefante republicano y el burro demócrata. (iStock)
El elefante republicano y el burro demócrata. (iStock)

'Trumpfobia'

“La división política se ha vuelto tan amplia que muchos jóvenes liberales no tienen ningún interés en conocer a los conservadores”. La periodista Mimi Montgomery ha recopilado una serie de opiniones al respecto del tema en ambos bandos para la revista 'Washingtonian'. La mayoría de ellas son de periodistas de corriente conservadora y funcionarios de la administración Trump.

“Trabajar para la derecha es un obstáculo a la hora de salir con alguien, tanto es así que se evita hablar de ello hasta que quedas con la otra persona”, afirma un articulista favorable a la doctrina Trump. Y es que, para entonces, ya estás muerto como posible amante.

Los ciudadanos de Washington tienen 15 veces más posibilidades de mencionar la política en sus perfiles desde las pasadas elecciones

Y dices, vale, quizás sea solo un caso aislado. Pero no, lo ves venir y sabes que todo esfuerzo por congeniar con alguien distinto a ti en ideas políticas será en vano: “Muchas veces te conectas con alguien en una app. Sabes que te buscarán en Google inmediatamente después, descubrirán que trabajaste para la campaña de Trump y luego ya todo irá cuesta abajo, comenta un funcionario del gobierno norteamericano. La rabia que persiste por la derrota de Hillary Clinton y que actualmente el presidente de los Estados Unidos sea un hombre como Donald Trump, son las principales causas de que los republicanos no encuentren su media naranja.

placeholder Una manifestación anti-Trump en Washington. (EFE)
Una manifestación anti-Trump en Washington. (EFE)

Duro golpe para la 'alt-right' norteamericana y sus correligionarios. Tal vez, la cara amarga y negativa de la victoria que hace poco más de un año celebraban entre vítores de alegría. Es evidente que la esfera política ha penetrado de lleno en la vida cotidiana. The League, la estrella de las apps para ligar, confirma que los ciudadanos de Washington tienen 15 veces más posibilidades de mencionar la política en sus perfiles biográficos desde las pasadas elecciones presidenciales. Mientras, un tercio de ellos asegura que no saldrían con personas de distintas creencias políticas.

Siento que me miran y dicen: 'Un tipo alto y blanco, pelo marrón y mocasines. Seguro que tiene una foto de Reagan en su habitación'

“Las ideas afines a la derecha, independientemente de que apoyes a Trump o no, son siempre presupuestas”, afirma otro periodista que se describe a sí mismo como un conservador moderado. Es como “una mancha negra” en el currículum en la candidatura para salir una noche con alguien. “Siento que me miran y dicen: 'un tipo alto y blanco con pelo marrón y mocasines, y probablemente tenga una foto de Reagan y la NRA en su habitación o algo así'. Creo que tienen una visión muy exagerada de lo conservador”, subrayó.

placeholder Foto: iStock.
Foto: iStock.

Cuidado con lo que lees

Otras veces, es preferible que revises tu biblioteca antes de invitar a una persona que te gusta a tu casa. Aunque no simpatices del todo con el rubio magnate más polémico y conocido a día de hoy en toda la escena internacional, quizás escondas grandes documentos y diccionarios de teóricos neoliberales, ya sabes, John Stuart Mill o Milton Friedman, entre otros. Tu corazoncito republicano aflorará a la superficie y no podrás evitar que se te vea 'el plumero ideológico'. Tal vez, tendrías que haber sido más inteligente y haber comprado algún libro de Chomsky o del teórico marxista David Harvey, aunque al menos sea para aparentar y por un mero fin interesado.

Le dije que no creía en el cambio climático. Me reí pero a ella pareció no hacerle ni gracia. Iba en serio. No volvimos a salir

Esto es precisamente lo que le pasó a otro periodista afín al partido conservador, quien a pesar de estar en contra de Trump, no pudo evitar las críticas y posterior 'espantada' de su ligue de una noche: “La llevé a casa y mientras revisaba su estantería, vio algunos libros de pensadores de derechas. Ella preguntó 'Oh, ¡no! ¿Votaste a Trump?'. Yo le respondí que no, aunque reconocí ser republicano. Ella dijo 'Tengo que salir de aquí, no puedo verte', y efectivamente se fue.”

placeholder Uno de los bulevares más concurridos de Washington D. C., en Georgetown. (iStock)
Uno de los bulevares más concurridos de Washington D. C., en Georgetown. (iStock)

El 'enfriamiento' global de las conversaciones

Otro tema recurrente en estas ásperas y rocambolescas conversaciones en mitad de una aciago encuentro noctámbulo entre republicanos y demócratas es el cambio climático. “Eran mis primeros días en Washington”, relata un funcionario. “Yo trabajaba en Capitol Hill para los conservadores. Conocí a una ex-empleada de la administración Obama que actualmente trabaja en el Instituto Aspen. Nos lo pasamos muy bien, pero al final de la cita le dije que no creía en el calentamiento global. Yo me reí, pero a ella pareció no hacerle ni gracia. Iba en serio. No se podía creer que hubiera gente que no creyera todavía en el cambio climático. No volvimos a salir”, concluye frustrado.

No nos importa a quién traigas a casa, mientras no sea republicano

Bill y Kate: amor a pesar de todo

Naturalmente, existen excepciones. No todo acaba en fracaso. Es la historia de Bill y Kate, dos miembros del personal del Congreso que comenzaron a salir juntos antes de que Trump llegara al poder. Ella era una demócrata convencida de toda la vida que votó a Clinton en las pasadas elecciones, mientras que él lo hizo por Trump. “Él y yo compartimos una serie de valores básicos comunes”, dice ella, quien admite que gracias a él ha adquirido una nueva perspectiva de las cosas y le ha ayudado a dejar atrás viejos estereotipos sobre la gente de derechas. “Es frustrante el hecho de tener amigos sumergidos en sus espacios que no quieran dar un paso adelante para conocer a otro tipo de personas”, concluye.

Al margen de los emparejamientos partidistas, la mayoría tienen la esperanza de que las cosas se calmen de un momento a otro. Una activista de izquierdas, sin embargo, no lo tiene tan claro. Educada en una férrea moral demócrata, sus padres le dieron un consejo: “No nos importa a quién traigas a casa mientras no sea republicano”.

Parece que la confrontación entre demócratas y republicanos en Estados Unidos se ha recrudecido, no solo en el plano político, también en el emocional. Los conservadores ya no ligan. Y están muy tristes. Hartos, más bien. Entre otras cosas, porque los demócratas les juzgan demasiado rápido y, desesperados, ya no saben qué hacer para lidiar con su falta de afecto.

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