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El método que funciona para que tus hijos coman más verdura
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El método que funciona para que tus hijos coman más verdura

Si los pequeños de la casa te la lían siempre que les pones platos sanos, tienes que saber lo que han descubierto unos investigadores australianos

Foto: Sus padres aún no conocen el truco. (iStock)
Sus padres aún no conocen el truco. (iStock)

Cada vez que hay verdura en la mesa tienes drama en casa. Los niños dan mil vueltas hasta que terminan el plato, si es que lo hacen. Has probado de todo: el avión, el castigo, la amenaza, la promesa... Hay días que te sale bien la jugada, pero normalmente acabas dándote por vencido. Pero esto va a acabar: la ciencia ha descubierto un método eficaz para que los pequeños coman vegetales sin rechistar.

El método no puede ser más sencillo: el quid de la cuestión radica en la forma en la que se les sirve la comida. Así lo aseguran investigadores del Centro de Ciencias Sensoriales Avanzadas de la Universidad de Deakin (Australia), que han realizado un experimento con un grupo de 72 niños de entre 6 y 12 años).

El quid de la cuestión radica en la forma en la que se les pone la comida. Si les sirves los vegetales enteros los comerán; si están cortados, no

A cada niño se le dio una caja de 500 gramos de zanahorias peladas un día, y la misma cantidad pero cortadas en cuadraditos al día siguiente. En ambas jornadas, los menores tenían diez minutos para comer lo que quisieran. ¿Qué día ingirieron más vegetales? Sorpresa: cuando se les presentó la hortaliza servida entera. En promedio, comieron un 8-10% más de la verdura entera, en peso, que cuando se les dieron zanahorias en cubitos.

El estudio respalda la teoría que asegura que cuanto más tienes en tu plato, más quieres comer. En este caso, los niños consumieron una zanahoria cuando se les presentó entera, lo que sugiere que una vez que comenzaron a comerla, lo más probable es que la terminasen, aseguran los investigadores.

Pruébalo con tus niños y nos cuentas. Recuerda que las verduras y hortalizas son unas de las comidas más importantes, y tanto ellos como tú debéis comerlas a diario, pues es recomendable tomar al menos 400 gramos por jornada.

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Las verduras son ricas en fibra y aportan vitaminas, agua y minerales específicos a nuestro organismo. Contienen antioxidantes que nos protegen de enfermedades cardiovasculares y relacionadas con la degeneración del sistema nervioso y carecen de grasas, lo que se traduce en menos colesterol y triglicéridos en sangre. Su alto contenido en potasio ayuda a eliminar el exceso de líquidos. Hay mucha variedad, así que no tienen por qué aburrirse. Y ya sabes: sírvela entera.

Además, recuerda que este hallazgo australiano también puede emplearse en nuestro favor de la forma contraria. Cuando queramos que nuestros hijos no coman mucha cantidad de alimentos poco saludables, solo tenemos que cortarlo en trozos pequeños. Por ejemplo, servirles chocolate pero partido en muchos trocitos, o darles golosinas de tamaño mínimo. De esta forma no tendremos que pelearnos con ellos para que no consuman demasiados dulces.

Otra forma de conseguirlo

Si has probado a darles los vegetales enteros pero no hay manera de que prueben bocado, puedes probar a insistir mucho. Ponerte muy pesado y así conseguirás que se acaben el plato. Al menos, eso es lo que asegura un estudio realizado por la Universidad de Loughborough en Reino Unido publicado en 'Nutrition Reports'.

Si has probado de todo pero no hay manera, puedes probar a insistir mucho. Ponte muy pesado y así conseguirás que se acaben el plato

La autora principal del experimento, la doctora Emma Haycraft, asegura que "es posible que puedas sentir que ellos odian la verdura y que jamás la comerán, pero los gustos siempre cambian. El estímulo suave para tratar la aversión a un alimento determinado es importante para ayudarlos a aprender a disfrutar de nuevos sabores".

Para llegar a tales conclusiones, los investigadores revisaron estudios anteriores que analizaban los diferentes métodos que alentan a los niños a comer más frutas y verduras. Siete de ellos examinaron la efectividad de la insistencia repetida a los más pequeños sobre la ingesta de comer "verde".

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"No os rindáis. Ser perseverante es importante, pero no presionéis. No comí aceitunas hasta que no tuve 27 años. Puede parecer que nunca van a querer comerlos, pero las personas y los gustos cambian. Convencerlos poco a poco es importante para ayudarlos a que aprender a disfrutar de nuevos sabores. Los niños pequeños pueden ser más susceptibles a cambiar sus hábitos de comportamiento antes de que se hayan vuelto muy arraigados", apunta Haycraft a modo de apoyo.

¡Suerte! Como se suele decir, Roma no se hizo en un día.

Cada vez que hay verdura en la mesa tienes drama en casa. Los niños dan mil vueltas hasta que terminan el plato, si es que lo hacen. Has probado de todo: el avión, el castigo, la amenaza, la promesa... Hay días que te sale bien la jugada, pero normalmente acabas dándote por vencido. Pero esto va a acabar: la ciencia ha descubierto un método eficaz para que los pequeños coman vegetales sin rechistar.

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