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Por qué nos la pegamos con el coche: los seis caballos del apocalipsis
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Por qué nos la pegamos con el coche: los seis caballos del apocalipsis

No solo el exceso de velocidad o el consumo de sustancias ilegales resultan clave en la seguridad al volante. Caemos muy a menudo en peligrosísimas trampas psicológicas

Foto: Chasis arrugados y motores agonizantes. (iStock)
Chasis arrugados y motores agonizantes. (iStock)

El último fin de semana fallecieron nueve personas en las carreteras españolas, y otras cinco han resultados heridas. La cifra de 2017 asciende, hasta la fecha, a 1.092. Una cantidad que apunta a que el año se cerrará de manera muy parecida, o incluso por encima, a 2016, cuando 1.160 viajeros murieron en nuestro país. Un 2,6% más que el año anterior, y un dato que daba la vuelta a la tendencia de reducción de la siniestralidad en accidentes que había sido constante durante los años anteriores.

El problema, en un alto grado, es de exceso de velocidad, muchas veces causado por drogas y alcohol. Como puso de manifiesto el director general de la DGT, Gregorio Serrano, el 40% de los muertos de tráfico consumió estas sustancias. Hay otros factores que explican el aumento, como el crecimiento de desplazamientos (un 5% más que el año anterior) o el envejecimiento del parque de automóviles (según la DGT, el coche español tiene una media de 13,6 años). Sin embargo, un importante porcentaje se debe tanto a los errores humanos como a nuestra irresponsabilidad a la hora de conocer nuestras limitaciones.

En España se producen casi mil accidentes al año por saltarse semáforos. Soluciones como los foto-rojos han hecho descender la siniestralidad


Con el objetivo de hacer entender a los conductores que su mente les traiciona, el experto en psicología de la seguridad Steven Casner, autor de 'Careful. An User's Guide to Our Injury-Prone Minds' ha escrito una breve guía sobre estos comportamientos. Por lo general, como ocurre en el caso de la DGT, las estadísticas recogen las condiciones en las que se han producido los accidentes, pero no detalla el comportamiento que los ha producido. El psicólogo recuerda que ahora, gracias a la popularización de artilugios como las cámaras que se colocan en el salpicadero del coche, es mucho más fácil saber qué ha fallado. Estos son los seis caballos del apocalipsis en la carretera.

Semáforos en rojo

Casner lamenta no solo que muchos conductores no se detengan por completo cuando el semáforo está rojo, sino que algunos de ellos ni siquiera parecen saber que deben hacerlo. El psicólogo detalla la siguiente escena: te acercas a un semáforo en rojo pero, como ves que no hay nadie, decides no parar por completo. Así que, en lugar de centrarte en los peatones, miras a un lado y a otro de la carretera cuando, de improviso, un caminante (en muchos casos, un niño) se cruza en tu camino. Como tu atención está centrada en en el cruce, no te da tiempo a reaccionar. En España, esta circunstancia causó 806 accidentes solo en 2011, un 4% de los cuales fueron mortales. Una buena manera de evitarlo es instalando los conocidos como “semáforos foto-rojos”, que tienen cámaras para multar a los conductores que se los salten, y que han provocado que los accidentes desciendan en Madrid un 50%.

placeholder Ahora no, ahora sí. (iStock)
Ahora no, ahora sí. (iStock)

Dormirte

Todas las campañas de prevención inciden en la necesidad de descansar correctamente antes de emprender un largo viaje o, simplemente, de coger el automóvil, y es lógico. Como recordaba un estudio del Comisariado Europeo del Automóvil llamado 'El sueño y la fatiga en la conducción', basta con dormirse dos segundos para sufrir un accidente. Según sus datos, hasta un 59,22% de los conductores han sufrido uno de estos episodios, y un 71,65% ha sentido somnolencia al volante. Un 7,13% de los participantes afirmaba descansar menos de 6 horas antes de conducir.

Hay un problema asociado a todo ello que es que, como recuerda Casner, somos muy malos jueces de nosotros mismos, por lo que infravaloramos el sueño que realmente tenemos. No solo no somos capaces de prever cuándo vamos a dar una de estas microcabezaditas, sino que es posible que nos hayamos quedado dormidos brevemente y no nos hayamos dado cuenta… Como cuando cabeceamos mientras vemos una película en casa, pero con una máquina de más de una tonelada bajo nuestro control.

Pérdida de control

Relacionada de manera estrecha con lo anteriormente citado, y que según el psicólogo, puede llegar a provocar un 11% de los accidentes. Como ocurre con la falta de sueño, los conductores tienden a sobrevalorar sus habilidades, por lo que consideran que pueden soltar el volante para coger el teléfono móvil, darse la vuelta para charlar con el pasajero que viaja en el asiento de atrás o cualquier otra maniobra distractiva sin problema. Casner recuerda que un estudio clásico publicado en 1981 en 'Acta Psychologica' mostraba que el 50% de los conductores se clasifica a sí mismos entre el 20% de los mejores conductores. Hagan cuentas.

Pegarnos al automóvil de delante para ganar tiempo adelantando apenas nos permite ganar unos 25 segundos al día a cambio de un gran riesgo


Entre los comportamientos de riesgo se encuentra, por ejemplo, tomar una curva demasiado rápido, las maniobras agresivas (como los cambios de carril repentinos) o no aminorar la velocidad cuando el piso está mojado. Cualquier sorpresa nos hace reaccionar rápidamente, y de esa forma, perder instantáneamente el control de nuestro vehículo.

Ángulos muertos

Aunque el diseño de las calles y las carreteras intenta evitar por todos los medios la mala visibilidad, no siempre es posible ver a tiempo los posibles obstáculos que se cruzan en nuestro camino. Mucho menos, cuando circulamos a una alta velocidad. Por ejemplo, es bastante habitual que un camión bloquee nuestro ángulo de visión o que un peatón, oculto detrás de un monovolumen, cruce por el paso de cebra sin que lo hayamos visto antes. La receta es fácil: hay que estar siempre precavidos.

No te pegues

Es posible que no dé pie a los accidentes más graves, pero sí a los más comunes y, al mismo tiempo, los que provocan mayores reacciones en cadena. Casner lamenta que circulemos pegados al coche de delante como una manera de ahorrar tiempo, y recuerda que, como mostró la investigación de 'Acta Psychologica' anteriormente citada, esto apenas permite ahorrar apenas 26 segundos al día. Un problema añadido: la combinación de poca distancia de seguridad y despistes por teléfonos móviles es particularmente peligrosa. Con ser menos ansiosos y separarnos un poco más es suficiente, especialmente en condiciones de niebla o lluvia.

placeholder La distancia de seguridad es esencial. (iStock)
La distancia de seguridad es esencial. (iStock)

Ve por tu carril

Una de las situaciones más frustrantes para un conductor es ver cómo el coche que va justo delante empieza a invadir su carril o a hacer “eses”, especialmente si estamos intentando adelantar. El psicólogo recuerda que a pesar de que es tremendamente fácil no salirse del carril, hasta una tercera parte de los accidentes se producen por este motivo, o directamente, por abandonar la calzada. Una vez más, el problema se encuentra en nuestra escasa capacidad para la multitarea, que hace que desviemos nuestra atención de la carretera hacia, por ejemplo, los anuncios que la rodean. Las bandas sonoras en los arcenes son una solución de compromiso, pero en última instancia, está en nuestra mano no dejarnos distraer. Hay mucho en juego.

El último fin de semana fallecieron nueve personas en las carreteras españolas, y otras cinco han resultados heridas. La cifra de 2017 asciende, hasta la fecha, a 1.092. Una cantidad que apunta a que el año se cerrará de manera muy parecida, o incluso por encima, a 2016, cuando 1.160 viajeros murieron en nuestro país. Un 2,6% más que el año anterior, y un dato que daba la vuelta a la tendencia de reducción de la siniestralidad en accidentes que había sido constante durante los años anteriores.

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