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Una aspirina diaria reduce el riesgo de varios tipos de cáncer
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LOS BENEFICIOS DEL CONSUMO A LARGO PLAZO

Una aspirina diaria reduce el riesgo de varios tipos de cáncer

El mayor estudio realizado hasta la fecha sobre el asunto desvela que este medicamento, tomado en pequeñas dosis y con frecuencia, puede tener un efecto muy beneficioso

Foto: ¿Tan fácil? (iStock)
¿Tan fácil? (iStock)

Para la mayoría de personas, la aspirina es un analgésico al que se recurre de forma cotidiana para aliviar dolores como el de cabeza o bajar la fiebre. No obstante, como bien saben muchos de los mayores de los 50 años, se utiliza cada vez más como una manera de prevención; principalmente, de enfermedades cardíacas o ictus, a medida que cada vez existen más pruebas de la utilidad de este inflamatorio a tal respecto. Algo que también parece ser que ocurre con algunos tipos de cáncer.

La última evidencia a tal respecto ha sido presentada en Barcelona en el marco de la 25 Semana de la Unión Europea de Gastroenterología (UEG). Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Hong Kong pone de manifiesto que el uso a largo plazo de este medicamento puede reducir hasta en un 47% la incidencia de cánceres relacionados con el sistema digestivo, como el cáncer de hígado o el de esófago, pero también otros como el de estómago (un 38%), el del páncreas (34%) o el colorrectal (un 34%).

Los cánceres del sistema digestivo representan una cuarta parte de todos los que se sufren en Europa, y la aspirina puede ser un buen protector


Los investigadores revisaron los datos de más de 618.884 ciudadanos de Hong Kong recogidos a lo largo de 10 años, lo que le convierte en el estudio más amplio hasta la fecha a tal respecto. Aquellos que habían consumido una cantidad diaria pero baja de aspirina tenían menos probabilidades de desarrollar los cánceres anteriormente citados. “Nuestros hallazgos muestran que el empleo de aspirina a largo plazo puede reducir el riesgo de desarrollar algunos de los cánceres más peligrosos”, ha señalado el principal autor, el profesor de la Universidad China de Hong Kong Kelvin Tsoi.

Foto: Uno de los medicamentos más conocidos del mundo.
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Algo muy relevante ya que, como recuerdan los científicos, los cánceres del sistema digestivo representan una cuarta parte de todos los que se sufren en Europa. Según los datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), el tumor más frecuente en nuestro país es el colorrectal, con 41.441 casos en 2015. Además, es uno de los que tiene una mayor mortalidad, con 15.449 defunciones durante dicho año; el de páncreas ocasionó 6.278 muertes; el de estómago, 5.522 y el de hígado, 4.536.

Una apuesta a largo plazo

No es la primera investigación que ha identificado un rol beneficioso de la aspirina a la hora de prevenir distintos tipos de cáncer. Como recordaba un estudio publicado en 'Best Practice & Research: Clinical Gastronterology' y dirigido por Xabier García-Albéniz, investigador de la Escuela de Salud Pública Chan de Harvard, el uso diario de aspirina estaba relacionado con un riesgo un 21% menor de sufrir cualquier clase de cáncer, un porcentaje que aumentaba hasta el 35% en el caso del cáncer colorrectal. Estos resultados empezaban a manifestarse después de cinco años.

Aunque también se reducía la probabilidad en otros tipos de cáncer, en el de pulmón, mama, vejiga o riñón no se apreciaba ninguna diferencia


Según los resultados presentados por la investigación, los efectos beneficiosos también podían comprobarse en otros cánceres no relacionados con el sistema digestivo, como el de próstata, pulmón o leucemia. Pero esto no era extrapolable a otros como el de pecho, vejiga, riñón o el mieloma múltiple, que no reflejaban ninguna diferencia. Los autores recuerdan que una investigación publicada el mes pasado mostraba que las personas que dejaban de tomar aspirina tenían un 37% más de posibilidades de sufrir un accidente cardiovascular que los que habían continuado acatando el tratamiento.

Estos hallazgos han terminado reflejándose en las guías médicas. Según la clasificación de los servicios de prevención de EEUU (USPSTF), las dosis bajas de aspirina pueden ser utilizadas para la prevención primaria de las enfermedades cardiovasculares y el cáncer colorrectal entre los adultos de una edad comprendida entre los 50 y los 59 años. Como añade el Instituto Nacional del Cáncer, hay suficiente evidencia en lo que respecta al cáncer colorrectal, pero no en el resto de cánceres.

placeholder El cáncer colorrectal es uno de los más dañinos y frecuentes. (iStock)
El cáncer colorrectal es uno de los más dañinos y frecuentes. (iStock)

Algunas investigaciones, no obstante, han matizado que quizá las aspirinas sean más beneficiosas para los hombres que para las mujeres. Como recordaba un estudio publicado en 'Cancer Causes Control', el consumo de aspirina sí beneficiaba a ambos sexos en lo que respectaba al cáncer colorrectal, pero, en el caso del cáncer en general, podía llegar a ser perjudicial. De aquí que la investigación desaconsejase la utilización de la aspirina como una herramienta para prevenir el cáncer entre mujeres.

¿Por qué?

Aunque la correlación ha quedado meridianamente clara, lo que no resulta tan evidente es por qué la aspirina sirve para prevenir determinados tipos de tumores malignos. El Instituto Nacional del Cáncer recuerda que algunas investigaciones han identificado quién tiene más probabilidades de salir beneficiado por el consumo de aspirina a través del examen de los mecanismos moleculares que marcan la diferencia. En concreto, la inhibición de las enzimas COX-1 y COX-2 causada por las aspirinas, que puede explicar este efecto protector.

Esta función preventiva de la aspirina puede deberse a la acción de la ciclooxigenasa, que es inhibida por la aspirina


Como suelen coincidir muchos expertos, la ciclooxigenasa es clave en las respuestas inflamatorias del cuerpo. Es posible, por lo tanto, que una inflamación persistente pueda provocar que las células sean alteradas y adopten comportamientos “malignos”. Algo evidente en los cánceres colorrectales, donde la inflamación prolongada provoca que las células que se acumulan en el tracto gastrointestinal se alteren creando tumores que pueden terminar siendo malignos. De esa manera, la aspirina, al inhibir la producción de dichas encimas, reduciría las posibilidades de inflamación.

Es una tesis en la que han ahondado los investigadores de Harvard y del Instituto del Cáncer Dana-Farber. Como señalaba uno de sus estudios, publicado en 'The New England Journal of Medicine', la aspirina tan solo prevenía los cánceres colorrectales en los que se producían grandes cantidades de COX-2. En otros casos, el efecto era tan solo patente en aquellos que mostraban una sobreexpresión del gen 15-PDGH, que precisamente interrumpe la actividad de un COX-2. Aunque aún hacen falta más investigaciones para demostrar dicha relación, es una hipótesis bastante plausible.

Para la mayoría de personas, la aspirina es un analgésico al que se recurre de forma cotidiana para aliviar dolores como el de cabeza o bajar la fiebre. No obstante, como bien saben muchos de los mayores de los 50 años, se utiliza cada vez más como una manera de prevención; principalmente, de enfermedades cardíacas o ictus, a medida que cada vez existen más pruebas de la utilidad de este inflamatorio a tal respecto. Algo que también parece ser que ocurre con algunos tipos de cáncer.

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