Por qué nunca debes pesarte: esta gurú del fitness lo revela
El éxito de Katie Scarlett Lolas es la prueba definitiva del factor tantas veces olvidado de que los cambios vitales más profundos se consiguen con paciencia y perseverancia
Cada vez hay más personas que dicen "necesito bajar ocho kilos" o "cómo puedo adelgazar kilos" pero, para todos esos que creen que perder peso es sinónimo de salud y belleza, deben saber que están equivocados. Está claro que se deben fijar metas para sentirse mejor, pero en muchos casos los kilos no siempre dicen la verdad sobre cómo estamos y nos pueden hacer pasar por una montaña rusa de emociones innecesarias.
La profesora de secundaria Katie Scarlett Lolas ha ganado 80.000 seguidores en Instagram gracias a sus inspiradoras instantáneas de preparación de comida saludable y consejos de entrenamiento. Después de celebrar su 32 cumpleaños, esta gurú del 'fitness' australiana ha revelado que aunque pesa más que hace dos años, se ve y se siente mejor que nunca.
"Si no te sacrificas por lo que quieres, esto se convierte en un martirio" asegura a 'Daily Mail'. Es una carrera de fondo y el camino no es nada fácil, pero esta joven ha estado entre cinco y seis días a la semana levantándose a las cinco de la mañana para hacer ejercicio. "Me ha costado sudor y lágrimas, sobre todo los dos últimos años. Pero ser perseverante ha valido la pena", confiesa.
Cambio de mentalidad
Nada más embarcarse en esta nueva aventura (la de ser 'instagramer' y aconsejar a miles de personas en la red), se dio cuenta de por qué sus viejos hábitos no podían funcionar. Lolas solía hacer de conejillo de indias para todas las dietas milagro. Funcionaban, pero solo durante un corto periodo de tiempo: “Adelgazaba seis kilos, luego engordaba nueve”. Por eso, decidió seguir un enfoque mucho menos restrictivo: "En vez de decir 'tengo que perder seis kilos y quiero hacerlo en dos semanas', comencé a proponerme pequeños objetivos”. Por ejemplo, cayó en la cuenta de que tomaba demasiado azúcar. En lugar de dejarlo de golpe, fue eliminando una tentación cada semana. De la misma forma, fue añadiendo poco a poco más proteínas (pavo, huevo) y grasas saludables (aguacate, frutos secos) a sus platos, lo que le ayudó a perder mucho más.
Sin dieta
"Han sido dos años de esfuerzo pero me siento más fuerte, más sana y con más confianza que nunca en toda mi vida. El entrenamiento no es una tarea ardua, se ha convertido en mi forma de vida. No hago regímenes, tomo decisiones saludables y mi peso ya no determina mi idea de éxito. Solo tú tienes el poder de convertir tus sueños en realidad. Sé implacable en la búsqueda de tus objetivos y recuerda que siempre hay sacrificio antes de llegar al éxito", asegura Lolas.
Deja de contar las calorías que ingieres. No es bueno aferrarse a ese tipo de cifras
Katie pesa cuatro kilos más que antes pero está mucho mejor. "Estoy orgullosa porque ya no me valoro por mi peso. El momento en que dejé de centrarme en él fue el primer paso para mi transformación y para la forma en que me veía y sentía. Si te pesas a diario y estás controlando tus kilos, te obsesionas y acabas frustrándote. Ahora tengo músculos y me siento fuerte. Estoy segura de que te puedes sentir mejor y más orgulloso de lo que haces. Céntrate en los pasos que puedes dar para estar bien contigo mismo", explica.
Muchos seguidores le llaman "la gurú del desayuno" porque es una fanática de la alimentación. Prepara cinco comidas diarias para toda la semana, desayunos y refrigerios porque asegura que es crucial para obtener una rutina: avena, yogur griego y deliciosos almuerzos llenos de proteínas que publica en las redes. Los guarda el domingo en la nevera y así se conservan perfectamente para consumirlos durante el resto de la semana.
Si te pesas a diario y estás controlando tus kilos, te obsesionas y acabas frustrándote
Curiosamente, aunque gran parte de esta preparación de comidas se reduce a su salud y bienestar en general, también lo usa como un sistema para controlar su síndrome de colon irritable. "Durante años sufrí hinchazón severa, calambres y gases. Mis amigos me llaman cariñosamente 'tirapedos'. Me hice pruebas de la alergia, probé con un neurópata pero ni las dietas 'detox' podían ayudarme. Al final consulté con un nutricionista y descubrí mis problemas estomacales; algunos azúcares y carbohidratos irritaban mi intestino, así que empezamos un proceso de eliminación", explica.
"Además, también me recomendaron beber agua, aumentar la fibra y alimentos que fomentaran las bacterias buenas en el intestino, como la polenta (harina de maíz hervido). Mucha gente me pregunta si cuento las calorías, pero no, no lo hago. No creo que sea bueno aferrarse a cifras de ese tipo".
Entrenamiento
Según esta gurú, las personas deberían comenzar cada mañana con 30 minutos de cardio en ayunas: "Puedes caminar si no quieres correr. Si no puedes salir de casa, haz algo como saltar o bicicleta estática. Practicar ejercicio con el estómago vacío y después desayunar provoca que el metabolismo se active y ajuste tu ritmo cardíaco mientras se acelera la distribución de la sangre por todo el cuerpo. Además, es genial para la energía y si tienes hijos, también es bueno para ellos".
Utiliza además pesos ligeros. Estas sesiones deben repetirse entre 10 y 15 veces cada una (tres días a la semana) y deben incluir ejercicios de fuerza y estiramiento. "No necesitamos aumentar la masa con mucho peso. Haz estos circuitos durante 40 minutos tres veces por semana para aumentar tu masa muscular. No es necesario más. Son muy importantes porque a medida que envejecemos tendemos a perder el tono muscular y si no los construimos bien acabaremos perdiendo la fuerza y la movilidad, y también la calidad de vida", concluye.
Cada vez hay más personas que dicen "necesito bajar ocho kilos" o "cómo puedo adelgazar kilos" pero, para todos esos que creen que perder peso es sinónimo de salud y belleza, deben saber que están equivocados. Está claro que se deben fijar metas para sentirse mejor, pero en muchos casos los kilos no siempre dicen la verdad sobre cómo estamos y nos pueden hacer pasar por una montaña rusa de emociones innecesarias.