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El gran crimen del siglo XX: multimillonarios celosos y la primera supermodelo
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LA TRAGEDIA DE EVELYN NESBIT

El gran crimen del siglo XX: multimillonarios celosos y la primera supermodelo

Se le consideró el asesinato más importante del siglo en 1906, y 95 años después, ningún otro pudo desbancarle. ¿Qué ocurrió entre estas tres estrellas de la élite neoyorquina?

Foto: Evelyn Nesbit, fotografiada por Gertrude Kasebier en 1900 a petición de Stanford White. (Cordon Press)
Evelyn Nesbit, fotografiada por Gertrude Kasebier en 1900 a petición de Stanford White. (Cordon Press)

Sonaba 'I Could Love a Million Girls', una de las últimas canciones de la noche. La azotea del Madison Square Garden estaba abarrotada para ver la flamante 'Mam'zelle Champagne', de Edgar Allan Woolf. Fue en ese momento cuando el multimillonario Harry Thaw, heredero de una familia de empresarios del ferrocarril, sacó un revólver del largo abrigo que no pegaba nada con el calor de aquel 25 de junio de 1906, apuntó a la cabeza del magnate Stanford White y disparó tres veces. No hacía falta: la primera detonación, que atravesó el ojo izquierdo del arquitecto y reventó su cráneo, ya había acabado con su vida.

Los posteriores relatos sobre la muerte de White, la infinidad de noticias amarillistas a las que dio lugar y sobre todo el juicio, un hito en la historia de EEUU, hizo que fuese considerado como “el crimen del siglo”. Un título que, a pesar de que aún faltaban 95 años para que este terminase, nunca le fue arrebatado. La historia, al fin y al cabo, lo tenía todo. En especial, un perturbador triángulo amoroso en el que el vector que unía a Thaw y White era Evelyn Nesbit, considerada como una de las primeras supermodelos y 'pin ups' de la historia.

La actriz siempre mantuvo que bebió mucho y que su último recuerdo era haberse vestido con una bata amarilla. Cuando se despertó, ya no era virgen

Se trata de uno de los crímenes pasionales más famosos de la historia, así como uno de los juicios más sonados del principio de siglo. La expectación que levantó saber qué había pasado exactamente entre Nesbit, Thaw y White y cuál sería el destino de los supervivientes provocó que, por primera vez en la historia americana, el jurado fuese aislado de la opinión pública. La historia ha sido también terreno abonado para la cultura popular. Este episodio de la vida de Nesbit fue llevado a la pantalla por Richard Fleischer en 1955 con Joan Collins en su piel en 'La muchacha del trapecio rojo', cuando la otrora actriz muda vivía una vida de retirada como profesora de cerámica. Cobró 10.000 dólares de la época, pero no quedó contenta con el resultado.

Entre dos hombres

¿Quién era Evelyn Nesbit? Cuando Stanford White entró en su vida, una adolescente de 18 años (o, quizá menos, como han señalado algunas fuentes) que trabaja de corista en Broadway. White tenía 47 años y le precedía una importante fama de mujeriego. La fórmula perfecta para que el arquitecto se desviviera por conquistar tanto a la joven como a su madre, que movía los hilos de su carrera, puesto que era la manera que había encontrado para saldar las deudas que le había dejado su difunto marido.

placeholder Retrato de Stanford White.
Retrato de Stanford White.

El nombre de 'La muchacha del trapecio rojo' proviene, precisamente, de uno de los primeros encuentros con su pretendiente, que había instalado uno en su piso de la calle 24 Oeste. En aquella ocasión, White se limitó a balancearla en un juego inocente. Pero pronto su interés iría mucho más allá, a pesar de estar casado y tener hijos, con la aquiescencia de la madre de la emergente estrella. Una noche que la señora Nesbit estaba en Pittsburgh, White invitó a la joven a su apartamento, y la condujo a la Habitación de Espejos, que ríete tú de '50 sombras de Grey'. Como su nombre indica, las paredes y techo de dicha estancia estaban compuestos por espejos que lo cubrían todo.

La actriz siempre mantuvo la misma versión: a lo largo de la noche bebió mucho champán y su último recuerdo es haberse vestido con una bata amarilla. Cuando se despertó, ya no era virgen. Durante los siguientes años, Nesbit comenzaría a alternar con otros hombres, entre los que se encontraba John Barrymore, de los Barrymore de toda la vida. Muchos de ellos acudían a ver decenas de veces a ver 'La flor salvaje', la obra que en ese momento tenía en cartel. Uno de ellos era Harry Kendall Thaw, a quien también le precedía su fama de juerguista, con un componente adicional: una rampante inestabilidad mental. Después de pasar por el quirófano –hay quien dice que para abortar de Barrymore–, Thaw invitó a la actriz a un viaje por Europa, donde le pidió matrimonio en París. Esa noche marcaría la vida de todos, ya que fue cuando Nesbit confesó a su pretendiente lo que había ocurrido en la Habitación de Espejos.

El rico heredero encerró a la joven en una habitación del castillo tirolés de Katzenstein, donde la golpeó y la violó durante dos semanas

El cóctel entre los problemas mentales de Thaw y su obsesión por la castidad no era el más apropiado para la seguridad de ambos. ¿Un ejemplo? El millonario dejó en el libro de visitantes de Domrémy, lugar de nacimiento de Juana de Arco, un mensaje que rezaba “no habría sido virgen si hubiese conocido a Stanford White”. La situación solo fue a peor hasta que, finalmente, encerró a la joven en una habitación del castillo tirolés de Katzenstein, donde la golpeó y la violó durante dos semanas. A pesar de ello, Evelyn terminaría decidiendo casarse con él, puesto que se mostró arrepentido por lo ocurrido y le prometió que viviría como un “monje benedictino”.

La boda se celebró el 4 de abril de 1905, pero el trágico destino de su relación ya estaba escrito. Aunque la situación parecía mejorar, en la cabeza de Thaw aún resonaba la historia que le había confesado su esposa. Así, algo más de un año después, se prepararía para acabar con la vida del hombre que había violado a su esposa en el edificio que él mismo había ayudado a crear, al grito de “¡Tú arruinaste mi vida!” o “¡tu arruinaste a mi esposa!”, según la fuente (“wife” y “life” suenan muy semejantes). Fue tan solo el principio de uno de los juicios más suculentos del siglo.

La vivisección del alma de un mujeriego

A la mañana siguiente, todos los periódicos ya hablaban del sangriento crimen, que durante unos breves instantes los espectadores de la alta sociedad neoyorquina pensaron que se trataba de otra broma más a las que estaban acostumbrados. La prensa amarilla, moralista como ella sola, se puso de lado del pobre y caballeroso Harry Thaw, que se había casado con la actriz aun a pesar de su vida disoluta, y culpó a esta de haberse vendido primero a un hombre y después a otro. La expectación fue tan grande que apenas una semana después el estudio de Thomas Alba Edison ya preparaba una película sobre el caso.

placeholder Thaw y Nesbit. (Cordon Press)
Thaw y Nesbit. (Cordon Press)

Según los testimonios de la época, la familia de Thaw ofreció una gran cantidad de dinero a la actriz para cooperar en la defensa de su marido, un montante que pudo acercarse al millón de dólares. Tuvieron lugar dos juicios, en los que Nesbit se vio obligada a contar con pelos y señales sus relaciones con ambos hombres, incluidos los escabrosos detalles que rodearon su pérdida de virginidad, y que tan solo conocían White y Thaw. Durante todo el proceso, la madre de Nesbit estuvo ausente: se había alineado con los White, puesto que los Thaw consideraban que había prostituido a su hija con el arquitecto.

El jurado fue incapaz de llegar a un acuerdo, por lo que el juicio se tuvo que repetir; en el segundo, el acusado alegó locura transitoria, lo que le llevó condenado de por vida al Hospital del Estado de Matteawan. Nesbit dio luz a un hijo con su marido el 25 de octubre de 1910 en Alemania. A pesar de las reservas, siempre mantuvo que el padre era Thaw, pero este rechazó su paternidad. Se divorciaron en 1915. Durante los años 10, Nesbit se convirtió en una estrella del cine mudo y (circunstancias de la vida) terminó erigiéndose décadas más tarde en una de las mejores piloto de las fuerzas aéreas británicas durante la Segunda Guerra Mundial.

Foto: Plano de Madrid tal y como era en 1930.

Tan solo reapareció en público para lamentar que la película de Fleischer sugiriese que en realidad fue ella quien sedujo a White, lo que le empujó a llevarla a la Habitación de los Espejos. Según algunas interpretaciones, como la de la bisnieta del arquitecto Suzannah Lessard en la biografía 'The Architect of Desire', la acusación de Nesbit tenía como objetivo proteger su reputación una vez hubo perdido la virginidad con White. En una de sus últimas apariciones (publicó dos libros de memorias), en 1967, describió al malogrado millonario como “uno de los hombres más maravillosos que jamás he conocido”.

Sonaba 'I Could Love a Million Girls', una de las últimas canciones de la noche. La azotea del Madison Square Garden estaba abarrotada para ver la flamante 'Mam'zelle Champagne', de Edgar Allan Woolf. Fue en ese momento cuando el multimillonario Harry Thaw, heredero de una familia de empresarios del ferrocarril, sacó un revólver del largo abrigo que no pegaba nada con el calor de aquel 25 de junio de 1906, apuntó a la cabeza del magnate Stanford White y disparó tres veces. No hacía falta: la primera detonación, que atravesó el ojo izquierdo del arquitecto y reventó su cráneo, ya había acabado con su vida.

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