Es noticia
Tu estropajo está más sucio de lo que piensas (y lo estás lavando mal)
  1. Alma, Corazón, Vida
CUANDO NO ES POSIBLE DESINFECTAR

Tu estropajo está más sucio de lo que piensas (y lo estás lavando mal)

Una nueva investigación pone de manifiesto no solo que la fauna que habita en esos utensilios es mayor de lo que pensábamos, sino también que no sabemos limpiarlos

Foto: Lo estás haciendo mal. (iStock)
Lo estás haciendo mal. (iStock)

¿Cuándo fue la última vez que tiró el estropajo a la basura y sacó uno nuevo del armario? Si la respuesta es superior a un mes, quizá sea un buen momento para levantarse y hacer lo propio o apuntarlo como deberes para casa, porque en dicho caso es muy probable que esté impregnado de miles de millones de bacterias. Vamos, que ese artilugio no especialmente sofisticado con el que limpiamos los platos usados puede estar tan sucio o más que estos nada más terminar de comer, y lo único que conseguimos utilizándolo es extender aún más la mugre.

Es lo que sugiere una investigación publicada en 'Scientific Reports' en la cual se ha analizado 28 muestras de la microbiota de la friolera de 14 estropajos distintos. No solo descubrieron que estos estaban tremendamente sucios –algo obvio–, sino, sobre todo, que los métodos habitualmente utilizados para sanearlos son contraproducentes. Ya no se trata simplemente de que ponerlos bajo el chorro de agua no sirva para nada, sino que otras estrategias caseras como meterlos al microondas o hervirlos reducen la carga bacteriana más débil, pero no los esteriliza completamente, por lo que pronto vuelven más fuertes aún, como el T-1000 en 'Terminator 2'.

¿Qué podemos hacer?

“Nuestro estudio desmuestra que las esponjas de cocina albergan una diversidad bacteriana superior a lo anteriormente pensado, y que los patógenos humanos obligados pueden representar una parte muy pequeña de ese microbioma”, señala la investigación, realizada por investigadores de la Universidad de Furtwangen (Alemania). Abundaban en una cantidad muy superior a lo esperado las bacterias de nivel de riesgo 2, que según la clasificación están asociadas con enfermedades humanas, pero que raramente resultan graves.

Según la investigación, con cambiarlo una vez por semana debería ser más que suficiente

Entre ellas se encuentran, ante todo, la 'chryseobacterium hominis', la 'acinetobacter johnsonii' y la 'moraxella osloensis', muy comunes en aquellos estropajos que eran lavados a menudo. Esta última, en concreto, es la que probablemente produce el mal olor que despiden estas herramientas, y que se acentúa si las lavamos de forma incorrecta. Las bacterias resistentes se reproducen más rápido y son aún más resistentes si se les pasa por agua. De ahí que encontrasen más bacterias peligrosas en los estropajos que habían sido lavados que en los que simplemente habían acumulado suciedad día tras día.

Nos vemos en un callejón sin salida. Si los estropajos se ensucian a velocidad de vértigo, e intentar sanearlos, incluso a través de métodos tan sofisticados como meterlos en agua hirviendo, no sirve para nada, ¿qué nos queda? Tan sencillo como reemplazarlos a menudo, mucho más a menudo de lo que lo solemos hacer. Según la investigación –que, por lo que sabemos, no ha sido financiada por Spontex o ninguna otra empresa de productos de limpieza–, a un ritmo de una por semana si de verdad queremos estar a salvo de esas peligrosas bacterias. Una frecuencia que consideran “razonable”.

Foto: En España abusamos de la ducha. (Corbis)

Los autores señalan que esta investigación es “la primera caracterización y visualización comprehensiva del microbioma bacterial de la esponja de cocina”. Es decir, son unos pioneros. Este estudio nos ayuda a recordar que no hay nada más sucio que las herramientas que nos ayudan a eliminar la suciedad, incluso más que los retretes en sí, y que en muchos casos resultan aún más peligrosos por nuestro desconocimiento o inacción a la hora de desinfectarlos. Es uno de esos casos en los que, por mucho que nos pueda la venta anticonsumista, sí merece la pena gastar un poco de dinero y sustituir los objetos usados por otros nuevos. Quizá no pasará nada grave si no lo hacemos, pero podremos ahorrarnos un pequeño dolor de estómago o una diarrea ocasional.

¿Cuándo fue la última vez que tiró el estropajo a la basura y sacó uno nuevo del armario? Si la respuesta es superior a un mes, quizá sea un buen momento para levantarse y hacer lo propio o apuntarlo como deberes para casa, porque en dicho caso es muy probable que esté impregnado de miles de millones de bacterias. Vamos, que ese artilugio no especialmente sofisticado con el que limpiamos los platos usados puede estar tan sucio o más que estos nada más terminar de comer, y lo único que conseguimos utilizándolo es extender aún más la mugre.

El redactor recomienda