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48 horas en el infierno: la gesta del héroe anónimo de Vietnam
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"los peores dos días de mi vida"

48 horas en el infierno: la gesta del héroe anónimo de Vietnam

En el fragor de la batalla, el joven médico James C. McCloughan salvó la vida a 10 miembros de su compañía. Ahora ha sido reconocido con la máxima condecoración militar

Foto: McCloughan saluda a su familia y amigos durante la ceremonia. (Reuters)
McCloughan saluda a su familia y amigos durante la ceremonia. (Reuters)

Tan pronto como empezó el asalto cerca de la ciudad de Tam Ky, se dieron cuenta de que aquello había sido un error. Los vietnamitas del norte les tenían rodeados. No había escapatoria. Empezaron a caer como moscas y la moral estaba por los suelos. Sin embargo, en el fragor del tiroteo, un joven médico del ejército estadounidense corría de un lado para otro, esquivando las balas enemigas, y motivando al resto de soldados a seguir luchando.

Incluso tras ser herido por la metralla de una granada, se negó a obedecer las órdenes de su superior. Decidió no evacuar la zona para continuar con el rescate de sus compañeros; necesitaban a un médico. En los dos días que duró aquella cruenta batalla, James C. McCloughan salvó la vida a 10 miembros de su compañía. “Fueron las peores 48 horas de mi vida y ahora voy a recibir un premio por ellas”.

Uno de los nuestros murió, otros tantos fueron heridos y yo disparé a un hombre. Pero todavía no sabía que me iba a enfrentar a algo como Tam Ky

Este lunes, casi 50 años después de aquella contienda, un McCloughan de pelo blanco y uniforme militar azul marino fue reconocido con la más alta condecoración militar de Estados Unidos. Diez hombres con los que luchó codo con codo en Vietnam, incluyendo cinco a los que salvó la vida, vieron como el presidente Donald Trump le concedía la Medalla de Honor. “Él no cedió. No descansó. No se detuvo. Y no se estremeció ante el peligro y la muerte segura. Aunque se encontraba a miles de kilómetros de su casa, era como si la fuerza y el orgullo de nuestra nación estuviera latiendo el corazón de Jim”, aseguró el presidente en una corta, sobria, pero conmovedora ceremonia en la Casa Blanca.

placeholder El presidente Trump condecora a McCloughan con la Medalla de Honor. (Reuters)
El presidente Trump condecora a McCloughan con la Medalla de Honor. (Reuters)

Con apenas 23 años, McCloughan entró de lleno en la guerra de Vietnam. “El primer día sufrimos una emboscada”, relata en una entrevista realizada por los biógrafos del Ejército estadounidense. “Uno de los nuestros murió, otros tantos fueron heridos y yo disparé a un hombre. Es mucho para digerir en tu primer día. Pero por aquel entonces no sabía que me iba a enfrentar a algo como Tam Ky”.

Una emboscada del Viet Cong

Todo comenzó el 13 de mayo de 1969. Aquella mañana dos helicópteros de la compañía Charlie fueron derribados. No podían mandar otro helicóptero para el rescate, pues la zona estaba tomada por enemigos. En cambio, enviaron al pelotón de McCloughan para traer de vuelta a los pilotos. Cuando finalmente llegaron al lugar donde cayó el aparato, allí estaban los vietnamitas para ponerles las cosas difíciles. “Supe que estábamos en peligro inmediatamente. Íbamos a tener bajas”. En plena refriega, vio a un soldado que yacía en el suelo. 'Doc', como lo llamaban sus compañeros en Vietnam, corrió para alcanzar al hombre, esquivó el fuego cruzado, lo levantó sobre sus hombros y lo llevó a un lugar seguro.

Él prefería morir en el campo de batalla antes que saber que hubo hombres que murieron porque no tenían un médico

Más tarde, el pelotón sufrió una emboscada mientras exploraba una colina cercana. De nuevo, con total desdén por su propia vida y seguridad personal, McCloughan entregó su arma y corrió hacia dos compañeros escondidos en los arbustos. Mientras evaluaba sus heridas, la metralla de una granada le alcanzó. A pesar del más que evidente dolor, ignoró las órdenes de sus superiores de evacuar la zona y volvió al frente en cuatro ocasiones más para extraer a más soldados heridos.

placeholder Helicóptero durante la guerra de Vietnam. (Reuters)
Helicóptero durante la guerra de Vietnam. (Reuters)

El día siguiente, tras la muerte del médico oficial del pelotón, McCloughan se convirtió en el único especialista de la compañía y, como había hecho en ocasiones anteriores con sus compañeros heridos, se cargó la responsabilidad sobre sus hombros. Aunque las fuerzas vietnamitas les superaban en número, decidió quedarse, y sus acciones valientes motivaron a sus compañeros para luchar por sus supervivencia, según el relato oficial que proporciona el Ejército. En total, salvó la vida a diez soldados, diez personas y familias agradecidas que vieron como ahora, con 71 años, su 'Doc' ha recibido la más alta condecoración. “Como Jim dice ahora, preferiría morir en el campo de batalla antes que saber que hubo hombres que murieron porque no tenían un médico”, comentó Trump durante la ceremonia.

Aunque se encontraba a miles de kilómetros de su casa, la fuerza y el orgullo de nuestra nación latía en el corazón de Jim

Sin embargo, y pese a la relevancia de su gesta, la Medalla de Honor tardó en llegar. Después de su regreso en 1970, su comandante le nominó para la Cruz por Servicio Distinguido, la segunda distinción más importante, pero a cambio recibió la Estrella de Bronce, la cuarta en el escalafón. McCloughan continuó como pudo su vida civil donde la había dejado. Aceptó una oferta de trabajo como profesor de secundaria en South Haven, Michigan, y durante cuatro décadas enseñó sociología y psicología, a la vez que fútbol, béisbol y lucha libre, hasta que se retiró en 2008. Tras recibir el esperado galardón, 'Doc' optó por mantenerse callado durante la ceremonia y prefirió, de esta manera, que sus actos en aquella colina de Vietnam hablaran por sí solos.

Tan pronto como empezó el asalto cerca de la ciudad de Tam Ky, se dieron cuenta de que aquello había sido un error. Los vietnamitas del norte les tenían rodeados. No había escapatoria. Empezaron a caer como moscas y la moral estaba por los suelos. Sin embargo, en el fragor del tiroteo, un joven médico del ejército estadounidense corría de un lado para otro, esquivando las balas enemigas, y motivando al resto de soldados a seguir luchando.

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