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Oviedo y su gran negocio con el MIR: por qué mil médicos se enclaustran allí cada año
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TRATA ESTADÍSTICAMENTE LAS PREGUNTAS DE AÑOS ANTERIORES

Oviedo y su gran negocio con el MIR: por qué mil médicos se enclaustran allí cada año

Hace 30 años, un cirujano asturiano montó una pequeña academia para el examen médico. Hoy forma al 12% de los aspirantes al MIR, factura 5,68 millones y revoluciona la ciudad

Foto: Una clase para los alumnos del MIR de Oviedo en un teatro. (MIR Asturias)
Una clase para los alumnos del MIR de Oviedo en un teatro. (MIR Asturias)

Oviedo es estos días un hervidero de libros de medicina. En la ciudad, de 220.000 habitantes, se palpa que se acerca el MIR. Porque en ningún sitio como aquí se vive tanto el examen al que anualmente se someten los médicos recién licenciados. En el antiguo seminario se reúnen cada tarde más de 1.100 alumnos en dos turnos a dar los últimos repasos antes de la prueba del próximo 10 de febrero. La clave la tiene Jaime Baladrón, un cirujano maxilofacial que hace 30 años montó con una compañera una academia para ayudar a los opositores al MIR. Hoy tiene cola para venirse a vivir a Oviedo y completar el curso de siete meses alrededor del cual han surgido toda una serie de servicios para que los estudiantes solo se dediquen a preparar el examen.

En 1988, Baladrón sacó el MIR. Lo había preparado con su amiga Belén Aldecoa, que se hizo ginecóloga. Juntos habían estudiado casi toda la carrera. "Entonces solo teníamos unos cuadernillos de exámenes de años anteriores, pero estudiabas medicina en abstracto", cuenta. Al año siguiente montó una academia para ayudar a los de años siguientes a prepararlo y el éxito fue inmediato. "El primer año tuvimos 135 alumnos, luego 350, de ahí a 550 y pronto mil. Empezamos en el salón de actos del colegio de médicos y ahora aquí". Aquí es el seminario de Oviedo que, falto de vocaciones religiosas, ahora está alquilado la mayor parte del año a un enorme centro de formación del MIR. Allí habla Baladrón sin darse importancia, como si fuese lo más natural del mundo. Los estudiantes suben las escaleras que conducen al edificio desde el centro de Oviedo dando un paseo.

Cientos de médicos colaboran preparando test. "Devoran conocimiento. Necesitamos más preguntas constantemente"

Por las mañanas los médicos estudian en casa y por la tarde, en dos turnos de unos 600 alumnos cada uno, suben la escalera que lleva al seminario. La sala podría ser un teatro, con alumnos en la platea y en dos anfiteatros. Hoy toca cardiología. La segunda clase acaba a las diez de la noche. El profesor, con un micrófono acoplado en la cara, va desgranando la insuficiencia cardiaca: "Siempre que nos hablen de crepitantes tenemos que pensar en la insuficiencia cardiaca". Diuréticos, betabloqueantes... Como el examen está cerca todo va rápido. Cada día una especialidad para repasar. Cuando falta más tiempo cada especialidad se lleva una semana.

La sala está llena de monitores. Los de las primeras filas tienen una casi para ellos. Cuando empezó, las presentaciones eran con filminas. Cuando salieron los primeros proyectores, Baladrón fue corriendo a comprarlos. Los de arriba lo siguen en enormes pantallas que llegan hasta el techo. Una sala de control lo graba todo y lo emite a la vez en centros que la academia MIR Asturias tiene en Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla y Pamplona. Como nadie puede interrumpir al profesor para preguntar, no tienen más ventaja, pero aun así la mayoría prefiere hacerlo presencial.

"Él es cardiólogo, pero no siempre la clase la dan especialistas. Valoramos más la pedagogía que tener la especialidad. La mayoría son antiguos alumnos que han superado un curso", explica Baladrón, que insiste en quitarse mérito: "Aquí lo importante son los chicos, que vienen y se encierran durante meses para conseguir lo que quieren". Aunque la academia ofrece cursos 'online', la mayoría sigue apostando por venir a Oviedo a enclaustrarse. Tienen compañeros y amigos con los que apoyarse si las cosas van mal.

placeholder Jaime Baladrón, ante el seminario en el que preparan el MIR los 1.100 estudiantes. (R. M.)
Jaime Baladrón, ante el seminario en el que preparan el MIR los 1.100 estudiantes. (R. M.)

Una parte fundamental del éxito es que la academia —no es la única que lo hace— ha analizado todos los temas que han salido en los 40 años de MIR. "Tenemos más de 25.000 preguntas de test". De los 27 libros que reciben los alumnos uno es el 'Repemir', con las preguntas que más se han repetido. Así saben que el 52% de las preguntas se ha repetido. La sarcoidosis, por ejemplo, ha salido 23 veces en la parte del aparato respiratorio, dos más que la etiología, diagnóstico y tratamiento del tromboembolismo pulmonar. El examen del MIR supone el 90% y el expediente el otro 10%. No se trata solo de aprobar sino de sacar la mejor nota para poder elegir especialidad y, a ser posible, hospital. Según la academia, "el 75,81% de los alumnos que se presentaron al examen MIR 2016 pudieron escoger una plaza de formación especializada". El 12% de los aspirantes se habían preparado aquí.

Manejan 25.000 preguntas de años anteriores. Saben qué temas son los que más se han repetido en los 40 años de MIR

El negocio va viento en popa. En 2016, la empresa facturó 5,68 millones, un 28% más que el año anterior, según las cuentas depositadas en el Registro Mercantil. El curso en Oviedo cuesta 3.862 euros y dura 17 meses, de los cuales los últimos siete son en la ciudad. De los 1.100 alumnos que tiene solo un centenar son de Oviedo. Tiene plazas agotadas hasta 2020. Cientos de médicos colaboran con la academia, porque hay que preparar preguntas sin cesar. "Devoran conocimiento, necesitamos nuevas presentaciones continuamente", explica Baladrón, que va a dejar su clínica privada para dedicarse exclusivamente a esto.

Esos son días críticos. El examen es el 10 de febrero y los estudiantes se dejan las pestañas los últimos días. El fin de semana hay un examen general en la misma facultad en la que se examinarán en unos días. Que conozcan el sitio donde se van a examinar es más importante de lo que parece. Ellos tendrán cuatro horas para hacerlo cuando en realidad Sanidad da cinco horas para las aproximadamente 225 preguntas de las que consta el MIR. Con los nervios, esa hora pasa volando. En los últimos días crecen además, las visitas a los psicólogos y tutores que la academia pone a disposición de los estudiantes.

Todo aquí es tamaño industrial. Para consultar un problema al tutor hay que tomar número como en la carnicería, el almacén de la paquetería parece de Amazon y a la entrada cada alumno pasa su tarjeta para que quede registrada su asistencia. Ahí lleva grabada cómo ha evolucionado su puntuación en los test internos, el tiempo que ha empleado... Uno de los puntos fuertes del 'método Baladrón' es que todo está lleno de estadísticas. Obviamente no es la única academia que prepara el MIR, pero sí la mayor junto con CTO. Preparar el MIR sin acudir a una de estas dos grandes academias es, cada vez más, una heroicidad.

CTO presume también de grandes resultados, especialmente en el último MIR. Esta, con sede en Madrid, presenta 2.400 alumnos, más incluso que la de Asturias. Entre las dos tienen copado el mercado. Juan Manuel Vázquez, de CTO, narra en un correo la plantilla dedicada al MIR: "El personal con dedicación exclusiva, el profesorado, el equipo de tutores y los colaboradores externos e internos suman un grupo que supera las trescientas personas". Hay alumnos que comienzan a prepararlo en cuarto.

placeholder Una clase de cardiología en el seminario de Oviedo. (R. M.)
Una clase de cardiología en el seminario de Oviedo. (R. M.)

Alrededor han surgido todo tipo de servicios. Residencias, empresas que ofrecen pisos en alquiler y que incluyen la lavandería y cualquier papel que necesiten, servicios especiales, viajes organizados, descuentos... Los mil alumnos que pasan allí más de medio año solo para el MIR dejan unos siete millones de euros en la ciudad. Los vecinos cuentan que no dan problemas. Por mucho que sean mil jóvenes de cada rincón encerrados, suelen ser buenos estudiantes en una oposición y, por lo tanto, no muy dados a la jarana. José Antonio Álvarez, responsable de marketing del Curso MIR, explica las razones: "Solo para entrar en Medicina hace falta una nota altísima, así que suelen ser chicos muy serios. Hay otras carreras, como algunas ingenierías, en la que entra mucha gente pero acaban pocos. Aquí no es así. Además, saben que se juegan mucho en el MIR y realmente están estudiando. Sí les ayuda tener compañeros en la misma situación que les comprenden y les ayudan".

Una de esas empresas es Alojamir. Su dueño, Roberto Alonso, explica cómo nació: "En el año 2012, había finalizado mis estudios de Económicas y Turismo y aquel verano pensé en la posibilidad de dar servicios a los estudiantes MIR de aquella promoción entre los que estaban varios amigos. Comencé ofreciendo cinco plazas en dos pisos muy bonitos enfrente de la Academia MIR Asturias con comida, limpieza, lavandería, internet y servicio de mantenimiento. Al principio, me ocupaba yo mismo de todo, ahora, ofrecemos 250 plazas y somos un equipo de 27 personas". Les ofrece piso, comida, limpieza, plancha, internet, en paquetes según decidan.

Alonso cuenta cómo se nota la estacionalidad del curso: "Con ellos aquí, crecen las suscripciones a gimnasios, y los bares y locales nocturnos notan mucho su llegada, coincide con el comienzo del verano y vienen con ganas de salir un poco, luego se tranquilizan más y no tienen mucho tiempo para el ocio, pero los negocios en general de la ciudad y en concreto de la zona de la academia notan una clara inyección de ingresos gracias a los médicos que vienen a Asturias a preparar el MIR".

Oviedo es estos días un hervidero de libros de medicina. En la ciudad, de 220.000 habitantes, se palpa que se acerca el MIR. Porque en ningún sitio como aquí se vive tanto el examen al que anualmente se someten los médicos recién licenciados. En el antiguo seminario se reúnen cada tarde más de 1.100 alumnos en dos turnos a dar los últimos repasos antes de la prueba del próximo 10 de febrero. La clave la tiene Jaime Baladrón, un cirujano maxilofacial que hace 30 años montó con una compañera una academia para ayudar a los opositores al MIR. Hoy tiene cola para venirse a vivir a Oviedo y completar el curso de siete meses alrededor del cual han surgido toda una serie de servicios para que los estudiantes solo se dediquen a preparar el examen.

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