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La famosa escena de '50 sombras' que nunca deberías imitar
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CINE Y SEXO

La famosa escena de '50 sombras' que nunca deberías imitar

Una prestigiosa psicóloga advierte sobre los daños en la vagina en el caso de meter cualquier tipo de comida en ella, tal y como sucede en la popular película

Foto: Fotograma promocional de 'Cincuenta Sombras Liberadas'.
Fotograma promocional de 'Cincuenta Sombras Liberadas'.

Vamos a hacer una cosa. ¿Cuál es tu fantasía sexual más privada e inconfesable? Sinceridad ante todo. ¿En qué estás pensando? Si de verdad es privada e inconfesable, deberías haber tardado poco más de diez segundos en responder. No lo digas en alto, solo piénsalo. Tal vez lo que estés pensando responda a algún tipo de fetiche oculto y profundo que no atiende a razones ni principios. Es más o menos como las fobias. Su fundamento irracional hace que sea prácticamente imposible de explicar, simplemente sucede y no puedes evitar sentirte subyugado (en el caso del fetiche) o repelido (en las fobias).

Christian hace el amago de insertarle la cuchara con helado en la vagina, a lo que (menos mal) Anastasia retroce

Lo que sea que hayas pensado seguramente poco o nada tenga que ver con lo que sucede en una de las escenas más ardientes y polémicas de la película 'Cincuenta sombras liberadas', última parte de la trilogía de la escritora E. L. James, estrenada a principios de mes. Sí, hablamos del furtivo encuentro entre Christian Grey (Jamie Dornan) y Anastasia Steele (Dakota Johnson) en la cocina a medianoche cuyo protagonista principal no son ellos dos, sino más bien una bola de helado en una cuchara.

Un despertar hambriento a medianoche

La escena sucede cuando Christian se levanta de la cama y descubre que Anastasia no está a su lado, por lo que va a la cocina y se la encuentra sentada encima de la encimera comiendo el goloso dulce. Entonces, haciendo gala de su papel absurdo y dominante en la película, le dice: “Oh, te he estado buscando”. Se acerca y hace el amago de querer probar un poco del helado, pero Ana le retiene y le espeta: “No, este es mi helado, hazte el tuyo”.

placeholder Uno de los fotogramas de 'Cincuenta Sombras de Grey'.
Uno de los fotogramas de 'Cincuenta Sombras de Grey'.

Christian se enfada porque, como es evidente, no le gusta que nadie le lleve la contraria, y antes de que pueda decir nada, Anastasia le esparce el postre por el pecho y lo lame. Después recurre a su entrepierna y repite la misma acción. Pero el clímax -si es que hay tal cosa en una película que aunque trate de sexo lo hace de una forma bastante blandiblú- llega cuando Christian hace el amago de insertarle la cuchara con el helado en la vagina, a lo que (menos mal), Anastasia retrocede y el chico termina barnizando de helado los muslos de su compañera.

La escena no está exenta de polémica. La ginecóloga Lauren Streicher, directora médica del Northwestern Medicine Center for Sexual Medicine and Menopause ha advertido sobre los peligros de esta práctica sexual a través de la revista 'Vulture'. “Esto nunca ha sido estudiado en ningún tipo de estudio científico, pero por lo general, no se puede meter ningún tipo de alimento dentro de la vagina. Teóricamente, esto podría causar una infección al disminuir el ph de la zona”.

No se han realizado estudios científicos que demuestren que puede meterse comida en la vagina de una mujer

No es para menos: la composición del helado se basa en leche y azúcar, algo nada sano para esa área del cuerpo. “No le recomendaría a nadie que colocase comida en la vagina de su pareja”, señala la ginecóloga. La única comida que podría funcionar en este tipo de relación sexual sería una que “no interactuara con la flora”. Por ejemplo, “un plátano sin pelar o un pepino que no se rompa o arañe las paredes vaginales”. Aún así, “no se han realizado buenos estudios científicos que demuestren que se puede meter comida dentro de la zona íntima de una mujer”, concluye.

En cuanto a introducir solamente la cuchara sin helado, en el cuerpo de Anastasia, Streicher afirma que “los cubiertos no son nada buenos para la vagina, sobre todo los tenedores y cuchillos”, como es evidente. “Una cuchara es un poco diferente. Si un ginecólogo lo hace con cuidado, estaría bien ya que tendría cuidado de no provocar una lesión”, subraya. Para finalizar, la experta aconseja no insertar en el cuerpo o en las zonas íntimas de nadie ni cubiertos ni comida.

Las bolas Ben Wa y 'El Misionero'

Otra de las escenas más famosas de la película es cuando Anastasia está en el trabajo y recuerda la aventura sexual de la noche anterior en la que Christian le pide que se ponga un tapón anal mientras la penetra en la clásica postura de 'El Misionero'. A la pregunta de si la ginecóloga recomendaría hacerlo, admite que “no recomendaría no hacerla si a la chica no le parece incómodo”.

placeholder Foto: iStock.
Foto: iStock.

Por último, Lauren Streicher es preguntada por el momento en el que él le pide que se coloque unas bolas chinas o bolas Ben Wa en sus partes pudendas y se las quede dentro todo el tiempo que dura un baile de máscaras. En cuanto a si es recomendable tener dicho aparato dentro de ti tanto tiempo, la médica responde que no pasa nada por tener las bolas chinas todo lo que quieras, incluso añade una función de entrenamiento físico.

“Algunas personas afirman que es sexualmente estimulante. Mucha gente habla sobre su uso para fortalecer la pelvis, ya que se contraen los músculos de alrededor”, asegura. “Teóricamente, esto es posible, aunque todavía no ha sido estudiado de forma pormenorizada. Las bolas no dañarán tu vagina. Hay muchas cosas más grandes que salen y entran de la vagina, penes o cabezas de bebé, por ejemplo. Es realmente una cuestión de comodidad”, añade Streicher.

Vamos a hacer una cosa. ¿Cuál es tu fantasía sexual más privada e inconfesable? Sinceridad ante todo. ¿En qué estás pensando? Si de verdad es privada e inconfesable, deberías haber tardado poco más de diez segundos en responder. No lo digas en alto, solo piénsalo. Tal vez lo que estés pensando responda a algún tipo de fetiche oculto y profundo que no atiende a razones ni principios. Es más o menos como las fobias. Su fundamento irracional hace que sea prácticamente imposible de explicar, simplemente sucede y no puedes evitar sentirte subyugado (en el caso del fetiche) o repelido (en las fobias).