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"O peleamos duro o nos dirigimos hacia un mundo sin trabajo: la lógica nos lo señala"
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ENTREVISTA CON FRANKLIN FOER

"O peleamos duro o nos dirigimos hacia un mundo sin trabajo: la lógica nos lo señala"

El periodista estadounidense es uno de los especialistas más reputados en lo que se refiere a las grandes tecnológicas. Y advierte de los efectos negativos de su poder

Foto: Franklin Foer.
Franklin Foer.

Hay un movimiento significativo en EEUU que trata de recuperar una tradición de lucha contra el poder privado, en forma de monopolios y oligopolios, que parece más pertinente que nunca. Elizabeth Warren y Barry Lynn, una representante política y un especialista en competencia, son algunas de sus figuras relevantes. Franklin Foer es otro de ellos. Forma parte del colectivo 'Citizens against Monopoly', creado después de que Lynn y su equipo fueran despedidos del think tank 'New America' a causa de las presiones de Google. Por su experiencia profesional, Foer se ha especializado en los monopolios de nuevo cuño, el de las 'big tech' y Silicon Valley.

Dirigió la revista 'New Republic' cuando fue adquirida por Chris Hughes, cofundador de Facebook, y la experiencia no fue del todo positiva. Parte de esa relación es narrada en su último libro, 'Un mundo sin ideas' (Ed. Paidós) en el que describe no sólo el peso que pueden tener en nuestra cotidianidad empresas como Facebook o Google, sino que critica su influencia negativa en las democracias occidentales, en el periodismo o en las condiciones de vida a las que se ven abocados los ciudadanos de Occidente.

Contra el poder

Foer ataca sin sutilezas esta concentración de poder en manos privadas, que se sustancia, en opinión de su compañero, Barry Lynn, en que “nuestra economía política está dirigida por una élite bien compacta que puede unir el poder del gobierno de la nación con el de los corporaciones privadas de un modo que permite a los miembros de la élite no sólo trasladarnos sus riesgos, sino también determinar con casi total libertad quién gana, quién pierde y quién acaba pagando la factura”. El Confidencial ha conversado con Foer sobre todos estos asuntos.

PREGUNTA. ¿En qué sentido las 'big tech' son una amenaza existencial para la humanidad, como usted ha afirmado?

RESPUESTA. Estas empresas han acumulado un enorme control sobre los mercados, sobre la esfera pública y sobre la democracia. Se han inmiscuido profundamente en nuestra vida cotidiana, ejerciendo un gran control sobre nosotros de maneras sutiles e imperceptibles. Con Amazon's Echo y Google Home, nos acechan constantemente, observándonos mientras estamos en nuestras cocinas o escuchando nuestras conversaciones. Con este poder, tales compañías tienen una gran influencia sobre nuestro destino como especie. Estamos en el proceso de fusionarnos físicamente con nuestras máquinas. Ahora nos ponemos los instrumentos en nuestras muñecas, pero pronto serán implantes, lo que significa que estamos en el proceso de fusionarnos con las compañías que producen y manejan estas máquinas.

Podemos vivir con grandes corporaciones, que nos aportan eficiencias importantes. ¿Pero vamos a poder vivir en un mundo en el que solo haya un minorista gigante?

P. ¿Hay un intento por parte de las 'big tech' de deteriorar el mercado laboral? Empresas como Uber o Airbnb son un buen reflejo de cómo será el trabajo del futuro?

R. Uber es realmente solo un peldaño. La 'gig economy' es una fase pasajera en nuestro desarrollo. Estamos en una carrera que se dirige hacia la era de los automóviles sin conductor, hacia la automatización de los trabajos y su reemplazo por la inteligencia artificial. La lógica sugiere que nos empecemos a preparar para un futuro sin trabajo. O eso, o peleamos duro para preservar el trabajo como una institución humana.

P. ¿Las empresas tecnológicas como Google, Amazon, Facebook y Apple están reorganizando el capitalismo? ¿Estamos entrando en un nuevo sistema?

R. El monopolio y la consolidación son los grandes sueños del capitalismo. Sin embargo, estas compañías son monopolios de una nueva escala, algo que nunca se había visto antes. Ese es el peligro. Podemos vivir con grandes corporaciones, que nos aportan eficiencias importantes. ¿Pero vamos a poder vivir en un mundo en el que sólo haya un minorista gigante? En los Estados Unidos, Amazon está en camino de convertirse en eso. ¿Podremos vivir en un mundo donde haya un solo portal a través del cual acceder al conocimiento y la información? Bueno, ya estamos ahí gracias a Google.

Con las tecnológicas quizá tengamos que sacrificar un poco de conveniencia y eficiencia a cambio de proteger nuestras democracias

P. ¿Cuál es el futuro de la prensa? Si Facebook y Google se quedan con la mayor parte de la publicidad, como ya está haciendo, y se convierten en los guardianes de la información, ¿qué les espera a los medios?

R. Déjame ofrecer una nota optimista. Los medios se han ido despertando lentamente y conocen el problema que supone Facebook. La prensa permitió que esa plataforma les esclavizase, de modo que su modelo de negocio del periodismo quedase muy ligado a Facebook. Ahora que ha comprendido los peligros que encierra Facebook, ¿se liberará? Creo que sí, los signos son muy prometedores.

P. Los monopolios se han justificado (y se han permitido) fundamentalmente porque benefician al consumidor ofreciendo precios más bajos. Pero, ¿es esta afirmación cierta? ¿Benefician al consumidor? ¿Y si lo fuera, debería ser una razón definitiva para aceptarlos?

R. Sí, estas compañías benefician a los consumidores. El motor de búsqueda de Google es uno de los grandes logros de la ingeniería humana. El iPhone de Apple es una maravilla de diseño. No debemos arrojar al mar estas innovaciones. Pero también tenemos que hacernos preguntas difíciles y con un alto grado de escepticismo respecto de estas compañías. ¿Queremos que controlen gran parte de nuestros datos? ¿Queremos permitirles que sean nuestros puntos de entrada (casi) exclusivos al mundo de la información y el conocimiento? ¿Les permitiremos configurar de manera invisible nuestras decisiones de consumo? Tal vez tengamos que sacrificar un poco de conveniencia y eficiencia para proteger nuestras democracias.

En EEUU estamos obsesionados con el poder del Estado, pero no nos preocupamos por el poder privado, el de las grandes empresas

P. ¿Por qué la concentración de poder nos preocupa cuando se trata de poder público pero se justifica sin problema cuando es poder privado? La concentración empresarial consiste en atribuir mucho más poder a menos gente. ¿Por qué la sociedad sigue viendo esto como algo positivo?

R. Una de las ideas fundamentales de la teoría política de la Ilustración fue su comprensión del poder: la necesidad de controles y equilibrios. Les preocupaba el poder cuando no estaba limitado. Desafortunadamente, en los Estados Unidos estamos obsesionados con el poder del Estado, pero no nos preocupamos tanto por el poder privado, el de las grandes empresas. En las últimas generaciones hemos desmantelado muchos de los límites al poder privado. Nuestro estado regulatorio es un desastre. Y nuestros tribunales nunca han sido tan comprensivos con las corporaciones como ahora.

P. ¿Nos llevan las 'big tech' a un mundo mucho más rígido, con menos opciones y más concentrado alrededor de pocas ideas? ¿Será mucho menos plural? Cuando usted habla de “Estados postsoviéticos” refiriéndose a nuestras democracias, ¿es por estas razones?

R. Esta es una idea muy contraintuitiva, pero el auge de Facebook y Google está promoviendo una nueva era de conformismo. En la superficie, parece que estas tecnologías podrán empoderar a las personas. Pero en la realidad el mundo ha llegado a depender de Facebook y Google. Para tener éxito en el mundo, es importante ser muy visible en Facebook y Google. Si no estás en la página uno del resultado de búsqueda de Google, ¿realmente existes? Por eso tenemos a todo el mundo haciendo todo lo necesario para ser popular y estar bien posicionado. En el periodismo, esto ha creado mucha repetición, porque todo el mundo escribía sobre los mismos temas, y la única diferencia es que trataban de ser más rápidos a la hora de publicarlos.

El populismo proporciona un lenguaje para describir cómo las élites empresariales conspiran con las élites políticas para dañar los intereses de los ciudadanos

P. ¿Cómo interpreta el gran apoyo que Hillary Clinton ha dado a su libro? ¿Cree que el partido demócrata girará hacia una defensa del consumidor y del ciudadano y será menos favorable a las grandes corporaciones?

R. Como candidata, Clinton se vio obligada a hablar de Silicon Valley. Ella recibió mucho dinero de la industria de la tecnología. Como excandidata, está mucho menos constreñida y puede elegir sus enemigos. Además, creo que se ha radicalizado por el papel claramente pernicioso de Facebook en las elecciones. La influencia rusa es un problema que le preocupa profundamente. El hecho de que los rusos exploten Facebook la enfurece justificadamente.

P. Apuesta por que los demócratas utilicen un mensaje más populista. ¿En qué sentido podría ayudarles?

R. El populismo es un término del que se ha abusado.. Tenemos que pensarlo como un vocabulario político que es utilizado tanto por los convencidos como por los demagogos. En manos responsables, proporciona un lenguaje para describir la forma en la que las élites empresariales conspiran con las élites políticas para dañar los intereses de los ciudadanos. Para enfrentarse a estas compañías, los líderes deberán educar e inspirar a la gente para que se preocupe por sus peligros. Creo que ayuda expresar esta crítica en el lenguaje clásico del populismo, el lenguaje utilizado por Franklin Roosevelt, entre otros. No debemos dejar la retórica del populismo a los matones derechistas.

P. ¿Existen grandes diferencias entre la UE y EEUU respecto del poder de las tecnológicas? ¿O es esencialmente lo mismo?

R. Los europeos han pensado mucho mejor en la cuestión de las 'big tech'. Han sido pioneros en enfoques -en política de privacidad, en política de competencia- que los estadounidenses imitarán cada vez más en los próximos años. Por cierto, gracias por el buen ejemplo.

P. ¿Cómo se puede controlar el poder de las grandes empresas de tecnología?

R. Los estadounidenses tenemos una larga y orgullosa tradición a la hora de combatir contra los monopolios. Cuando las compañías eran demasiado poderosas, las dividíamos. No podemos abandonar esta tradición ahora, cuando lo necesitamos con tanta urgencia.

Hay un movimiento significativo en EEUU que trata de recuperar una tradición de lucha contra el poder privado, en forma de monopolios y oligopolios, que parece más pertinente que nunca. Elizabeth Warren y Barry Lynn, una representante política y un especialista en competencia, son algunas de sus figuras relevantes. Franklin Foer es otro de ellos. Forma parte del colectivo 'Citizens against Monopoly', creado después de que Lynn y su equipo fueran despedidos del think tank 'New America' a causa de las presiones de Google. Por su experiencia profesional, Foer se ha especializado en los monopolios de nuevo cuño, el de las 'big tech' y Silicon Valley.

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