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Las dos causas ocultas del cáncer
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Las dos causas ocultas del cáncer

Un nuevo estudio realizado en Inglaterra ha analizado por primera vez la relación de la obesidad y la diabetes con la prevalencia de la enfermedad

Foto: Pese al avance de la medicina, los casos de cáncer siguen aumentando. (iStock)
Pese al avance de la medicina, los casos de cáncer siguen aumentando. (iStock)

“Los hombres que tienen una constitución obesa son más propensos a morir pronto que los delgados”. Esta frase, que bien podría haberla dicho cualquier nutricionista contemporáneo en su consulta, pertenece a Hipócrates, el griego que convirtió el ejercicio de la medicina en una profesión auténtica. Desde su fundación, la disciplina tiene a la obesidad en su punto de mira y aunque los consejos dietéticos hayan mejorado considerablemente desde la época clásica (Galeno, por ejemplo, solía recetar masajes y baños) la enfermedad no ha parado de crecer hasta alcanzar las cotas actuales de epidemia.

El número de personas obesas a nivel mundial ha pasado de los 105 millones en 1975 a 641 millones en 2014, según un estudio publicado el año pasado en 'The Lancet', el cual vaticinaba que en 2025 uno de cada tres españoles (el 29,5% de las mujeres y el 32,6% de los hombres) será obeso. Y no es por falta de información. Cada año, conocemos más acerca de los peligros que conllevan esos kilos de más y la diabetes (sobre todo tipo 2) que fomentan. Según un nuevo estudio realizado por el Imperial College de Londres y que publica 'The Lancet Diabetes Endocronology', ambos han logrado desbancar al tabaco como el principal factor de riesgo para desarrollar cáncer.

Las mujeres salen peor paradas. Comparadas con los hombres, casi el doble padece cáncer por culpa de la obesidad y la diabetes

Los investigadores de dicho estudio compararon datos de 2012 de pacientes de 175 países con 12 tipos diferentes de cáncer con sus cifras de índice de masa corporal (IMC) y diabetes de 2002, partiendo desde el supuesto de que la enfermedad tarda al menos 10 años en desarrollarse. Es la primera vez que se ha analizado la influencia oncológica de estos dos factores y descubrieron una correlación clara: la diabetes y el sobrepeso (IMC superior a 25), fueron factores de riesgo independientes para 792.600 pacientes con cáncer (un 5,6% de todos los casos en el registro global), sobre todo de colon, vesícula biliar, hígado y páncreas.

placeholder La obesidad es una epidemia en los países occidentales. (iStock)
La obesidad es una epidemia en los países occidentales. (iStock)

Es decir, más de uno de cada 20 casos de cáncer pueden ser atribuidos a estos dos factores tan en auge en la sociedad actual. La mayoría (un 38,2%) de estos casos ocurrieron en países occidentales de altos ingresos, entre ellos España, siendo el de mama el más habitual. No obstante, los países en vías de desarrollo son los que han experimentado un mayor aumento de prevalencia oncológica entre 1980 y 2022. En este sentido, los datos revelan la relevancia de las diferencias geográficas, con países como Tanzania, Mozambique y Madagascar a la cola de cánceres originados por el sobrepreso y la diabetes. Si, en cambio, consideramos individualmente estos dos factores, 544.300 casos globales se atribuyen a un IMC alto (el equivalente al 3,9% de todos los cánceres) y 280.100 a la diabetes (un 2%).

Detrás de un 5,6% de los cánceres

Al analizar los datos del estudio vemos que las mujeres salen peor paradas. Comparadas con los hombres, casi el doble sufren el efecto de los dos factores de riesgo, siendo el cáncer de mama el que más frecuente, que supone el 30% de los casos. En cambio, los hombres sufren sobre todo el de hígado, con un 42,8%. Entre los otros resultados principales destaca que la combinación de los dos factores está detrás del 25% de los tumores de hígado y de cerca de un 30% de los de útero.

Para 2035, la prevalencia del cáncer podría crecer un 20% en los hombres y un 30% en mujeres debido a la obesidad y la diabetes

“Sabemos mucho acerca de las causas de la obesidad y la diabetes pero mucho menos acerca de la relación de estos dos factores con el cáncer”, señala al respecto Jonathan Pearson-Stuttard, autor principal del estudio y miembro del Imperial College de Londres. Los investigadores apuntan a que esta relación podría deberse a los niveles elevados de insulina o de azúcar, a la inflamación crónica o a la disrupción hormonal que conlleva la enfermedad.

placeholder Las visitas regulares al médico son fundamentales. (iStock)
Las visitas regulares al médico son fundamentales. (iStock)

El estudio ha sido aplaudido por ciertas asociaciones, como Diabetes UK, desde donde se sostiene que cada vez hay más evidencia de que la enfermedad puede aumentar el riesgo de ciertos tipos de cáncer. No obstante, también ha recibido ciertas matizaciones por parte de la comunidad científica. Por ejemplo, Yikyung Park y Graham A. Colditz, ambos del Colegio de Medicina de la Universidad Washington en San Luis, han afirmado en un editorial conjunto que el periodo de 10 años es una medida imperfecta para el objetivo propuesto, pues no tiene en cuenta la importancia de tener un IMC alto durante la adolescencia tardía y el comienzo de la edad adulta.

Sea como fuere, Pearson-Stuttard señala que los esfuerzos de salud pública deberían centrarse en identificar las medidas preventivas y de detección para poblaciones y pacientes individuales. A menos que se implementen políticas alimentarias eficaces para hacer frente al auge de la diabetes y el alto IMC, el crecimiento del cáncer será más que significativo. “Para 2035, su prevalencia podría crecer un 20% en los hombres y un 30% en mujeres”, asegura el autor del estudio. Este pronóstico, señala el investigador, es particularmente alarmante si consideramos el alto coste de este tipo de enfermedades y resalta la necesidad de aumentar todavía más la conciencia de estos riesgos.

“Los hombres que tienen una constitución obesa son más propensos a morir pronto que los delgados”. Esta frase, que bien podría haberla dicho cualquier nutricionista contemporáneo en su consulta, pertenece a Hipócrates, el griego que convirtió el ejercicio de la medicina en una profesión auténtica. Desde su fundación, la disciplina tiene a la obesidad en su punto de mira y aunque los consejos dietéticos hayan mejorado considerablemente desde la época clásica (Galeno, por ejemplo, solía recetar masajes y baños) la enfermedad no ha parado de crecer hasta alcanzar las cotas actuales de epidemia.

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