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Así son los espías españoles del siglo XXI: "No son Mortadelo y Filemón"
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Así son los espías españoles del siglo XXI: "No son Mortadelo y Filemón"

El periodista Fernando Rueda publica la segunda parte de su exitoso 'La Casa', en la que disecciona la realidad de los servicios secretos españoles, desde Cataluña al Comisario Villarejo

Foto: El periodista Fernando Rueda, autor de 'La Casa II' (Pablo Viñas)
El periodista Fernando Rueda, autor de 'La Casa II' (Pablo Viñas)

Fernando Rueda sabe de muchas cosas, pero, sobre todo, sabe de espías. Para ser más precisos, de espías españoles: los del Centro Nacional de Inteligencia. Hace 25 años este periodista y profesor universitario escribió un libro canónico sobre el tema, 'La Casa', que fue un éxito de ventas. Ahora repite la jugada con la segunda parte, 'La Casa 2' (Roca, 2017), para actualizar la información y porque en el trénsito los servicios secretos españoles han cambiado casi tanto o más que la propia sociedad española. Tocaba una actualización y ya está en las librerías. El autor no elude ninguna cuestión, incluida la situación de Cataluña o la reciente entrada en prisión del excomisario Villarejo. Todo pasa por "la casa" y casi nada se entiende del todo sin su participación.

PREGUNTA. ¿Había necesidad de volver a contar la historia de los espías españoles 25 años después?

RESPUESTA. Sí. Hace 25 años saqué el primer libro, 'La Casa'. Fue un libro muy vendido, un gran éxito. Pero ese libro reflejaba la realidad del antiguo CESID, y a partir de 2002, cuando surge el CNI, me di cuenta de que no era un mero cambio cosmético de nombre, sino que se convirtió en un servicio secreto muy distinto.

P. ¿Por qué es tan distinto?

R. Por muchos factores. El CESID era basicamente un organismo militar, mientras que el CNI es fundamentalmente civil. Ahora las mujeres son un tercio de todo el personal cuando antes eran casi todo hombres por su propia condición militar. De hecho, ahora hay una mayoría de civiles, lo son casi un 60%. También ha variado la dimensión. Ahora son cerca de 4.000 agentes. Antes, en la época de Manglano eran algo más de 2.000. Y por supuesto existen grandes diferencias en cuanto a los medios técnicos, que antes eran muy limitados y ahora están a la altura o muy cerca de Francia, Alemania, etc...Esto es mucho más sofisticado de lo que había antes.

Protegen y fabrican íntegramente los teléfonos del Rey o del presidente del Gobierno. Les diseñan sus propias claves

P. ¿Está en un buen momento la imagen del espionaje en España? A veces parece que con el fin de ETA no encuentran mucho su sitio o a lo que dedicar los esfuerzos.

R. Ellos siempre prefieren que la gente piense que son como Mortadelo y Filemón, que son unos chapuceros, y así pasar más desapercibidos. Se acabó ETA, entre otras cosas porque los sistemas técnicos y el espionaje masivo del CNI fue básico, pero luego ha surgido el terrorismo yihadista o el ciberespionaje a nivel mundial. Eso no se ve, pero que el CNI ha sabido desarrollar mucho. Desde el Centro Criptológico Nacional, que es muy importante, pero hacen muchas más cosas.

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'La Casa II'

P. ¿Como cuáles?

R. También protegen y fabrican íntegramente los teléfonos del Rey o el presidente del Gobierno. Les diseñan sus propias claves. Tienen una división técnica súper potente. Ellos si hubieran podido habrían espiado a Angela Merkel, para lo cuál sí que tienen los medios.

Fracaso en Cataluña

P. En Cataluña parece que han fallado estrepitosamente, al menos en el tema de las urnas ocultas.

R. El tema de Cataluña no ha sido lo más brillante, eso es verdad. Aunque ha habido una parte en la que sí han actuado bien.

P. ¿Cuál?

R. Tenían que informar de las maniobras y los pasos que daba el núcleo independentista y en ese sentido sí facilitaron información. Quién era quién en el proceso. Seguimiento de lo que podía pasar en Mossos. Una operación de puro espionaje en la que si han tenido éxitos. Cataluña es una división del servicio secreto, como puede serlo inmigración, que se creó a partir del tema yihadista, pero luego sirve para muchas otras cosas.

P. Pero lo de las urnas...

R. Su principal fracaso fue no ser capaz de detectar las urnas. Pero hay que matizar, porque eso también es competencia de Policía y Guardia Civil. Pero más grave que todo eso es que fracasaron como agentes de influencia. Hace años les encargaron la misión de que se escuchara a la gente callada que piensa que Cataluña es parte de España. Y en eso sí que fracasaron completamente porque no han hablado hasta hace pocos días, como Serrat y todos estos. No hubo una opinión publica que hablase de las ventajas de quedarse en España y era uno de sus objetivos.

Villarejo comete el error de enfrentarse con los líderes del CNI y de contar cosas sobre ellos y acusarlos de ilegalidades

P. Ahora su principal objetivo es el terorismo internacional, ¿no es así?

R. Cada vez que hacen cualquier operación de compra o de aumento de personal siempre lo achacan al tema yihadista, pero lo que se ha llevado más dinero es el tema de dotarse de medios técnicos de interceptar teléfonos u ordenadores. Eso sirve para cualquier cosa. Tener la capacidad de poner un troyano en un teléfono concreto, o poner en escucha todo un edificio. Ese tipo de cosas.

P. ¿Que participación ha tenido el CNI en la caída de Villarejo? ¿Le tenían "ganas"?

R. El CNI y la policía se llevan a matar desde su creación. La causa es por un tema de competencias, ambos piensan que el otro se mete en su terreno. Desde los ochenta empiezan los enfrentamientos de Villarejo con los servicios secretos. Sucede porque compiten en las mismas historias. Villarejo siente que el CNI de Félix Sanz le está tendiendo una trampa y poniendo en peligro a sus familiares. Cree que las investigaciones que le afectan son promovidas por el CNI y cree que son una venganza. Entonces comete el error de enfrentarse con los líderes del CNI y de contar cosas sobre ellos y acusarlos de ilegalidades. El espionaje va a su bola, pero de algún modo han propiciado su caída. Antes estaba blindado porque algunos políticos lo sostenían. Ha estado protegido por Interior, incluidos los ministros porque le encargaban asuntos de las alcantarillas a cambio de mirar para otro lado en sus asuntos sucios. Pero al enfrentarse directamente con Soraya Saenz de Santamaría y otros enemigos fuertes ha perdido su impunidad.

Fuerza defensiva del Rey

P. ¿Y la relación con la Casa Real?

R. El Rey es una de las personas que reciben trato e información privilegiada del CNI. Hasta el punto de que yo narro que Juan Carlos I en 2004 le pide al CNI que reciba a Corinna para ayudarla a hacer unos negocios que tiene, aunque ellos lo han desmentido, ella va con un abogado y la reciben. Se dan cuenta de que no es trigo limpio y le dicen al Rey que no se fíe. Le protegen, le cuidan, también del caso Urdangarín. Son como su fuerza defensiva.

P. ¿Cómo son los espías del siglo XXI?

R. El perfil del espía ha cambiado bastante en estos últimos años. Desde el año 2002 la gente que entra son civiles, captadores de fuentes o perfiles muy técnicos que son nuevos, como matemáticos, informáticos, ingenieros. Muchos de ellos los buscan, pero también hay centenares de currículos que les envían a través de su página web. Luego también hay muchos colaboradores, pero esos cobran en negro. Por ejemplo alguien que tiene un piso muy cercano a una embajada y cede una habbitación, o un feligrés de una mezquita muy conflictiva. No cobran cantidades muy altas habitualmente y ellos tienen que firmar un recibo, pero a ellos no les dan una copia.

Fernando Rueda sabe de muchas cosas, pero, sobre todo, sabe de espías. Para ser más precisos, de espías españoles: los del Centro Nacional de Inteligencia. Hace 25 años este periodista y profesor universitario escribió un libro canónico sobre el tema, 'La Casa', que fue un éxito de ventas. Ahora repite la jugada con la segunda parte, 'La Casa 2' (Roca, 2017), para actualizar la información y porque en el trénsito los servicios secretos españoles han cambiado casi tanto o más que la propia sociedad española. Tocaba una actualización y ya está en las librerías. El autor no elude ninguna cuestión, incluida la situación de Cataluña o la reciente entrada en prisión del excomisario Villarejo. Todo pasa por "la casa" y casi nada se entiende del todo sin su participación.

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